







El dólar oficial se disparó y los activos financieros se desplomaron en el arranque de una semana crítica para la estabilidad monetaria y cambiaria, con una licitación de deuda en la que el Gobierno buscará renovar vencimientos por más de 5 billones de pesos mientras crece la demanda tradicional de divisas por el cierre de posiciones de fin de mes, en un contexto de deterioro político de la administración libertaria.


El dólar oficial, conocido como A3500 y por el que se liquidan las operaciones financieras cerró en 1.344 pesos, pero siguió subiendo hasta 1.362 pesos y quedó incluso por encima de los contratos de dólar futuro a este mes.
Pese a las intervenciones del Banco Central, los contratos de dólar futuro ya están por encima de la banda de flotación a noviembre de este año, cuando hace unas jornadas recién superaban el techo para febrero. El Merval cerró con una pérdida de 3,8% y los ADR se desplomaron en el mercado de Wall Street, en especial los vinculados a los bancos, con caídas de 9,2% Supervielle; 7,3% Macro; 5,7% BBVA; 6% Galicia, entre otros.
El equipo económico empezó a reconocer que la incertidumbre monetaria y cambiaria de las últimas semanas tendrá un impacto recesivo, pero todavía apuesta a que el clima se estabilizará después de las elecciones legislativas de medio término en la medida que el oficialismo obtenga un buen resultado electoral.
El ministro Luis Caputo reconoció en un post en la red social X que la fuerte suba de tasas de interés que está ahogando la actividad económica: “Sí, te puede llevar a una recesión, porque implicaría que la percepción de riesgo seguiría siendo alta, lo que seguramente atentaría contra cualquier inversión en la economía real, más allá que pueda fondearse con capital propio”.
Gobierno en rojo
Las encuestas, en cambio, están reflejando una rápida caída de la imagen positiva del presidente Javier Milei y en conjunto de su administración, golpeada por las denuncias de corrupción que ligan en forma directa a su hermana, la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, y los principales armadores políticos en el Congreso.
El Índice de Confianza en el Gobierno que elabora la Universidad Di Tella registró una caída de 13,6% en agosto respecto de julio y se ubicó en e2,12 puntos, su valor más bajo desde el comienzo del mandato de Milei, e interrumpió la relativa estabilidad que observó en los cuatro meses anteriores. En relación con el mes anterior, la variación del ICG fue negativa en sus cinco componentes: la Honestidad de los funcionarios (2,54 puntos, -9,9%); la Capacidad para resolver los problemas del país (2,46 puntos, -14,6%); la Eficiencia en la administración del gasto público (2,10 puntos, -13,2%); la Evaluación general del gobierno (1,78 puntos, -12,8%); y por último, la Preocupación por el interés general (1,73 puntos, -18,2%).
Esa percepción social es la que venían reflejando los mercados, que la semana pasada ya registraban fuertes pérdidas mientras el dólar iniciaba una nueva escalada pese a los intentos del BCRA de intervenir en el precio de la divisa vendiendo contratos de dólar futuro.
La consultora EcoGo, de las más seguidas en el mercado, lo advirtió este mismo lunes en un informe en el que señaló que “el costo de las marchas y contramarchas respecto al gasto público empieza a tener consecuencias en la opinión pública. El índice de confianza del consumidor retrocedió fuertemente en agosto, principalmente dentro del AMBA y en los sectores de menores ingresos”.
Esos sectores populares fueron los que acompañaron a Milei con el voto para llegar a la Presidencia y que mantuvieron relativamente el apoyo pese al ajuste de la economía que los afectó centralmente y que recién comenzó a romperse con las denuncias del caso Libra, la estafa con criptomonedas que promocionó Milei y ahora con esta nuevas denuncias sobre corrupción con los fondos para asistir a discapacitados que involucra a su hermana.
La crisis monetaria y cambiaria, sin embargo, se originó en dos errores de política económica que se atribuyen directamente al presidente Milei: el primero fue la decisión de impedir que el Banco Central acumule reservas como establecía el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional y, el segundo, la decisión de eliminar las Letras Fiscales de Liquidez que el sistema financiero utilizaba para regular la disponibilidad de pesos de la economía.
Según distintas versiones, esas decisiones de Milei fueron resistidas por el equipo económico de Caputo y por su amigo y socio en la actividad privada, el presidente del Banco Central, Santiago Bausili, pero finalmente se impuso el criterio presidencial.
Toda la inestabilidad monetaria y cambiaria que produjo esas decisiones potenció el descontento social (que ahora se dispara con las denuncias de corrupción) con las políticas económicas y sociales y el mercado cree que se manifestará en las elecciones legislativas bonaerenses, donde un buen resultado del peronismo podría acelerar la crisis de la administración libertaria.
Por Fernando Alonso / El Destape







