


El creador de ChatGPT anticipó qué trabajo desaparecerá primero debido a la inteligencia artificial
Recursos Humanos13/09/2025




Sam Altman, director ejecutivo de OpenAI, afirmó que la inteligencia artificial (IA) está a punto de generar cambios significativos en el mercado laboral, especialmente en los sectores de atención al cliente. En una entrevista concedida al programa The Tucker Carlson Show el miércoles, Altman señaló que muchos empleados que actualmente trabajan por teléfono o por ordenador podrían perder sus puestos frente a sistemas automatizados.


"Estoy convencido de que muchos de los actuales empleados de atención al cliente que trabajan por teléfono o por ordenador perderán sus puestos de trabajo, y que la IA lo hará mejor", explicó el ejecutivo. Según Altman, este fenómeno no representa una excepción histórica, sino que se inscribe en la continuidad de transformaciones laborales que las sociedades han experimentado a lo largo del tiempo.
Altman comparó la actual situación con transformaciones previas en el empleo, afirmando que, en promedio, alrededor del 50% de los puestos de trabajo se modifican de manera significativa cada 75 años. Subrayó que estas alteraciones no siempre implican la desaparición total de empleos, sino que pueden implicar cambios en funciones, herramientas y formas de organización del trabajo.
"Mi polémica opinión es que esto va a ser como un momento de equilibrio, en el que gran parte de ello ocurrirá en un breve periodo de tiempo", señaló Altman. Según el ejecutivo, la IA podría acelerar este proceso en comparación con cambios históricos prolongados, aunque la magnitud del impacto sería comparable a la observada en transformaciones industriales anteriores.
Profesiones con menor riesgo de automatización
Altman indicó que ciertas profesiones, como la enfermería, probablemente no se verán reemplazadas por la IA en el corto plazo. Explicó que la interacción humana profunda es un elemento central en estos roles, un componente difícil de replicar mediante sistemas automatizados.
En contraste, el futuro de los programadores es menos claro. Altman mencionó que la IA ha incrementado la productividad de los desarrolladores, pero cuestionó cómo podría evolucionar la demanda de puestos de programación en cinco o diez años.
El ejecutivo también compartió que, tras perder la mitad de su visión por un glaucoma, utiliza la IA como herramienta para detectar enfermedades, aunque enfatizó que la tecnología no sustituirá a los médicos.
Perspectivas de expertos sobre la automatización
El debate sobre la IA y el empleo no se limita a Altman. Otros expertos han planteado escenarios distintos sobre la magnitud y velocidad de la transformación laboral.
Adam Dorr, director de investigación del think tank RethinkX, aseguró a The Guardian que la IA y la robótica podrían hacer obsoletos ciertos empleos para 2045. Comparó la situación con la transición de trabajadores equinos en la era de los automóviles o de las cámaras tradicionales frente a la fotografía digital, sugiriendo que la automatización podría desplazar roles existentes de manera irreversible.
Ethan Mollick, profesor de emprendimiento e innovación en la Wharton School de la Universidad de Pensilvania, advirtió que los paralelismos históricos no siempre son lineales. Según Mollick, la tecnología suele incrementar la productividad y, a largo plazo, puede generar mejores empleos, aunque a corto plazo produzca disrupción.
En algunos casos, la automatización ha llevado a un aumento del empleo. Lindsey Raymond, entonces candidata a un doctorado en la MIT Sloan School of Management, destacó en 2023 la invención de la desmotadora de algodón a finales del siglo XVIII, la cual redujo costos y aumentó la demanda, impulsando el empleo general. Raymond advirtió que, si se aplicara un fenómeno similar en atención al cliente, podría generar mayor competencia y presionar los salarios a la baja.
Riesgos históricos y lecciones de la Revolución Industrial
Los historiadores advierten que los cambios tecnológicos no siempre se compensan de manera equitativa. Brian Merchant, autor de Blood in the Machine: The Origins of the Rebellion Against Big Tech, comparó el contexto actual con las revueltas luditas de principios del siglo XIX, cuando trabajadores textiles destruyeron máquinas de tejer que disminuían el valor de su trabajo.
Merchant señaló que la Revolución Industrial no eliminó todos los empleos, pero transformó los puestos bien remunerados y cualificados en trabajos peligrosos y mal pagados. Según el historiador, los principales beneficiarios fueron los propietarios de fábricas, mientras que los trabajadores enfrentaron riesgos físicos y menor compensación económica.
El efecto de la IA sobre la productividad de los trabajadores ya es visible en varios sectores. Altman resaltó que los desarrolladores son más eficientes gracias a herramientas de inteligencia artificial, lo que ha permitido acortar plazos y aumentar la complejidad de los proyectos. Sin embargo, se mantiene la incertidumbre sobre el equilibrio entre productividad y disponibilidad de empleos en el futuro.
La automatización, según diversos estudios, puede reducir tareas repetitivas y rutinarias, pero también plantea desafíos para la formación y reconversión laboral. La necesidad de adaptación a nuevas herramientas digitales se ha convertido en un requisito en sectores tradicionales como la atención al cliente, el comercio y la programación, lo que genera presión sobre la capacitación continua.
Proyecciones y debates sobre el futuro del empleo
El consenso entre analistas y líderes tecnológicos es que la IA provocará cambios significativos, aunque difieren en la velocidad y la magnitud del impacto. Algunos sostienen que la automatización eliminará empleos a gran escala en pocas décadas, mientras que otros consideran que los efectos se distribuirán de forma progresiva, con la creación de nuevas oportunidades laborales y roles más especializados.
Históricamente, los cambios tecnológicos han mostrado que la adaptación de la fuerza laboral depende de factores como la inversión en educación, la regulación laboral y la estructura económica de cada país. El debate actual combina elementos técnicos, económicos y sociales, subrayando la necesidad de políticas públicas y estrategias corporativas que mitiguen los efectos negativos de la disrupción tecnológica.
Nota:iprofesional.com







