


Apertura y poder: DeepSeek ataca la hegemonía de Nvidia con código abierto y chips domésticos
Actualidad - Internacional26/08/2025




La llegada del modelo DeepSeek V3.1 nos ofrece no tanto una mera actualización tecnológica como una declaración estratégica de enorme calado. En las últimas semanas, esta startup china ha lanzado una versión de su modelo V3 optimizada para chipsets locales, una jugada que mucho más allá del atajo técnico, es una apuesta por la soberanía tecnológica.


La compañía ha integrado un nuevo formato FP8 llamado UE8M0, anunciado en WeChat, diseñado para los «próximos chips domésticos» (sin especificar de qué compañía), y está visible mediante un botón de «deep thinking» en la app y web de DeepSeek.
El FP8 es un formato de representación numérica en punto flotante con 8 bits que se está empezando a usar en inteligencia artificial, especialmente en entrenamiento e inferencia de grandes modelos de deep learning. La idea detrás de FP8 es muy simple: si reducimos la precisión de los cálculos, podemos procesar más operaciones por segundo, con menos consumo energético y menos memoria, pero manteniendo una precisión suficiente para que el modelo funcione bien. Y además de FP8, DeepSeek promete procesamiento más rápido y cambios en la tarificación del API a partir del 6 de septiembre.
Este movimiento adquiere una dimensión geopolítica extraordinaria en un momento en que China restringe el uso del chip H20 de Nvidia, acusando riesgos de seguridad y presionando a entidades estatales para que eviten su adquisición. La consecuencia es inmediata: una ola de entusiasmo en el mercado chino, con subidas del 20% en la cotización de Cambricon y notables alzas también en SMIC y Hua Hong Semiconductor. En este contexto de stack tecnológico chino autosuficiente, DeepSeek aparece como el puente entre potencia tecnológica emergente y ejecución pragmática.
De esta posibilidad ya habíamos, además, hablado anteriormente: la apuesta de DeepSeek por el open source, bajo la lógica de que el software abierto no solo democratiza el acceso, sino que puede transformar la estructura del poder tecnológico. Ya desde DeepSeek‑R1, su primer modelo presentado en sociedad, la capacidad de competir con alternativas occidentales en razonamiento y costes fue una evidencia de que no era estrictamente necesario invertir sumas colosales para crear inteligencia artificial generativa de vanguardia. Como comentamos en su momento, DeepSeek representa un «momento Sputnik«, desplazando certezas y obligando a revisar la hegemonía global. Y no está sola.
El apoyo de DeepSeek a los chips chinos no es un simple gesto nacionalista: es una jugada con lógica geopolítica y técnica. Conforme la industria se encamina hacia arquitecturas heterogéneas, DeepSeek está allanando el terreno para que Huawei y otras firmas locales puedan integrarse en el entorno generativo sin depender del ecosistema CUDA de Nvidia. Imaginemos un escenario en el que DeepSeek, respaldada por un modelo libre y compatible con chips como los de Huawei o Cambricon, se convierte en la base sobre la que empresas chinas desarrollan soluciones verticales, desde educación a salud, pasando por administración pública, en un entorno donde el control tecnológico está plenamente en sus manos.
Aun así, conviene no perder la perspectiva crítica. El uso de chips domésticos aún presenta retos: en el desarrollo de esta versión del modelo, DeepSeek tuvo dificultades para entrenar con chips de Huawei, y esa tensión técnica demuestra que la independencia no es automática: requiere una ingeniería y una calibración muy fina. Pero precisamente esa construcción, la de una infraestructura robusta, eficiente y abierta, es lo que puede elevar el nivel de las capacidades chinas en inteligencia artificial.
La convergencia de open source e independencia en hardware podría, a medio plazo, proyectar a DeepSeek como un posible líder global, no sólo por su tecnología, sino por su modelo de difusión: los desarrolladores globales ya están abrazando DeepSeek V3.1, bajando y probando su rendimiento en plataformas como Hugging Face, donde alcanza benchmarks propios de modelos cerrados con una economía de uso radicalmente distinta.
DeepSeek aparece con soluciones un 7% más baratas que las occidentales, pero con integración abierta y adaptativa. Y este tipo de modelo no solo entra en la economía de la innovación, sino que podría llegar a transformar la arquitectura del poder tecnológico global. Pero no se trata únicamente de eficiencia o de soberanía: hay una dimensión de adiestramiento ideológico y normativo, de control del relato. Auditorías académicas recientes ponen en evidencia cómo DeepSeek puede filtrar respuestas sobre temas sensibles, suprimir referencias a transparencia o democracia y, en ocasiones, amplificar narrativas afines al Estado. Esa capacidad apunta tanto al poder de moldear ecosistemas cognitivos como al riesgo de que un modelo abierto pueda ser el vector de canales de influencia (en el peor sentido) si no es monitorizado con rigor.
Si unimos estos vectores de ingeniería punta, apertura de código, compatibilidad con chips nacionales, difusión global y control estratégico, estamos frente a una posibilidad histórica: que DeepSeek no solo desafíe la hegemonía de Nvidia desde la tecnología, sino que además ayude a construir una plataforma tecnológica alternativa que sitúe a China como líder global en inteligencia artificial generativa. Y lo hará con la fuerza del código abierto y del hardware desarrollado en su propio país como palancas político-técnicas ineludibles.
Nota:https://www.enriquedans.com/







