¿Pizzas o tacos?: La hora de la comida en la oficina como salvavidas de la pertenencia y el estrés

Recursos Humanos17/11/2025
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Lo que come una persona influye en su funcionamiento cerebral y en su estado de ánimo, pero también lo hace el espacio en el que consume los alimentos y con quién comparte el momento, especialmente en los entornos laborales. 

De acuerdo con el análisis de psiquiatría nutricional Tu cerebro y la alimentación, elaborado por la doctora Eva Selhub y publicado por Harvard, “para que el cerebro mantenga su ritmo necesita alimentarse”. Esto significa que una buena alimentación es una parte esencial del desempeño de los trabajadores. 

Hablar de alimentación en el trabajo es relevante porque, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), una ingesta deficiente puede disminuir la capacidad de trabajo y la fuerza física hasta en un 30%, con consecuencias negativas para la productividad y la salud de los trabajadores; existe una relación directa entre una alimentación de calidad y niveles elevados de productividad.

Así como es importante consumir alimentos ricos en nutrientes, también es relevante el lugar y la compañía. Más allá de un tema de higiene, las implicaciones emocionales están vinculadas con el compromiso laboral de los colaboradores, al grado de marcar diferencias entre quienes sí hacen pausas para comer y quienes no.

Según el estudio Los trabajadores se olvidan de comer esta cantidad de veces por semana, de Talker Research, el 13% de los trabajadores acostumbra a laborar y almorzar al mismo tiempo en lugar de tomarse un descanso, y en días “ajetreados”, 55% recurre a esta práctica con la intención de ser más productivo.

No obstante, Joel Cuéllar López, psicólogo organizacional, subraya que “tener un entorno seguro y fijo como una cafetería o comedor trae beneficios”, ya que, alejarse del espacio donde se realizan las actividades ayuda a desconectarse -aunque sea unos minutos-, y “esa desconexión es muy importante”.

En esta misma línea, Amy Krider, directora sénior de marca en Buddig, puntualiza que las personas “no solo necesitamos la energía que nos proporciona una comida abundante para rendir al máximo en el trabajo, sino también pequeños descansos”.

El sondeo también revela que casi cuatro de cada 10 trabajadores optan por un tentempié en lugar de una comida completa. A ello, Cuéllar López refiere que hay personas que se saltan alimentos o comen en su mismo lugar de trabajo pensando que serán más productivas, pero destaca, las pausas “ayudan a bajar los niveles de estrés, a ser más productivos y a concentrarnos mejor”.

Beneficios de comer en compañía en el trabajo
Comer en un espacio adecuado es clave para relajar el cuerpo y la mente frente a las actividades laborales, pero la compañía también juega un papel importante. De acuerdo con el experto en ciencias cognitivas, las pausas para comer impactan en la capacidad de atención, y hacerlo en compañía reduce el estrés e incrementa el rendimiento, además de fomentar la unión y el sentido de pertenencia.

“Comer en compañía de nuestros compañeros forma un círculo, un vínculo social que ayuda a mantener el estrés bajo, y eso significa niveles más bajos de hormonas como el cortisol y la noradrenalina; lo cual beneficia al sistema inmune e incluso mejora la capacidad creativa”, señala Cuéllar López, quien menciona, esto fomenta la unión entre pares.

Por otra parte, Blanca Guerrero Padilla, psicóloga clínica integrativa comparte que hay más conexión entre las personas”, y mediante ese vínculo social aumenta su sensación de seguridad, lo cual les genera bienestar; asimismo, el tiempo en las comidas sirve como un espacio y momento para hablar de lo que sientes y piensas. “Que tú comas con alguien y puedas chismear o quejarte del trabajo ayuda para regularte emocionalmente”.

Asimismo, detalla que esta forma de integración disminuye el burnout; pero reitera, para que este proceso se potencie de forma positiva, se debe evitar comer en el lugar de trabajo. “El simple hecho de pararte de tu escritorio a una cafetería, a un comedor, ya pierdes parte del estrés”.

“A lo mejor estás enojada y comes con alguien más y no hablan, pero al menos sientes como la calidez de la otra persona”, y eso, refiere, te recuerda que no estas solo.

El análisis Repensando el bienestar en el lugar de trabajo, de The Well Being, expone que contar con un espacio definido para ingerir alimentos y aún más importante, hacerlo en compañía, fomenta “la conexión social y la colaboración informal”.

El informe también menciona otros beneficios, tales como: menor agotamiento, reducción de la rotación, mejor equilibrio entre el trabajo y las necesidades personales, mayor energía, satisfacción, concentración y sentido de conexión y colaboración entre colegas.

En este sentido, el psicólogo organizacional precisa que compartir la hora de comida con colegas “termina siendo una forma de fomentar la cohesión de equipo”, ya que esas interacciones permiten desconectarse de la carga laboral y a su vez, eso relaja a las personas.

“Interactuar de una manera distinta, que no necesariamente tiene que ver con asuntos laborales, fomenta la cordialidad entre los colaboradores”.

Sin embargo, Cuéllar López advierte que, aunque estos momentos de conexión son positivos, no existe una forma precisa de medir su impacto en la cognición o bienestar. Pero sí hay señales que pueden alertar sobre un problema.

“Si una persona, a pesar de tener la oportunidad de comer con otros compañeros o en el comedor, prefiere hacerlo sola, habría que preguntarse qué está pasando. Tal vez no se siente cómoda en las instalaciones o con quienes trabaja”, explica. Este comportamiento evitativo podría ser un síntoma de otra situación; incluso, podría indicar que la persona no desea permanecer por más tiempo en el lugar de trabajo.

¿Cuánto es el tiempo ideal de comida en el trabajo?
Algunas empresas otorgan descansos de hasta una hora, o incluso más de un descanso durante la jornada, esto es totalmente libre.

No cabe duda que, garantizar un descanso para ingerir alimentos no solo mejora la productividad y reduce la rotación, sino también posiciona a las organizaciones como lugares más atractivos para trabajar, pero compartir esos alimentos y tiempos de comida con compañeros aumenta el sentido de pertenencia de las personas y por ende su productividad.

Nota:eleconomista.com

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