Con el patrón

Actualidad26/09/2025
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La voluntad democrática determinaría que un Presidente cuyas políticas fueron rechazadas por el voto y que además son políticas que mostraron resultados negativos, tendría que asumir el veredicto de las urnas y buscar opciones diferentes a las que no dieron resultado. Con el rechazo de los votos y de la realidad, mantener esa dirección contra viento y marea no es democrático y tampoco es racional.

Buscar auxilio a un costo altísimo --en riquezas y soberanía-- en el gobierno estadounidense de Donald Trump, para profundizar la catástrofe, expuso aún más al país y sus ciudadanos a la desprotección. En su fanatismo, este gobierno, mantiene el negocio de unos pocos con la timba financiera mientras destruye calidad de vida y desmantela el tejido productivo.

Pedir plata al Tesoro norteamericano es ponerse en manos de la usura. Cuando México lo hizo en 1995, tuvo que poner las regalías petroleras de la estatal Pemex como garantía. Y el PBI de México casi triplica el de Argentina. Fue un despropósito, pero tenía más espalda para responder.

Es difícil, en este caso, que, a pesar del respaldo de Trump a Javier Milei, el Tesoro norteamericano suelte algún dólar. Pero al histriónico presidente argentino le bastaron el respaldo y las palmaditas del histriónico presidente norteamericano para tranquilizar a los mercados: bajó el dólar y el riesgo país. Y con los dólares que les comprará a un precio carísimo –eximiéndolos de pagar retenciones a los granos-- a los exportadores, tendrá para llegar a octubre.

Se calcula que con esa maniobra, el gobierno dejará de recaudar unos 1600 millones de dólares. Es más o menos lo mismo que implicaría sostener a los hospitales pediátricos --incluyendo al Garrahan, más las medidas de protección a la discapacidad. El gobierno hace una elección en ese movimiento: lo que le niega a los niños enfermos y a los discapacitados, se lo regala a las grandes cerealeras.

"Javier Milei es un muy buen amigo, luchador y GANADOR, y tiene mi completo y total respaldo para la reelección como presidente. ¡Nunca los defraudará!", escribió el mandatario norteamericano en su red social Truth. Como sucede en la relación entre los presidentes de Estados Unidos con gobernantes de países que consideran parte de su patio trasero, el posteo de Trump dejó la incógnita de si realmente estaba compenetrado de la problemática argentina. Porque si se trataba de un respaldo para las elecciones de octubre, parecía que el norteamericano creyera que Milei se presentará el mes próximo a su reelección.

La desesperación que guió a la comitiva argentina y las expresiones de alivio que difundieron con tanto desparpajo tras la reunión con Trump fueron la demostración palmaria del fracaso de sus políticas. Era evidente que no confiaban en llegar hasta octubre sin ese respaldo.

Trump les prometió que ayudará en lo que sea y que no agregará ninguna condición a esa ayuda. Habrá que ver en qué consiste la ayuda o si sólo quedará en el gesto simbólico. Pero las condiciones estuvieron claras cuando expusieron su ambición por el petróleo, el gas y el litio argentino y en la exigencia de desplazar a los chinos. A cambio van esas palmaditas o un crédito como el que le dio el FMI a Mauricio Macri que se fue por el desagüe de la timba financiera, pero que llenó de cepos y condicionamientos a la economía del país.

Los chinos son los principales socios comerciales de la Argentina, Brasil y de varios países latinoamericanos. Simplemente porque les interesa más la producción que la timba. Estados Unidos tiene a los grandes fondos de inversión especulando con bonos argentinos. En cambio, además de comprar granos, China tiene inversiones inmensas en la Argentina en represas hidroeléctricas, en usinas nucleares y en infraestructura de transporte.

Octubre parece muy lejano por lo que está en juego. El Banco Central no puede convertirse en un enorme agujero negro que requiera dólares eternamente. En octubre se acaban los que se consigan, como se han acabado hasta ahora con la política del gobierno. La incertidumbre sólo es por el resultado. Lo que es seguro es que el dólar saldrá disparado.

Por Luis Bruschtein / P12

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