La recuperación del PBI siguió con su marcha en el primer trimestre del 2025, aunque estuvo muy por debajo de lo esperado: aunque el último REM proyectaba una mejora del 1,5% respecto al último trimestre del 2024, finalmente la mejora fue del 0,8%, lo que implicó una desaceleración respecto al ritmo que venía mostrando la reactivación, que siguió en forma de V. El atraso cambiario fue una marca fundamental de lo ocurrido con la economía durante el mes: las exportaciones cayeron por primera vez en lo que va de la gestión del Gobierno y el consumo dio un salto gracias al turismo al exterior y los bienes durables.
El Indec publicó el Informe de avance del nivel de actividad correspondiente al primer trimestre. Confirmó la continuidad en la dinámica de mejora del PBI, aunque con una sorpresa por su magnitud menor a la esperada, y también brindó un detalle acerca del crecimiento del consumo privado y la inversión, aunque esta última perdió participación sobre el total del producto. Las exportaciones, además, cayeron por primera vez, en una dinámica que según el ICA continuó durante abril y mayo. En ese sentido, la apreciación del peso jugó en contra.
La mejora del PBI fue del 5,8% interanual, aunque esa comparación es contra un primer trimestre del 2024 históricamente bajo por el impacto de la devaluación de diciembre del 2023. Al comparar contra el cuarto trimestre del año pasado, la suba fue del 0,8%, bien por debajo de la proyección que habían hecho las consultoras y bancos de la city para la variación de la actividad económica en el primer trimestre. Y es que el Indec a través del Emae había dejado entrever un incremento del 1,5% trimestral desestacionalizado. Finalmente revisó los números y corrigió a una suba menor, del 0,8%.
Vista desde la demanda agregada, la mejora del PBI fue motorizada por el consumo privado, que dio un salto del 2,9% trimestral desestacionalizado gracias a los bienes durables y el turismo; también con una mejora de la inversión del 9,8%, que no le alcanzó para perder participación sobre el total del PBI, y ahora quedó con una de 15% (fue de 15,8% en promedio en 2024), por debajo de un consumo que subió a una participación del 71% (fue de 66,7% en promedio en 2024). Las exportaciones cayeron 1,5% y en eso hay continuidad: según el informe del Intercambio Comercial Argentino (ICA) del Indec correspondiente a mayo, durante el mes pasado terminaron un 7,7% por debajo de los niveles de diciembre del 2024. Vienen en baja, dejando de lado la estacionalidad, en un contexto de atraso cambiario.
Con todo, la actividad económica continuó con su rebote en forma de V, más allá de que el 0,8% implicó una desaceleración respecto al 3,9% del tercer trimestre del 2024 y al 2% del cuarto trimestre, y el ministro de Economía, Luis Caputo, celebró: “Respecto al consumo privado, en términos desestacionalizados, el primer trimestre de 2025 fue el mayor de la historia. La inversión en maquinaria y equipo fue la más alta de la historia para un primer trimestre. Lo mismo la de equipo de transporte. Las exportaciones fueron las más altas de la historia para un primer trimestre, y el tercer dato más alto de la historia”.
El director de Planificación Productiva de Fundar, Daniel Schteingart, remarcó que el consumo per cápita sigue debajo de los niveles del 2013 y afirmó: “¿Cómo se explica el aumento del consumo privado? 1. Más compras de bienes durables, como autos, motos y electrodomésticos. Esto se debe a que subieron muy por debajo de la inflación y al retorno del crédito en cuotas; 2. Récord de turismo al exterior, que también cuenta como parte del consumo privado. Esto se debe al dólar barato; 3. Recuperación gradual del consumo de alimentos tras la baja de 2024. Aunque el consumo en supermercados sigue bajo, eso no significa necesariamente que comamos menos: cada vez compramos más en otros canales. A modo de ejemplo, aunque el consumo en supermercados per cápita está 17% por debajo de 2017, el consumo de carnes (bovina, aviar y porcina) casi no varió”.
BaeNegocios
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