





Los primeros días del año, suelen ser un buen momento para analizar los indicadores económicos que dejó el año anterior y elaborar las propuestas para mejorarlos.


En una economía como la Argentina, es fundamental hacer este análisis con los salarios y también hacer las comparaciones necesarias con otros países de la región y del mundo.
A nivel global, se pone en evidencia una brusca caída del salario.
Por ejemplo, entre los países miembros del G20 los salarios reales disminuyeron un 2,2% en las economías avanzadas pero crecieron un 0,8% en las economías emergentes. En América Latina y el Caribe los salarios reales disminuyó un 1,7% en el primer semestre de 2022.
No obstante, el problema que se observa a nivel global es que dado el contexto inflacionario de la pospandemia y de la guerra en Ucrania las personas más afectadas por las caídas salariales son aquellas que tienen menores ingresos.
Por ejemplo, según un informe de la OIT en el período 2020-2022 el salario mínimo disminuyó tanto en países en vías de desarrollo como Sri Lanka y Bulgaria y en países desarrollados como Reino Unido y Estados Unidos.
En nuestro País, durante el año 2022 el SMVM pasó de $33.000 en febrero a $57.900 en noviembre (+75,5%) lo que lamentablemente no llegó a cubrir la inflación acumulada en esos meses (+81,4%).
Sin dudas, es necesario para el año que se inicia una política que apunte a los/as asalariados/as de menores ingresos para que recuperen su poder adquisitivo. También es fundamental que el SMVM se mantenga actualizado, ya que en un país con una alta tasa de informalidad como es la Argentina (37,4% de los/as asalariados/as no poseen descuento jubilatorio), es un valor de referencia para que las personas no registradas puedan negociar sus salarios.
Asimismo, en los últimos días del año 2022 el INDEC publicó el índice de salarios para el mes de octubre que registró un aumento nominal de 5,1% en el nivel general con un 69,5% acumulado para los primeros diez meses del año. El aumento de octubre fue liderado por los trabajadores/as del sector público (6%), seguidos por el sector privado registrado (5,3%). Lo que resulta preocupante, es el aumento del sector privado no registrado (3,1% mensual y 54,6% acumulado) ya que junto con la vulnerabilidad que poseen sus puestos de trabajo al no tener derechos básicos asociados al trabajo se agrega la pérdida del poder adquisitivo de sus ingresos.
Ahora bien, si analizamos la inflación publicada para ese mismo mes, los precios aumentaron un 6,3% con un acumulado de 76,6% por lo que ningún segmento de trabajadores/as pudo ni siquiera empatarle a la inflación.
Dada esta situación que se dio a lo largo de 2022 en todo el país y en diversos tipos de bienes, siendo alimentos y bebidas el rubro con mayor incidencia en todas las regiones es necesario que en el caso de los/as trabajadores/as del sector privado registrado se generen más y mejores mecanismos de negociación colectiva y en el caso de las personas que no se encuentran registradas trabajar de manera integral para que puedan acceder a un empleo pleno de derechos.
A nivel global, durante los años 2020 y 2021 la negociación colectiva se centró en cláusulas relacionadas con la seguridad y la salud en el trabajo, la enfermedad y la discapacidad y la cantidad de horas de trabajo mientras que la mejora salarial se ubicó en un sexto puesto. En nuestro país, durante 2020 se vio un aumento en las cláusulas relacionadas con la higiene y la seguridad (6,9% de las cláusulas en 2020-4 contra 0,9% de las cláusulas en 2020-1) en detrimento de las cláusulas relacionadas con la escala salarial.
Por otro lado, a lo largo de 2021, las cláusulas salariales volvieron a tener mayor peso en las negociaciones.
Si bien aún no están disponibles los datos para 2022, es necesario que para el año que se inicia que el salario sea el eje principal de la negociación colectiva junto con cláusulas relacionadas con la jornada de trabajo (la duración de la misma y la existencia de esquema de trabajo híbrido) y las licencias especiales, sobre todo aquellas relacionadas con los cuidados de niños/as y adultos mayores.
Respecto de los/as asalariados/as sin descuento jubilatorio es necesario que se realicen políticas integrales que tiendan a aumentar la regularización de dichas personas fundamentalmente en sectores como la construcción y el trabajo doméstico.
Asimismo, es necesario una negociación permanente del SMVM para que funcione como piso salarial de las personas que sigan manteniendo un empleo no registrado.
Como balance del 2022, se podría decir que los salarios en la Argentina se mantuvieron en niveles más satisfactorios que en la región, pero que es necesario que se trabaje en la regularización del empleo para que los/as trabajadores/as que se encuentran en una situación de vulnerabilidad puedan acceder a un empleo donde se negocien periódicamente todo tipo de condiciones laborales, sobre todo el salario en este contexto de inflación.
Por Noelia Torres / Economista y Docente * BaeNegocios





