Crisis pyme: alertan que más del 10% de las empresas podría cerrar antes de fin de año

Economía04/12/2025
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Deterioro en ventas, empleo y rentabilidad, así se configura el panorama que atraviesan hoy las pequeñas y medianas empresas del país. Tras dos años de gestión de La Libertad Avanza (LLA), el cuadro financiero se agravó al punto de que más del 10% de los empresarios admite que podría cerrar su negocio antes de fin de año.

La rentabilidad sigue en caída. Así se ve, desde adentro, la realidad que golpea a las pymes. Seis de cada diez ya trabajan sin márgenes positivos y casi un cuarto directamente pierde dinero incluso operando. Con precios y ventas que corren por debajo de los costos, cuatro de cada diez empresas se sostienen endeudándose para pagar impuestos o cubrir salarios, no para inversiones productivas.

En paralelo, el tejido productivo continúa achicándose: en los últimos 20 meses se perdieron más de 300.000 empleos formales y el país acumula una merma de más de 19.000 empresas registradas. Sin señales claras de reversión, las pymes advierten que si no cambia el rumbo del actual programa económico será difícil que recuperen su rol en el PBI y en la generación de trabajo digno.

Margen en caída libre y riesgo de cierre

Mientras la actividad económica se sostiene atada a la expansión financiera y extractiva, el aparato productivo y el empleo formal se derrumban de forma sostenida. Al respecto, nuevos datos dan cuenta del panorama especialmente preocupante para las pymes del país. Según se conoció, 6 de cada 10 empresas trabajan sin rentabilidad y más del 24% pierde dinero incluso operando. Esta situación agravó el riesgo financiero: el 13% de los empresarios advirtió que podría cerrar su negocio antes de fin de año.

¿Cómo se llegó a esta situación? Un aspecto relevante tiene que ver con que se agudiza la tensión en los precios, costos y rentabilidad. Así, el 88% de las empresas sufrió aumentos de costos, mientras que el 74% se vio obligada a subir precios. Sin embargo, “los incrementos no alcanzaron a compensar la inflación”. Así se desprende de un relevamiento presentado por la Asociación de Empresarios y Empresarias Nacionales para el Desarrollo Argentino (ENAC) donde se detalló que los costos crecieron 18,3% en promedio frente a un 15,2% de aumento en precios, lo que comprimió los márgenes de rentabilidad.

A esto se suma otro factor destacado por las propias firmas vinculado al fuerte endeudamiento que debieron afrontar para intentar subsistir en el negocio. En concreto, el 28,5% se endeudó para reponer capital de trabajo, el 21,3% para pagar impuestos y el 20,5% para afrontar salarios o aguinaldos. “La mayoría de los casos no estuvo vinculada a inversiones productivas, sino a la búsqueda de sostener la actividad básica ante la falta de liquidez”, sostuvo el informe. 

Un tercer punto que se suma a la situación de costos y deuda creciente refiere a una cadena de pagos cada vez más tensionada: el 59% de las empresas indicó que sus clientes extendieron los plazos de cobro unilateralmente, y el 47% señaló un aumento del incumplimiento. En promedio, las pymes financian a sus clientes durante 37 días, mientras que pagan a proveedores a 30 días, lo que refleja “una cadena de pagos cada vez más ajustada”.

En diálogo con este medio, Diego Ojeda, presidente de ENAC sostuvo: “la problemática que nos afecta tiene que ver con que más del 70% de las empresas tuvo que aumentar los precios, sin embargo, no llegan a superar la alta suba de los costos. Esto genera que se pierda rentabilidad, y en muchos casos, esta pérdida hace que las pymes estén trabajando por debajo del punto de flotación”, explicó. 

Todo esto podría agravar un escenario ya preocupante. Según los datos divulgados por la Superintendencia de Riesgos del Trabajo (SRT) en agosto pasado el número de empresas aportantes se situó en 493.193 unidades productivas, alejándose nuevamente del umbral simbólico de las 500.000 empresas. Esta cifra representa una reducción interanual de 6.842 empresas respecto de un año atrás. El sector manufacturero también exhibió una contracción, con 47.648 empresas activas (-1.095 unidades productivas en términos interanuales). 

Actividad y ventas en caída libre

El panorama actual está marcado por un mercado interno que sigue en caída libre y, en relación, una actividad productiva que se mantiene en niveles de recesión. En concreto, el 40,4% de las empresas reportó problemas en sus ventas -con caídas superiores al 10% en unidades vendidas- durante el tercer trimestre del año. Y, de hecho, en el sector industrial, el impacto fue aún mayor: casi la mitad (45,9%) tuvo un retroceso significativo en sus ventas. Solo el sector Servicios mostró una leve mejora del 6,6%, mientras que el Comercio volvió a caer (-1,3%). 

“Una variable muy importante tiene que ver con la pérdida del poder adquisitivo y la cantidad de despidos, lo que impacta fuertemente en el mercado local, y nos afecta porque las pymes vivimos principalmente del consumo interno. A esto hay que sumarle el agravante de las importaciones indiscriminadas, que son un grave problema para nuestro sector debido al ingreso desde el exterior de productos que son de producción nacional pero no tienen resguardo”, mencionó Ojeda. 

De acuerdo con el informe “Radar Pyme” que incluye a cerca de 400 empresas -la mayoría supera los 10 años de antigüedad- de 18 provincias del país, la capacidad operativa utilizada de dichas unidades productivas promedió el 54,6%, dando cuenta de una subutilización del aparato productivo. En el sector industrial, la utilización fue del 54,7%, por debajo del umbral razonable del 60%.

La crisis también se reflejó en el empleo. Solo el 17,1% de las pequeñas y medianas empresas incorporó trabajadores, mientras que un 19,7% despidió personal. En la industria, el número asciende al 28,8%. En conjunto, las empresas registraron una variación negativa del 3,0% en su dotación de personal.

Futuro incierto

De cara al futuro, predomina un pesimismo generalizado: casi 8 de cada 10 firmas cree que la economía empeorará al cierre de este año y el 59% prevé un deterioro también en su propio sector. Entre las principales limitantes para el crecimiento, se destacan tres puntos: 75% mencionó la caída del mercado interno como principal problema, el 55% la reducción de la rentabilidad y el 43% a la apertura de importaciones. 

Sobre ello, con una excesiva capacidad ociosa y sin dinamismo en la inversión, la crisis de la industria manufacturera pone en jaque la actividad y el empleo nacional (20% de los asalariados) y agrava un camino de creciente incertidumbre para lo que resta del año, a la vez que afecta a otras empresas comerciales y de servicios que vienen alrededor de la industria. En relación, la mayoría de las firmas no proyecta nuevas incorporaciones: el 80% de los empresarios no contratarán trabajadores en lo que resta del 2025.

El informe detalló, además, que el 65% de las pymes no planea nuevas inversiones en 2025. Aquellas que sí lo harán, lo harán con recursos propios, “reflejando la desconfianza hacia el futuro económico”, destacaron. 

“Hace un año ya alertábamos que habíamos perdido 10.000 pymes, por eso nos presentamos en el Congreso para entregar en mano el pedido de la Ley de Emergencia Pyme, que tiene dictamen, pero no se trató. En cambio, nos ponen en agenda la reforma laboral, que no es una agenda nuestra", dijo Ojeda a El Destape. En esa línea, aseguró "cuando hacemos nuestro relevamiento, la problemática de la cuestión laboral no está entre lo que más preocupa, por el contrario, el primer punto tiene que ver con la falta de ventas, la reforma viene de la agenda de las grandes empresas y de este poder político al que parece que no le importa en absoluto la agenda de las pymes”, cerró el presidente del ENAC.

 

Por Eugenia Rodríguez / El Destape

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