Milei, Hegel y los gobernadores

Actualidad19/11/2025
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¿Existe algo así como “la voluntad popular”? ¿Hay alguna fuerza más allá de la acción de cada individuo que termina dirigiendo la historia, o el curso de los grandes hechos sólo se explica por la decisión de las personas? Eso mismo se preguntó Hegel y respondió que hay una “astucia de la razón detrás de la historia”. La razón entendida como una fuerza extra individual que utiliza las pasiones e intereses de las personas para realizar sus objetivos.

Hegel veía muchas veces detrás de actos bárbaros como guerras, crímenes y saqueos cierta racionalidad que avanzaba hacia algún lugar. No olvidemos que Hegel vio el colapso del viejo régimen feudal y los inicios del capitalismo. Este año, luego de tantas elecciones a primera vista contradictorias, nos preguntamos si podemos encontrar alguna astucia de la razón detrás de la decisión electoral de los argentinos. ¿Se expresó algo así como la voluntad popular, como algo que sea más que la suma de cada voto en particular?

Bueno, si uno recorre las votaciones lo que a grandes rasgos ocurrió fue que los gobernadores opositores fueron revalidados y el rumbo de Javier Milei también. Eso, aunque parece ser contradictorio, podría interpretarse como el aval a un rumbo nacional y la elección de contrapesos locales para que protejan a las diferentes poblaciones y hagan de contrapeso a Milei. 
 
Gobernadores como Osvaldo Jaldo en Tucumán y Gerardo Zamora en Santiago del Estero, opositores y vinculados con el peronismo, aunque con cierta independencia, fueron fuertemente respaldados. Sin embargo, nacionalmente los candidatos de Milei fueron los más votados a pesar de que no los conozca nadie. Simplemente como una señal de apoyo al Presidente. Axel Kicillof también fue respaldado con contundencia en la elección provincial de Buenos Aires, pero en la elección nacional del 26 de octubre, como si hubiese significado erigirse como candidato a disputarle el poder a Milei, no corrió la misma suerte. Ahí el respaldo a Milei fue más decisivo.

Si la voluntad popular efectivamente fuese algo autónomo, una suerte de astucia de la razón estilo criollo, podríamos decir que eligió poner a Milei en el puesto de mando y a los gobernadores en el puesto de negociación. Es decir: “Sí vamos hacia este rumbo, pero con los gobernadores cuidando a la gente”. Este caso se vio con mucha claridad en Santa Fe. Ahí la población apoyó al gobernador Maximiliano Pullaro para la elección constituyente y la elección provincial. Sin embargo, le dio su total apoyo a Milei con un candidato totalmente desconocido para la elección nacional.

¿Solamente es el miedo lo que hizo votar por el Gobierno o hay una racionalidad entre ambos votos? Un rumbo decidido hacia las reformas que hay que hacer para que haya un cambio productivo en el país y otro para que se haga con ciertos contrapesos y racionalidad. Es decir, radicalización en el rumbo, sensatez en los contrapesos.

Probablemente esto estén pensando los mandatarios provinciales que se están juntando a discutir con el flamante ministro del Interior, Diego Santilli. Cómo utilizar las necesidades de Milei del apoyo parlamentario de los gobernadores para impulsar el Presupuesto 2026 y las llamadas reformas estructurales como carta de negociación para obtener obra pública, fondos coparticipables o la posibilidad de emitir deuda desde las provincias para que cierren los números de este año es la cuestión de los gobernadores. Todo indicaría que hay voluntad desde ambos lados para respetar esta voluntad popular que nosotros estamos tratando de caracterizar.

En una genial nota que el sociólogo, Luis Costa escribió para Perfil explicó como la comunicación política y aplica su código binario de beneficio o perjuicio ("¿Esto beneficia al gobierno o a la oposición?") para tratar o no un tema. Lo profundo es que este código estructural desconecta a la política de la verdad intrínseca de cualquier tema, valorándolo solo por su utilidad electoral.

La política, al estar sujeta a la única pregunta de si gana o pierde elecciones, omite sistemáticamente todo aquello que no es "productivo" para ese fin. El resultado de esta operación es la inobservación social completa, un estado de ignorancia institucionalizada sobre los elementos complejos, culturales y estructurales que la política no logra capturar en su código simplificador. Irónicamente, esta complejidad ignorada, al no ser tratada, continúa desarrollándose en las profundidades, lista para arruinar las ilusiones de orden que la política intenta simular con sus celebrados "acontecimientos".

Es decir, conectando con nuestra voluntad popular o astucia de la razón hegeliana, para Costa hay procesos profundos que la política y el periodismo político atrapados en el cálculo electoral constante pierden de vista. A la larga, estos procesos son los que terminan imponiéndose. Probablemente, el hecho de que la sociedad haya elegido a Milei como presidente se cocinó a fuego lento en este tipo de procesos que como sabemos nadie vio venir del todo.

Ese proceso que se cocinó a fuego lento es lo que temen los gobernadores. Esa determinación con que la sociedad decidió acompañarlo, ese electorado que comparten con Milei y que en ocasiones los votan a ellos y en las elecciones nacionales a Milei es lo que no quieren desafiar, fundamentalmente porque entienden la frustración de parte de su electorado con el rumbo general del kirchnerismo o el macrismo.

Es decir, las frustraciones de los dos últimos gobiernos y del kirchnerismo como conducción del peronismo en particular terminó produciendo la adopción de un nuevo rumbo, que es el libertario. Esa realidad, la de una primera minoría de la sociedad eligiendo el camino que le trazó Milei por sobre otro, parece haberse revalidado hasta el 2027 y a los gobernadores solo le queda ser “oposición a su majestad”.

La frase "Oposición leal a Su Majestad" (His Majesty's Loyal Opposition en el Reino Unido) es un término político de origen británico que se utiliza para designar oficialmente al partido político más grande que no forma parte del gobierno en el Parlamento. Es esencialmente una paradoja que define el corazón del sistema democrático parlamentario. Su significado se basa en la combinación de dos conceptos: la Oposición y la Lealtad a Su Majestad.

La Oposición ejerce el derecho y el deber de criticar, fiscalizar y desafiar las políticas y decisiones del Gabinete gobernante, además de prepararse para ofrecer una alternativa de gobierno. Sin embargo, el componente "A Su Majestad" (o "Leal") significa que, a pesar de criticar y buscar reemplazar al Primer Ministro y su Gabinete, la oposición es totalmente leal al Estado, a la Corona y al sistema constitucional vigente. En línea con la cuenta de X atribuida a Santiago Caputo llamada "@Mileiemperador@, los gobernadores inauguraron la oposición a su majestad.

Ayer entrevisté al analista político español Alfredo Serrano Mancilla para hablar sobre los giros y contragiros de la política Latinoamericana y me habló de un concepto interesante de un columnista del diario La Vanguardia de España. La expresión "surcos profundos" utilizada por el periodista catalán Enric Juliana es una poderosa metáfora que busca explicar los fenómenos políticos, especialmente los electorales, yendo más allá de la simple coyuntura o el resultado inmediato. El concepto se refiere a las fuerzas estructurales, demográficas, económicas y culturales que operan por debajo de la espuma de los acontecimientos diarios. Estos surcos son los procesos lentos y silenciosos que moldean el sentir colectivo y que actúan como la "placa tectónica" que, cuando se mueve, provoca un "terremoto" en la política.

El valor de esta idea reside en que el resultado electoral de hoy es solo la manifestación superficial de una tendencia que lleva gestándose durante años, como puede ser la creciente desigualdad social, el desencanto generacional con el sistema o la fragmentación del espacio público. Estos factores son los surcos profundos que, si no se entienden, convierten cualquier victoria política en algo efímero.

Al igual que en el análisis de Costa, Juliana sugiere que la política y el periodismo cometen un error al enfocarse únicamente en la coyuntura (lo rápido, lo binario, el juego entre gobierno y oposición), sin tomar en cuenta la estructura que se mueve a un ritmo lento, complejo y multidimensional. La victoria en la coyuntura puede ser clara, pero si el ganador no comprende los surcos profundos que llevaron a la sociedad a votar, esa victoria se desvanecerá. El concepto invita a adoptar una mirada histórica que busca las continuidades y las raíces de los problemas, reconociendo que las creencias y las problemáticas sociales se arrastran y se heredan, determinando el verdadero destino de un país mucho más que la retórica o el desempeño de un solo gobierno.

Desde que ganó Milei he admitido que tal vez la sociedad entienda algo que yo no estoy entendiendo, como aquella frase de Blaise Pascal de que "el corazón tiene razones que la razón no entiende". Quizás estos conceptos de Hegel o las notas de Costa o Juliana nos ayuden a entender que producto de un largo proceso, una mayoría social decidió avanzar en un rumbo decididamente capitalista y de derecha en lo económico para resolver ciertas taras productivas del país. Y eligió como oposición racional, sensata y responsable a los gobernadores. Es decir, eligió a un audaz total al frente del rumbo y a opositores sensatos y responsables para equilibrarlo. Es muy fácil enojarse con un proceso con el que uno no está de acuerdo, lo difícil es tratar de entenderlo y en eso estamos.

Los gobernadores ahora enfrentarán acusaciones de parte del peronismo que les dirá traidores y planteará que no ser verdaderos opositores a Milei. Sin embargo, los gobernadores están representando el verdadero sentir del electorado de sus provincias. Esto no implica que su camino no esté lleno de dilemas, contradicciones y problemas que tendrán que enfrentar con política e inteligencia.

Detrás del acuerdo comercial con Estados Unidos habrá sectores de la economía que se resientan y otros que se beneficien. Habrá trabajadores que se queden sin trabajo y consumidores que consigan mejores precios. ¿Cómo negociar con Estados Unidos a través de Milei y cómo reconvertir a los caídos del modelo con cuentas provinciales en rojo?

En columna que escribí para el diario Perfil plantea que el electorado, a pesar de ser mayoritariamente moderado, votó por una opción extrema porque posee un "saber que no se sabe", una forma de inteligencia social inconsciente que se expresa en las urnas. Este conocimiento latente, desordenado y disperso, lleva a los votantes a intuir que la posición de centro comunica falsamente que la crisis no es grave, lo que ofende a quienes se sienten víctimas de la situación.

De forma más profunda, este saber colectivo dicta que para alcanzar la moderación genuina que el país necesita, el péndulo político debe ser llevado primero al extremo opuesto. El voto a una figura radical como Milei, por lo tanto, no implica compartir su extremismo, sino utilizarlo como una herramienta necesaria para reequilibrar la balanza frente a la intensidad del campo polarizado anterior, es decir, el kirchnerismo.

La elección de Milei es vista como un antídoto temporal, un mecanismo de choque para desarticular el status quo y crear las condiciones futuras para que la moderación finalmente pueda establecerse. La paradoja es que, en este momento de crisis, la moderación solo se logra a través de la falta de moderación, un acto visceral que el cuerpo social sabe antes de poderlo articular racionalmente.

Producción de texto e imágenes: Matías Rodríguez Ghrimoldi / Modo Fontevecchia

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