El pago de la deuda en riesgo

Economía10/09/2025
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El consenso entre economistas y consultores crece sobre las dificultades que enfrenta el Gobierno para sostener el control de la economía en un escenario atravesado por la tensión cambiaria, el freno de la actividad y la incertidumbre política. La derrota en la provincia de Buenos Aires, que funcionó como unas primarias nacionales, amplificó las dudas sobre la capacidad de la administración de Javier Milei para sostener el programa y reforzó la percepción de que el mercado le empieza a soltar la mano.

Consultada por Página/12, la economista y directora del Banco Ciudad Delfina Rossi remarcó que “lo más grave es que el gobierno no se anoticia de la necesidad de realizar cambios sobre el sendero económico, el cual tenía una fuerza de estabilidad macro pero que ahora se da vuelta: salir del cepo con un esquema de bandas impidió la acumulación de reservas, y además lo intervino a través del dólar futuro. Hoy el tipo de cambio se sitúa en banda superior, conservando el gobierno cierto poder de fuego para intervenir, pero con actitudes erráticas como la venta de dólares por parte del Tesoro, utilizando recursos que deberían ir a pagar deuda externa”. Según Rossi, desde agosto el Tesoro vendió más de 800 millones de dólares para contener la presión cambiaria.

La economista advirtió que, en ausencia de un rumbo claro sobre de dónde provendrán los dólares, “lo más probable es que los exportadores dejen de vender esperando una devaluación”, mientras que del otro lado se observa un comportamiento de adelantamiento de importaciones para cubrirse frente a un salto cambiario.

En paralelo, la licitación de deuda de esta semana apunta a renovar 7,2 billones de pesos. “El objetivo es capturar liquidez para que no se fugue al dólar, pero se enfrenta a un clima de desconfianza generalizada”, agregó Rossi.

En tanto, en el terreno de la economía real, entre noviembre de 2023 y junio de 2025, la construcción se derrumbó 21,1 por ciento y la industria 4,6 por ciento, sin contabilizar todavía el impacto de las supertasas. “En agosto y septiembre la recesión se profundizará porque las pymes no pueden refinanciar capital de trabajo, con riesgo creciente de mora”, advirtió.

Más críticas

En la misma línea crítica, Fausto Spotorno analizó que el Ejecutivo no logra acumular reservas y planteó que la pregunta central es cómo piensa afrontar los próximos vencimientos de deuda. “No se está pudiendo recomponer reservas y los pagos de capital en dólares son cada vez más pesados”, alertó el economista de la consultora Ferreres.

Carlos Melconian fue más allá al calificar la política cambiaria como un “populismo berreta de clase alta”. El expresidente del Banco Nación señaló que se generaron distorsiones serias en los precios relativos y en las expectativas. Según explicó, el esquema de bandas y la intervención en futuros sólo logra postergar un problema que se amplifica en el tiempo, a costa de mayor inestabilidad para los sectores productivos.

Por su parte, Gabriel Rubinstein, ex viceministro de Economía, apuntó que el esquema cambiario “está mal diseñado” y que se desaprovechó el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. Para Rubinstein, el gobierno perdió la oportunidad de ordenar las cuentas y recomponer credibilidad, optando por una estrategia que combina señales contradictorias y que deja al país en una posición frágil frente a los acreedores y al propio organismo internacional.

Los diagnósticos de los tres economistas se suman a la advertencia de Rossi y coinciden en subrayar que el frente cambiario y monetario se convirtió en el talón de Aquiles del modelo oficial. El cuadro es de menor actividad, tensiones crecientes en el mercado de deuda y caída de reservas, con un gobierno que prioriza sostener el tipo de cambio hasta las elecciones como única estrategia.

En ese escenario, la elección bonaerense tuvo efecto multiplicador. No solo marcó un límite electoral para Milei, también reforzó la idea de que el programa económico perdió el oxígeno que podía darle el capital político. La persistencia en un esquema cada vez más cuestionado abre dudas sobre la viabilidad de los próximos meses.

El oficialismo se enfrenta a un dilema: sostener el dólar en el corto plazo a costa de perder reservas y profundizar la recesión o reconocer la necesidad de un cambio de rumbo antes de que la dinámica de mercado fuerce un desenlace más abrupto. Hasta ahora, parece inclinarse por la primera opción.

Por Juan Garriga / P12

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