¿Hay una burbuja de la inteligencia artificial?

Actualidad 21 de abril de 2024
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La respuesta a esa pregunta es simplemente sí. Por supuesto que hay una burbuja de la inteligencia artificial, como ocurre siempre cada vez que un fenómeno tecnológico experimenta una adopción tan rápida y brutal.

Ese tipo de comportamientos están perfectamente modelizados, y son predecibles: las expectativas crecen hasta un punto en el cual la presión por lanzarse a crear productos o servicios en torno a la «nueva» tecnología es insoportable, tanto para compañías consolidadas como para las que se crean específicamente para ello. A esa presión se suman los inversores, incluidos los institucionales o hasta el dinero público, que inician una alocada carrera inflacionaria por situar su dinero en esas compañías, y por supuesto, unos medios que no dejan de alimentarla con expectativas igualmente infladas. Así funciona la innovación. Es lo que hay.

A estas alturas, la burbuja de la inteligencia artificial afecta a muchas compañías tecnológicas con valoraciones excesivamente infladas, hasta el punto de que está afectando incluso a un valor tan seguro como Nvidia, el «vendedor de herramientas en la fiebre de la IA«, que ayer perdió un 10% debido al riesgo que algunos inversores están empezando a ver en las compañías tecnológicas. Por supuesto, no han tardado en surgir los que comparan esta burbuja con la de las dot.com o la de las criptomonedas, olvidando que en cualquiera de los casos, aunque hubiera un pinchazo y una caída momentánea que eliminó a muchos competidores sin suficiente fundamento, hablamos de tecnologías no solo sólidas, sino destinadas a jugar un papel fundamental en nuestras vidas.

Sí, hay una burbuja. Sí, va a explotar, y se llevará por delante tanto a unas cuantas compañías creadas con expectativas poco realistas, como una buena cantidad de dinero de muchos inversores. Hay demasiadas compañías lanzándose a por inversión, demasiados modelos, demasiada excitación. Es evidente, y además, siempre pasa. Es inevitable, una parte de la naturaleza humana que se refleja en unos mercados que la amplifican enormemente.

Pero por mucho que explote momentáneamente, la inteligencia artificial es algo que está aquí para quedarse, y apostar por ella es lo que separará a las compañías con futuro de las que no lo tienen. Como ocurrió en su momento con la burbuja de internet: una cosa es la fiebre alocada por ponerlo en todas partes, y otra que alguien pudiese sobrevivir sin apostar por ello. Pronto, tras la caída, vendrá la consolidación: modelos más fiables, entrenados con más garantías, con mejores tasas de fiabilidad y con una aplicabilidad mucho más razonable. Que no quiere decir que sean conscientes, ni que adquieran vida propia, ni que se acerquen a una inteligencia artificial general, pero sí que podamos aplicarla a cada vez más cosas con ciertas garantías.

¿Está tu compañía invirtiendo con sentido común, buscando formas razonables de hacer las cosas, o está simplemente apuntándose a la moda y tirándose a la piscina? ¿O es de las que prefieren no hacer nada hasta que el panorama se clarifique y sea ya muy tarde como para recuperar el tiempo perdido?

Nota:enriquedans.com/

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