Las dudas del círculo rojo sobre el rumbo en medio de la euforia oficial

Economía16/11/2025
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Ernst & Young, conocida como EY, es una de las multinacionales más importantes en servicios profesionales de auditoría, impuestos, finanzas, contabilidad y análisis de factibilidad de inversiones. Entre sus clientes locales figuran las empresas más grandes del país, de múltiples sectores, y también compañías extranjeras –financieras y de la economía real– con potencial interés en invertir en la Argentina.

Entre otras misiones, los equipos de EY analizan hoy a destajo las posibilidades reales de desembarco de inversiones foráneas, incluido el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI), el sistema ideado por el Gobierno para atraer dólares y que ya cumplió más de un año. También estudian la situación de las grandes empresas ya radicadas en la Argentina, que deben decidir si amplían, mantienen o reducen su presencia local.

EY, que está por sumar 800 empleados debido al crecimiento de su actividad, abrió esta semana un espacio de diálogo sobre lo que ve, lo que espera y lo que podría venir. El encuentro permitió una radiografía precisa del siempre difícil de descifrar Círculo Rojo. Hablar con los profesionales de EY es viajar en nave por los ríos de lo que realmente piensan quienes tienen la llave para acelerar, frenar o ralentizar la economía. Y responder preguntas clave: ¿es este el momento poselectoral para invertir? ¿Conviene apostar por la Argentina? ¿Es “ahora”? ¿Por fin? ¿O mejor esperar? ¿Es Milei la solución o un problema? ¿Será un caso similar al de Macri tras su victoria de medio término en 2017? ¿Sirve el acuerdo con Estados Unidos? ¿Se entrega demasiado? 

El panorama es el siguiente.

¿Cómo es el clima poselectoral?

Se reconoce que el resultado de las legislativas del 26 de octubre fue sorpresivo en lo positivo para el Gobierno. Casi nadie en el sector privado esperaba el nivel de apoyo que obtuvo Milei. Muchos ejecutivos financieros incluso habían evaluado desprenderse de posiciones en moneda local para el 27, ante la posibilidad de una derrota oficialista y la duda sobre si seguirían disponibles los dólares de Scott Bessent y del Tesoro estadounidense. Todo se despejó el 26 por la tarde-noche, y el 27 fue una fiesta que pocos anticiparon. En el evento de EY se mencionó que numerosos responsables financieros debieron hacer un profundo mea culpa ese lunes por no haber estado posicionados para el raid alcista del mercado tras el resultado electoral.

¿Hay inversiones en carpeta?

Aquí no hay misterio: se concentran en energía –con una Vaca Muerta más viva que nunca– y en un fuerte despertar de la minería, especialmente en litio (NOA) y cobre (Catamarca, Salta y San Juan). El campo se mantiene firme y aparece una oportunidad en la exportación bovina por el acuerdo con Estados Unidos.

Para el resto de los sectores, la primera aproximación revela un virtual empate entre empresas que llegan y las que se van. Como afirmaba un participante vip: “Hay tantas nursery como funerales”. Hoy, un auténtico fifty-fifty. La buena noticia: a fines de 2024 y comienzos de 2025, la relación era 80% salidas y 20% entradas. Se espera que a inicios de 2025 pase a un 60-40.

Un dato interesante: los empresarios locales están jugando. Es decir, hay multinacionales que se van, pero argentinos que las compran. La tendencia viene del año pasado: Itaú por parte de Macro; la salida del HSBC absorbida por Galicia; la compra del negocio de Procter & Gamble por Newsan, en una pulseada que Cherñajovsky les ganó a los Perez Companc. Para este año o comienzos de 2026 se espera la gran operación de salida de Carrefour, con la eventual llegada de un grupo supermercadista local que se convertiría en el principal operador del mercado. También se mencionó la, por ahora fallida, salida de Telefónica a manos de Telecom, atribuida a una falta de diálogo con el Ejecutivo. “Nada que no se pueda arreglar el próximo año”, dijo un observador.

¿Hay interés en privatizaciones?

Por ahora, el proceso es lento y con inversores extranjeros renuentes. Se espera que el impulso electoral acelere las operaciones, aunque se reclama mayor precisión para evitar “otra Suez en Aguas Argentinas”. Se evocó así la mala experiencia de la empresa francesa en los 90, su nacionalización durante el kirchnerismo y el posterior cobro de US$ 245 millones tras un juicio ante el Ciadi.

¿Cuáles son los reclamos financieros de corto plazo?

Se mencionan dos condiciones imprescindibles para mejorar el clima de negocios. La primera: el regreso del crédito. Se citó la operación de Pampa Energía de la última semana, con una colocación en dólares al 7,75% y a 12 años de plazo, un hito para el mercado. Se espera que otras compañías accedan a financiamiento similar, pero siempre ligadas directa o indirectamente a Vaca Muerta, minería o proyectos específicos. Sin crédito, sostienen, no habrá expansión de la economía real. Lo mismo ocurre con la construcción: necesita una aceleración y, otra vez, crédito.

El acuerdo con el FMI se considera importante, pero más aún lo es el acuerdo con Estados Unidos en toda su dimensión: el salvataje financiero preelectoral de Bessent y el Tesoro, y el Acuerdo Marco de Comercio e Inversión anunciado el viernes. Según los analistas, no debería temerse por la apertura de la economía, y sí prestarse especial atención al capítulo de propiedad intelectual y patentes, clave para Washington.

Si todo sale bien, Argentina podría transformarse en un país con inversiones externas anuales de un piso de US$ 5 mil millones por toma de deuda voluntaria en mercados internacionales, y un techo de US$ 10 mil millones en la próxima década. Hoy, el número ronda los mil millones de dólares.

Con suerte.

Fuente: Perfil
    

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