







Cada año, la revista Historical Materialism celebra una conferencia en Londres. Asisten (en su mayoría) académicos y estudiantes para discutir teoría marxista y criticar el capitalismo.
Este año la conferencia parecía muy concurrida y la mejor organizada de la historia. Hubo una gran variedad de seminarios y sesiones plenarias sobre economía, cultura, tecnología, imperialismo, guerra y cuestiones de género. Hubo muchas "series" de presentaciones sobre fascismo, tecnología (IA), imperialismo, cambio climático y, por supuesto, teoría marxista. No pude estar en dos lugares a la vez y revisar todos los documentos, por lo que mi cobertura de la conferencia estará sesgada según mis propias preferencias.
Déjenme comenzar contando mi propia presentación en una sesión sobre el imperialismo. Mi artículo se llamaba ¿Catching up or falling behind? (¿Poniéndose al dia o quedándose atrás?) En él consideré si los países más pobres del llamado Sur Global estaban "alcanzando" a los países más ricos del llamado Norte Global. Las índices de "ponerse al día" que utilicé fueron 1) los niveles de ingreso per cápita; 2) los niveles de productividad del trabajo; y 3) el índice de desarrollo humano compilado por la ONU. Tomé la tendencia media de crecimiento anual de cada uno de estos índices para el G7 (o las llamadas economías de "altos ingresos") y la comparé con las de los BRICS. Proyecté estas tendencias en el futuro para ver si la brecha entre las economías ricas del Norte Global log y las economías del Sur Global (BRICS) llegaría a cerrarse. En los tres índices, el Sur Global no está cerrando la brecha y nunca lo hara, con la posible excepción de China.
¿Por qué no se está cerrando la brecha? La razón principal es el imperialismo. La riqueza (valor) se está transfiriendo de forma persistente del Sur Global al Norte Global. Además, la rentabilidad del capital en el Sur Global está cayendo más rápido de lo aumenta que el crecimiento de la productividad del trabajo, y esto ralentiza la inversión productiva y el crecimiento económico en el Sur Global. China ha sido la excepción porque su crecimiento de las inversiones está menos determinado por la rentabilidad del capital que en cualquier otra economía importante del Sur Global.Descubrí que la ganancia anual de valor para las economías imperialistas del Norte Global es de alrededor del 2-3% del PIB cada año, mientras que la pérdida anual era similar para las economías mucho más pobladas del Sur Global. En otras palabras, si no fuera por la explotación imperialista, las economías del G7 (incluidos los Estados Unidos) simplemente no crecerían, mientras que las economías del Sur Global crecerían mucho más rápido y comenzarían a ponerse al día.
Transferencias de valor imperialista a través del comercio (% del PIB)
Fuente: La economía del imperialismo moderno, revista Historic Materialism, 4, 2021
Fuente: FMI
En la misma sesión, Pedro Matto hizo una crítica convincente del concepto de subimperialismo. Este concepto sostiene que el Norte Global puede obtener transferencias de valor de los países del Sur Global, pero las economías capitalistas más grandes del Sur, como Brasil, Rusia, Sudáfrica, India o China, también obtienen transferencias de valor de economías periféricas más débiles en sus regiones. En ese sentido, estos países son subimperialistas.
Nunca me ha convencido este concepto por tres razones: primero, implica que cada país es "un poco imperialista" y "un poco explotado". Esto realmente debilita el concepto de imperialismo basado en solo unas pocas economías capitalistas maduras y desarrolladas del Norte Global, como Lenin las identificó por primera vez, que explotan al resto del mundo. En segundo lugar, como explicó Matto criticamente, si cada país es un poco imperialista, se debilita cualquier prioridad en la lucha antiimperialista. Además, simplemente no hay evidencia empírica de grandes transferencias de valor de países como Zambia a Sudáfrica; o de Paraguay a Brasil; o de países más pobres de Asia a China que de alguna manera coincida con el tamaño de las transferencias de valor a través del comercio y los flujos financieros de los BRICS a las economías del G7+.
También en esta sesión, Cristina Re y Gianmaria Brunazzi presentaron una teoría intrigante de lo que llamaron "imperialismo impulsado por la deuda". Estados Unidos solía ser un acreedor en la economía mundial, manejando superávits comerciales, mientras prestaba e invertía en el extranjero. Pero desde la década de 1970, acumuló cada vez más déficits comerciales y, por lo tanto, acumuló enormes deudas con el resto del mundo, particularmente con Europa, Japón y China. Pero debido a que el dólar era la moneda comercial y de reserva del mundo, esta deuda no era una desventaja, sino una nueva arma económica para que el imperialismo estadounidense dominara a otros países.
Tengo que decir que esta teoría no me parece convincente. Para mí, el imperialismo de la deuda es cuando los países pobres tienen enormes deudas con (préstamos de) instituciones imperialistas para crecer, pero luego durante las crisis económicas se ven obligados a incumplir el servicio de sus deudas, a devaluar sus monedas e imponer medidas de austeridad severas para cumplir con sus obligaciones con los bancos del Norte Global y el FMI, etc. Estados Unidos es una excepción como deudor debido al "privilegio extraordinario" del dólar y porque puede financiar fácilmente sus déficits comerciales a través de inversiones desde el extranjero en empresas estadounidenses y activos financieros. Pero no veo cómo se deduce de esto que la deuda estadounidense es una nueva vía de dominación del imperialismo estadounidense.
Permítanme también informar sobre una sesión "estrella" de gran asistencia sobre el replanteamiento del imperialismo y la guerra. Michael Hardt argumentó que el imperialismo (presumiblemente tanto Estados Unidos como Europa) se estaba transformando en "regímenes de guerra global" a medida que el militarismo sucede a la dominación económica. Otro orador, Morteza Samanpour, argumentó lo siguiente (tomado de su resumen): "la globalización capitalista no homogeneiza el tiempo, pero intensifica su diferenciación. A través de operaciones logísticas, financieras y extractivas, el capital unifica y fragmenta simultáneamente las espacio-temporalidades, produciendo disyunturas activas que sirven a su reproducción global". Y "una estrategia política internacionalista y antiimperialista debe sintonizarse con las temporalidades fracturadas e desiguales del presente, particularmente con respecto a la coyuntura de guerra contemporánea y la proliferación de formaciones imperiales más allá del Occidente histórico. Ello exige una racionalidad estratégica renovada capaz de involucrar de manera productiva los tiempos sociales disyuntivos del capital al servicio de un internacionalismo genuinamente emancipador".
Debo decir que me costó entender lo que todo esto quiere decir: soy muy simple y necesito un lenguaje sencillo. De todos modos, creo que la esencia era un ataque a lo que aparentemente se llama "campismo", es decir, el hecho de que haya poderes a nivel mundial que se resistan a las políticas del imperialismo estadounidense, eso no significa que los marxistas "deban respaldar a estados autoritarios como Irán, Rusia o China simplemente porque se oponen a los Estados Unidos e Israel". Tengo simpatía por ese punto de vista, aunque como economista político me opongo a lo que Samanpour llama la "proliferación de formaciones imperiales más allá del Occidente histórico", ¿con lo que quiere decir que China o Rusia son imperialistas o incluso Irán o Arabia Saudí?
Los otros oradores es esta mega sesión centrada en cómo luchar contra el imperialismo y la guerra, Eleonora Cappuccilli y Michele Basso, se centraron en las organizaciones internacionales de clase que están tratando de construir y no en los estados "resistentes" como la forma de derrotar al imperialismo y detener la guerra, aunque hablaron de un movimiento de la "mano de obra viva" (pensé que un término más simple podría ser un movimiento de "trabajadores") y parecían argumentar que los trabajadores migrantes y el "trabajo precario" serían la punta de lanza en la lucha contra el imperialismo, lo que me pareció poco probable.
Feyzi Ismail argumentó que la inversión y el mantenimiento de la infraestructura militar son grandes impulsores de las emisiones globales de carbono y la destrucción ambiental. Las actividades militares globales, excluyendo la guerra activa, ya representan aproximadamente el 6 % del total de las emisiones globales. Detener el ciclo de priorizar las respuestas militares a la seguridad, el acceso a los recursos nacionales, la migración inducida por el clima o los desastres naturales, significa movilizar movimientos masivos, no solo el movimiento climático, sino los movimientos contra la guerra y la austeridad a través de los sindicatos y los trabajadores.
Fuente: OCDE
En general, encontré esta sesión confusa, pero tal vez me estoy haciendo viejo. La afirmación es que el imperialismo no se limita a los "sospechosos habituales" del Norte Global, sino que ahora el orden mundial es multipolar con el enfrentamiento principal entre dos grandes potencias imperialistas, una en declive, los Estados Unidos; y otra en ascenso, China. Mi punto de vista es diferente. No veo a Estados Unidos y China como imperialismos igualmente antagónicos y agresivos. Aquellos que leen regularmente este blog y mis artículos sobre el desarrollo económico de China saben que no veo a China como imperialista en el sentido económico, es decir, que obtenga enormes transferencias de valor a través del comercio y los flujos financieros de países pobres. Además, no considero a China capitalista, en el sentido de que la ley del valor y la producción y la inversión para obtener ganancias sean dominantes. En cambio, China tiene una economía donde la inversión y la planificación estatales dominan al sector capitalista. Sin embargo, eso no significa que el gobierno chino sea un bastión de la lucha internacional revolucionaria contra el imperialismo, como afirman los "campistas". De hecho, los líderes "comunistas" de China son nacionalistas en su orientación.
Naturaleza, renta, beneficios e IA
En esta segunda parte, abordaré algunas de las sesiones sobre el cambio climático, la ecología y el impacto de la inteligencia artificial, así como sobre el estado de la economía mundial.
En la medida que la crisis climática empeora a nivel mundial, naturalmente hubo varias sesiones sobre cómo el capitalismo está destruyendo a la humanidad, otras especies y al propio planeta. Hubo una asombrosa asistencia para la presentación de un nuevo libro de Alyssa Battistoni, con el título Free Gifts: capitalism and the politics of nature. Battistoni estuvo allí para presentar las ideas de su libro, junto con algunos expertos comentaristas.
Tengo que decir que me resultó difícil seguir los argumentos de Battistoni, aunque obviamente estaba en minoría, porque su presentación y sus respuestas a las preguntas cautivaron a la audiencia. Pero déjenme ver si puedo resumir lo que creo que dijo. Battistoni cree que el capitalismo trata a la naturaleza como un "regalo gratuito" por defecto. Los recursos naturales se pueden utilizar sin pago o reposición, por lo que no es necesario fijar su precio. Pero el capitalismo, al tratar a la naturaleza como un regalo gratuito, nos impide reconocer que la naturaleza tiene valor. Los críticos de la mercantilización del mundo por parte del capitalismo han identificado erróneamente el problema: no es que el capital haya "absorbido" (comodificado) toda la vida, sino que ha "abdicado la responsabilidad" de hacerlo sobre gran parte de ella.
Esto suena profundo, pero no estoy tan seguro. Battistoni está desconcertada por qué el capitalismo no ha mercantilizado toda la naturaleza y algunos "regalos de la naturaleza" siguen siendo "gratis". Creo que la respuesta es clara. La naturaleza solo es mercantilizada por el capital si es rentable hacerlo, y algunas partes no parecen ser rentables (todavía). Desenterrar carbón o perforar petróleo es muy rentable, pero usar el sol o el viento para generar electricidad no lo es tanto; el resultado es que la producción y el uso de combustibles fósiles continuará bajo el capitalismo hasta que no sea más rentable que la generación de energía renovable (ver el último informe de la AIE).
Creo que probablemente el punto más perspicaz de Battistoni fue su observación de que, al luchar para salvar al planeta y sus especies de la destrucción incontrolada provocada por el capitalismo, no podemos volver a los "ciclos naturales" o patrones, o "reproducir lo viejo". "Una visión constructiva de las reparaciones ecológicas no puede enraizarse en los llamamientos a una naturaleza originaria que acechan bajo muchos llamamientos a la restauración del equilibrio natural, o incluso a reconciliar a la humanidad y la naturaleza suturando la "grieta metabólica". Incluso si el carbono se elimina de la atmósfera y las temperaturas se estabilizan, la alteración que el calentamiento ha causado en el planeta y sus seres es irreversible. Esto es desalentador, pero también es inevitable. No hay otro planeta en el que podamos hacer un mundo".
En otra sesión, Joel Wainwright lanzó su nuevo libro llamado The End: Marx, Darwin, & the Natural History of the Climate Crisis. No estoy seguro de a qué se refiere "El final", pero la esencia del libro tiene como objetivo revelar las afinidades que la teoría evolutiva mediante adaptación de la naturaleza de Darwin tiene con la visión de Marx de la Historia. Según Wainwright, Marx prescindió de una visión teleológica (es decir, inevitable) de la historia, como la expuso Hegel, y en cambio pensó que el desarrollo social humano dependía tanto de la acción humana "contigente" como de leyes objetivas. El Origen de la Especie de Darwin de 1859 fue utilizado por los teóricos de la derecha para argumentar que el "progreso" humano se basaba en la inexorable "supervivencia del más apto". Darwin repudió esta interpretación de su teoría en su segunda gran obra de 1871, The Descent of Man. Del mismo modo, Marx y Engels rechazaron firmemente la teoría maltusiana de la superpoblación como una ley inexorable que mantendría a los "incapaces" pobres para siempre. La pobreza no se debía a que había "demasiada gente", sino a que los trabajadores eran condenados a intervalos regulares a un "ejército de reserva de mano de obra" como mano de obra descartada por el capital.
A lo largo de los años, algunos marxistas nos han dicho que el capitalismo ha cambiado sus manchas características (a diferencia del leopardo). Ya no se trata principalmente de la explotación del trabajo en la producción para obtener beneficios, sino de que las finanzas se habían hecho cargo como el modo dominante de producción, es decir, el dinero hace más dinero sin ninguna explotación del trabajo humano. Así que ahora hay un "capitalismo financiero", no capitalismo. Alternativamente, existe el capitalismo "rentista" o el capitalismo "extractivo" o el capitalismo "distópico".
En una sesión en HM, el capitalismo rentista fue el tema. Ryuji Sasaki, que creo que es estudiante o colega de Kohei Saito, la estrella de rock del ecologista marxista japonés, apoyó el concepto de "capitalismo rentista". Como afirmó: "La mayoría de los argumentos marxistas se basan en una comprensión estrecha del capitalismo, lo que los ha llevado a pasar por alto la teoría de la renta". En cambio, Sasaki argumentó que "el capitalismo rentista representa la forma más reciente y contradictoria de capitalismo". Aparentemente, el beneficio en forma de extracción de renta proviene de la "escasez", incluida la "escasez de mano de obra"(?). Esta teoría me pareció cercana al marginalismo neoclásico, que argumenta que cada uno de los "factores de producción" (trabajo, capital, tierra) recibe rendimientos en relación con su relativa escasez. Sasaki rechazó la teoría alternativa de la extracción de rentas propuesta por el autoproclamado "marxista errático", Yanis Varoufakis, quien recientemente ha argumentado en un libro que el capitalismo en cualquiera de sus formas está "muerto" y ha sido reemplazado por lo que él llama "tecnofeudalismo". Este concepto de feudalismo se repitió en HM, con una sesión que lo modificó a "neofeudalismo".
En mi opinión, la teoría de que la renta ha reemplazado a las ganancias en el capitalismo moderno, como lo ejemplifican los gigantes estadounidenses de la tecnología y la IA (que se argumenta que obtienen la mayoría de sus ganancias de la renta de monopolio en lugar de las ganancias de la explotación) es falsa. Malinterpreta la teoría de la renta de Marx. Los capitalistas buscan continuamente más ganancias. Invierten en tecnologías y sectores que pueden ofrecer ganancias excedentes, es decir, por encima de la tasa de beneficio promedio. Pero si el capital puede moverse libremente entre los sectores, entonces cualquier diferencial de tasa de beneficio en los sectores tenderá a desaparecer. Sin embargo, si es posible monopolizar una parte del capital constante (podría ser propiedad o tierra tradicionalmente, o ahora derechos de propiedad intelectual, propiedad intelectual, IPR), de manera que las ganancias excedentes puede ser extraidas "permanentemente" por el propietario del monopolio (propietario de la tierra o titular de la patente).
Pero la renta simplemente modifica la ley del valor y la tendencia a igualar las tasas de beneficio. El modo de producción capitalista no ha sido abolido. Sí, poner barreras al acceso a nuevas tecnologías o medicamentos permite a los propietarios de estos "derechos" a hacerse con una parte de la plusvalía apropiada de la mano de obra productiva. Pero, ¿es permanente y cuánta es esta "renta" como parte de la plusvalía total en una economía? Sin duda, gran parte de las mega ganancias de empresas como Apple, Microsoft, Netflix, Amazon, Facebook se deben a su control sobre las patentes, la solidez financiera (crédito barato) y la compra de competidores potenciales. Pero la explicación a partir de la renta va demasiado lejos. La superioridad tecnológica explica el éxito de estas grandes empresas, no solo el poder de monopolio.
Además, por su propia naturaleza, el capitalismo, basado en "muchos capitales" en competencia, no puede tolerar ningún monopolio "eterno", es decir, un excedente de ganancias "permanente" deducido de la suma total de los beneficios divididos entre la clase capitalista en su conjunto. La batalla entre los capitalistas individuales para aumentar las ganancias y su participación en el mercado significa que los monopolios están continuamente amenazados por nuevos rivales, nuevas tecnologías y competidores internacionales. Tomemos el índice S&P-500 de EEUU. Las empresas en el top 500 no se han mantenido las mismas. Surgen nuevas industrias y sectores y las empresas anteriormente dominantes se marchitan en la vid. La sustitución de productos antiguos por nuevos a largo plazo reducirá o eliminará la ventaja del monopolio. El mundo monopolístico de GE y los fabricantes de automóviles de las décadas de 1960 y 1990 no duró una vez que la nueva tecnología engendró nuevos sectores para la acumulación de capital.
De hecho, las rentas de "beneficios excedentes permanentes" no son más del 20% del valor agregado en cualquier economía importante; las ganancias financieras son aún menor en proporción. Richard Kozil-Wright en la UNCTAD intentó medir el volumen de las rentas según lo definido. Descubrió que las rentas eran alrededor del 20-25% de las ganancias operativas totales. En otro intento, Mariana Mazzucato y sus colegas utilizaron los ingresos de exportación de los PRI y descubrieron que estos habían aumentado drásticamente en los últimos 30 años. Cedric Durand y su colega hicieron un cálculo similar, mostrando que los ingresos transfronterizos de IPR habían alcanzado los 323 mil millones de dólares en economías de altos ingresos en 2016. Eso puede sonar mucho, pero los ingresos de IPR son en realidad solo una pequeña proporción de los ingresos de EEUU de todas las repatriaciones de ganancias, dividendos e ingresos por intereses del extranjero. Hice un cálculo de actualización rápida a partir de los datos del Banco Mundial y descubrí que los ingresos transfronterizos de los IPR no son más del 10% de todos los ingresos recibidos a nivel mundial del comercio y la inversión (beneficios, intereses, dividendos, etc.).
Fuente: Banco Mundial
Las ganancias corporativas en EEUU han aumentado desde el inicio de la pandemia de COVID-19. En el último trimestre de 2024, eran 4 billones de dólares, 2,3 puntos porcentuales más altos como fracción de los ingresos nacionales que antes de la pandemia. El aumento fue impulsado por completo por las industrias no financieras capitalistas tradicionales, particularmente en el comercio minorista y mayorista, la construcción, la fabricación y la atención médica.
En HM, hubo una sesión con presentaciones que rechazaron el "capitalismo rentista" o el "tecnofeudalismo". Los trabajadores tecnológicos estadounidenses, AK Norris y Tavo Espinosa, argumentaron que la tecnología facilita y hace posible un proceso de intensificación del trabajo que genera plusvalía como ganancias, similar a formas anteriores de fabricación. Stephen Maher y Scott Aquano de Socialist Register mostraron que no había evidencia de que se hubiera anulado la tendencia hacia la igualación de la tasa de ganancias, o que las "empresas de plataformas" como Amazon capturen constantemente ganancias por encima de la media. Por lo tanto, los ingresos de estas empresas no pueden clasificarse como "rentistas", sino solo como un beneficio industrial y comercial tradicional.
Eso me lleva a la economía política de la propia IA. ¿Cuántos puestos de trabajo se perderán por la adopción de la IA? ¿Y con qué rapidez se adoptará? Cristóbal Reyes Núñez cuestionó la opinión tecno-optimista de que la IA está siendo aplicada rápidamente y cambiará paso a paso la productividad laboral. A partir de la información de la Encuesta Nacional de Negocios de EEUU de 2023 sobre 300.000 empresas estadounidenses, Reyes encontró que la adopción promedio general de la IA hasta ahora era de solo del 2,9 % e incluso en el pequeño número de megaempresas en la cima, todavía estaba por debajo del 25 %. Esto es paralelo a la estimación de los economistas de la OCDE de su utilizaciónde por un 5% de las empresas, lo que a las tasas de crecimiento actuales significaría que pasarían alrededor de 20 años antes de que hubiera una acumulación de masa crítica en el uso de la IA, suponiendo que la IA realmente funciona. Y como dijo Eleni Papagiannaki en la misma sesión, la adopción de IA no solo depende de si funciona a la hora de aumentar la productividad del trabajo, sino de si es rentable.
Tasa de adopción (% de participación de empresas que utilizan tecnología)
Fuente: OCDE
La IA solo se dinfundirá en toda la economía capitalista si puede ayudar a los propietarios de los medios de producción a reemplazar, supervisar y controlar trabajo humano para aumentar la rentabilidad. Matteo Pasquinelli fue el ganador del premio Isaac Deutscher del año pasado con un libro llamado En el ojo del maestro. Tuvo una sesión plenaria en HM este año, donde argumentó que, mientras que en el pasado el trabajo era supervisado y controlado por los jefes (los propietarios y sus agentes, los gerentes), la supervisión se automatizará cada vez más. Así que, en lugar de que la IA y la automatización sean utilizadas colectivamente por todos nosotros, las máquinas gobernarán nuestras vidas en beneficio de los propietarios y sus ganancias.
Pero en este momento, la IA no es rentable. ChatGPT puede tener más de 400 millones de usuarios, pero solo el 5 % paga una suscripción regular. Y el enorme aumento en la inversión de capital constante (centros de datos, etc.) está absorbiendo rápidamente las ganancias existentes de los gigantes tecnológicos de los Siete Magníficos.
Eso me lleva a la sesión en la que presenté un artículo sobre el estado actual de la economía mundial y sobre si la IA será la salvadora del capitalismo en la próxima década más o menos. En mi presentación, argumenté que las principales economías capitalistas se están estancando: el PIB real, la inversión y el crecimiento de la productividad laboral se han ralentizado significativamente desde la Gran Recesión de 2008-9; y nuevamente después del final de la caída pandémica de 2020. En otras palabras, las principales economías todavía están en una larga depresión.
Fuente: FMI
Esto está intensificando lo que puede llamarse una "policrisis" de creciente pobreza y desigualdad de riqueza e ingresos, tanto a nivel mundial como dentro de los países; un aumento incontrolado del calentamiento global; y un aumento de los conflictos geopolíticos que amenazan más guerras.
Pero, ¿puede la IA ofrecer una nueva edad de oro al capitalismo de alta rentabilidad y productividad? La clásica respuesta marxista es que el capitalismo puede obtener un nuevo impulso vital solo si hay "destrucción creativa" del capital antiguo y de empresas no rentables. Pero los gobiernos están desesperados intentando evitar tal "terapia de choque" debido a la reacción política que podría generar. Así que el sistema capitalista se está estancando, y el tiempo para arreglar las cosas se está acabando. En la sesión, Kim Moody, de la revista Labor Notes, hizo una crítica perspicaz de la IA como salvadora del capitalismo. No hay señales de ningún aumento brusco en la productividad y las tasas de adopción son bajas. Además, la IA no es una nueva tecnología confiable que pueda poner fin a la crisis de la cadena de suministros que se ha producido desde el final de la crisis de la pandemia.
La única alternativa para poner fin a la policrisis es la socialista: en lugar de que la inversión dependa de la rentabilidad de los propietarios privados de los medios de producción, los medios de producción deberían ser de propiedad común y la inversión estar planificada para satisfacer las necesidades sociales. En este momento, en las principales economías, la inversión privada que depende de la rentabilidad es cinco veces mayor (15% del PIB) que la inversión pública (3%). Solo cuando esa proporción se invierta podremos comenzar a lograr un crecimiento económico dirigido a la satisfacción de las necesidades sociales; lidiar con el cambio climático y el calentamiento global; y reducir la desigualdad, tanto dentro como entre los países ricos y pobres.
Apéndice: El ganador de este año del Premio Isaac y Tamara Deutscher ha sido "Ciudadano Marx: El republicanismo y la formación del pensamiento social y político de Karl Marx" de Bruno Leipold. "Leipold muestra cómo Marx defendió su comunismo republicano para desplazar tanto al socialismo antipolítico como al republicanismo anticomunista. Una de las grandes contribuciones de Marx, sugiere Leipold, fue situar la política (y especialmente la política democrática) en el corazón del socialismo".
Al final, todo se concreta en la acción política.
Por Michael Roberts * Economista marxista británico que ha trabajado 30 años en la City londinense como analista económico y publica el blog The Next Recession. / Son Permiso
























