Manes y Lousteau, en clave 2025: quiebre del bloque UCR y sintonía con reservas del proyecto “anti Milei”
Como le sucede a toda la oposición desde que ganó Javier Milei, la Unión Cívica Radical busca su identidad y su norte de cara a lo que viene. Martín Lousteau y Facundo Manes son dos de las principales figuras del partido centenario con pretensiones electorales que se muestran críticas de la gestión libertario. Sin estrategia común, aunque haya coincidencias coyunturales, analizan que es inminente la ruptura del bloque que conduce Rodrigo de Loredo en la Cámara de Diputados para marcar mayor distancia con Casa Rosada.
La aprobación de la Ley Bases y el paquete fiscal fueron el cierre de una etapa de la relación entre la oposición “dialoguista” y el gobierno nacional. La semana que pasó La Libertad Avanza sufrió una triple derrota en el Congreso y la UCR tuvo mucho que ver. Los radicales no querían ser señalados como los responsables de que Milei no tenga “las herramientas” y ahora la postura será votación a votación y algunos no se pondrán colorados de coincidir con el peronismo.
Cada votación en estos ocho meses representó para el bloque un desafío a la cohesión interna. Las votaciones son transversales ya que hay agendas que a algunos los encuentran de un lado y otras del otro. “La agenda es clave”, resaltaron desde ambos bandos y le suman que las discusiones se dan mientras se disputan las conformaciones de comités provinciales.
Por eso, el elemento clave es entender esos vaivenes de acuerdo a la realidad de cada legislador en sus provincias. Un experimentado dirigente radical que integra el bloque, pero no está ni entre los oficialistas ni entre los más críticos, lo describió así en diálogo con El Destape: “No es lo mismo si el año que viene enfrentás a La Libertad Avanza, que si tenés la posibilidad de acordar. La realidad distrital explica más que lo ideológico”.
Pese a las disidencias, el financiamiento para universidades los mostró unidos y el rechazo al DNU que otorga 100 mil millones de pesos a la Secretaría de Inteligencia exhibió una alta sintonía. La relación es tensa entre los que se muestran más cercanos al oficialismo y los más críticos.
Manes y su ladero Pablo Juliano fueron los primeros en desmarcarse de la postura del bloque cuando en enero votaron en contra de la primera y trunca Ley Bases. Con el correr de las votaciones se plegaron Fernando Carbajal y Marcela Coli para conformar una base a la que también por momentos se suman Pedro Galimberti, Jorge Rizzotti, Natalia Sarapura, Manuel Aguirre y Juan Carlos Polini.
En la sesión por el DNU sobre fondos para la SIDE a ese número se le sumaron Danya Tavela, Carla Carrizo y Mariela Coletta; del sector Evolución que conducen Emiliano Yacobitti y Martín Lousteau. También otros diputados como Julio Cobos, Karina Banfi, Atilio Benedetti, Fabio Quetglas y Gabriela Brouwer de Koning. Finalmente, fueron 22 los que lo rechazaron y entre ellos estuvo Carlos Monti, uno de los firmantes para que se reúna la comisión bicameral, que no colaboró con el número al principio.
En la misma sesión quedó expuesto el eje libertario del bloque o los “radicales libertos” como les dicen en privado entre los que rodean al neurocientífico. Rodrigo de Loredo estaba ausente con aviso por un viaje a los Estados Unidos junto a Cristian Ritondo y Mayra Mendoza. “Quedaron al desnudo los ocho que no acompañaron”, resaltó un diputado que aportó y trabajó para el quórum.
Diálogo, pero no acuerdo
Tras el derrumbe de Juntos por el Cambio, Manes y Lousteau coinciden en que es momento de dejar de ser el furgón de cola del PRO y construir una alternativa tanto a los libertarios como al kirchnerismo. Aunque ponen más énfasis en afirmar que buscan más una propuesta “anti Milei” aunque técnicamente no les guste llamarlo así. Estos dos sectores se enfrentan al presidente del bloque, Rodrigo de Loredo, un aliado clave para la Casa Rosada y que llegó a ese lugar impulsado por los gobernadores del “Grupo Malbec” que ahora se rebautizó “Causa Federal” y que lideran Alfredo Cornejo y Gustavo Valdés.
Dirigentes cercanos a Lousteau y Manes coincidieron ante El Destape que hay diálogo permanente entre ellos en el que buscan coincidencias frente a la agenda de ajuste del Gobierno. De todos modos, también aclararon que “la relación va y viene” que “no es mala, pero no está clara” y que “tienen personalidades particulares que complejizan el acuerdo por momentos”.
La coincidencia más grande que tienen hoy es que los dos buscan ser alternativa el año que viene. “En lo grueso comparten que el modelo de Milei no lo queremos. Con Milei no queremos estar”, sentenciaron cerca de Lousteau aunque esa postura puede tener asteriscos en algunas votaciones ante iniciativas del oficialismo en las que puedan coincidir: “La sintonía fina cuesta más que la gruesa”. Al respecto, resaltaron: “Tampoco estaremos en contra de todo”.
Ambos pretenden ser parte de una coalición nueva y ser parte de una oferta “de centro” que esté alejada de Milei y el PRO, por un lado, y del kirchnerismo, por el otro. La salvedad sería el peronismo no kirchnerista. Habrá que ver el punto de partida de cada uno. Lousteau es presidente de la UCR y desde allí sienta posición y justifica sus votaciones como representante de todos los correligionarios. Mientras que Manes asegura que la llegada de Milei puso en jaque a los partidos políticos y se muestra más interesado en la construcción de un movimiento más amplio, con actores de distintos sectores.
¿Se rompe el bloque de la UCR?
En el tiempo que se avecina, siempre sujeto a la coyuntura y la marcha del Gobierno, los movimientos del bloque deberán ser leídos en clave electoral. En los bandos de Manes y Lousteau no le ven mayor sobrevida al bloque así como está aunque difieren en cómo se resolverá. ”Los de Malbec quieren abrazarse a Milei en las elecciones que se vienen”, denunciaron en ambas trincheras.
“Vamos a un esquema de bloque roto”, soltaron desde Evolución y le adelantaron a El Destape: “Con mucho esfuerzo llegaremos a diciembre, capaz ocurre antes”. Es que la agenda parlamentaria y la postura que adopte el Gobierno tras el triple golpe que se le asestó irá acelerando o no el proceso. Por ejemplo, la reforma de sindicatos que quieren los gobernadores no convence a todo el bloque salvo que enfrente solo se posicione un Pablo Moyano. Son los mismos mandatarios a los que acusan de haber querido boicotear la sesión por el financiamiento universitario. “Pedían que no metamos otro agujero fiscal al presupuesto”, señalaron desde el radicalismo.
Por su parte, Manes no ve una ruptura sino más bien una reorganización del bloque con un esquema distinto en el que piensa que se irán cuatro o cinco legisladores que votan más en sintonía con el oficialismo. “No van a poder soportar ni dar explicaciones de lo que no votan”, esgrimieron cerca de Manes en diálogo con El Destape. En ese grupo ven a Lisandro Nieri, Luis Picat, Mariano Campero, Pamela Verasay, Federico Tournier y Soledad Carrizo.
¿Y De Loredo? El cordobés, quien recibe cuestionamientos de sus correligionarios tanto del sector de Manes como de Lousteau, no estuvo pero expresó en X sobre esa sesión. Se mostró crítico por la falta de explicación respecto de la asignación, pero no fue explícito respecto de cómo hubiese votado. “No ayuda nada y lo que acuerda con (Martín) Menem se contradice con lo acordado con el resto del bloque”, cuestionaron sobre su rol y soltaron desde la mesa política del senador: “Rodrigo quiere ser candidato de La Libertad Avanza en Córdoba”. La pregunta que hoy no tiene respuesta es que si se lo corre de la presidencia, ¿quién se pone ese traje?
El debate acerca de la ruptura está, pero por ahora no evoluciona. Y hay quienes ven difícil ese entendimiento por distintas razones. Una de ellas es definiciones políticas como la postulación de Ariel Lijo que Manes rechaza y que Lousteau si bien aún no se pronunció tiene a su socio Yacobitti como defensor. No son diferencias insalvables y algunas quizás tengan que ver con estilos y personalidades. Por lo pronto, en 2025 sus discursos pueden ser complementarios y buscar pescar en la misma pecera ya que no serán rivales porque uno competirá en la provincia y el otro en la ciudad de Buenos Aires. El 2027 será otra discusión.
Por Lucas Bo / El Destape