Generación ansiosa: cómo son los chicos en un mundo de presión y perfeccionismo
Una encuesta reciente de la Fundación Walton y Gallup, realizada en colaboración con la psicóloga Lisa Damour y publicada por la plataforma estadounidense NPR, revela que los adolescentes de la generación Z enfrentan presiones significativas y un aumento en las emociones negativas como la ansiedad, especialmente entre las niñas y las adolescentes. El estudio, que consultó a 1.675 chicos de entre 10 y 18 años, destaca la importancia del apoyo parental en un contexto de desafíos únicos.
Damour señala que, si bien ser adolescente siempre ha sido difícil, esta generación se enfrenta a exigencias académicas elevadas y un entorno de redes sociales que puede resultar agotador. Además, dos tercios de los jóvenes encuestados expresan preocupación por el futuro del mundo. La presión por la perfección afecta particularmente a las niñas y a los hijos mayores, incidiendo negativamente en su autoestima y aumentando la incidencia de ansiedad, tristeza y estrés.
Para mitigar estas presiones, Damour sugiere que los padres refuercen la idea de que sus hijos no necesitan ser perfectos y que es normal cometer errores. El apoyo debe centrarse en fomentar una autoestima positiva y en recordar a los chicos que son valiosos pese a sus imperfecciones. Los padres pueden ayudar a sus hijos a navegar estos altibajos emocionales aceptando la montaña rusa que caracteriza esta etapa y alentándolos a desarrollar habilidades de afrontamiento saludables, como pasar tiempo al aire libre, realizar actividades creativas o simplemente desconectar de las redes sociales.
La encuesta también revela que uno de cada seis padres tiene dificultades para comunicarse con sus hijos cuando están molestos, bajo la suposición de que los adolescentes no quieren hablar o no serán receptivos. Sin embargo, Damour subraya que los jóvenes valoran las conversaciones sinceras con los adultos, especialmente cuando estos simplemente escuchan y toman en serio sus sentimientos, evitando ofrecer consejos no solicitados.
Las emociones de los adolescentes son intensas y variadas. Aunque el 45% de los chicos encuestados reportó haberse sentido estresado el día anterior y el 38% ansioso, casi todos también manifestaron haber experimentado felicidad. Damour señala que estas fluctuaciones emocionales son parte del desarrollo normal y no necesariamente indican un problema.
Los padres pueden ayudar a sus hijos a gestionar estos altibajos reconociendo la validez de sus sentimientos y apoyando sus propias estrategias de afrontamiento saludables, como llorar, pasar tiempo con una mascota o hacer ejercicio. El foco debe estar en intervenir únicamente si los chicos recurren a formas dañinas de gestionar sus emociones. En lugar de corregir o minimizar sus emociones, los padres deberían validar sus experiencias y estar presentes como figuras de apoyo constante.
La clave, dice la profesional, es que los jóvenes se sientan escuchados y comprendidos, mientras se les guía hacia formas constructivas de lidiar con sus desafíos emocionales. Es fundamental que los adolescentes perciban que sus padres no solo están disponibles para conversar, sino que también respetan su autonomía emocional, reconociendo que el crecimiento implica aceptar tanto los momentos de alegría como los de dificultad.
Nota:infobae.com