El Gabinete no da respiro, tampoco explicaciones

Actualidad - Nacional04/12/2025
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Despacharon a Sergio Neiffert como jefe de la SIDE, nombre que sucedió a la AFI que, a su vez, había suplantado a la SIDE. Preguntas: faltó a clase, llegó tarde, le hizo bullying a un compañero. Ninguna explicación. Se fue un hombre de Santiago Caputo, lo reemplaza otro hombre de Santiago Caputo: Cristian Auguadra. El renunciante supo servir en la escribanía del padre del asesor presidencial, su reemplazante también es un Nac&Pop de esa oficina: era el contador. Para la Inteligencia argentina, al menos hoy resulta prodigiosa la cantera que Caputo heredó de su padre —un respetado profesional— que viene a ser como La Candela de Boca o las inferiores del Club Barcelona: salen cracks para el espionaje. Semejante a lo que, en los 90, significó el Estudio Menem en La Rioja, que no solo alumbró un Presidente, también un senador, secretarios de Estado y hasta un miembro de la Corte Suprema. Nadie en la oposición se ha molestado por esta notable curiosidad referida a la idoneidad de los funcionarios. En cambio, se levantan voces indignadas porque el Gobierno designó como ministro de Defensa a un general, Carlos Presti, un obvio especialista en cuestiones militares. Insólito: en política hay gente que, para tratarse un dolor de hígado, recurre al consultorio de un odontólogo. Más allá de las reservas ideológicas sobre el pasado de los 70, impera un grado superlativo de ignorancia.

En rigor, además de Caputo Junior, Neiffert se desarrolló antes de llegar al cargo, por una relacion de confianza con el exintendente de Malvinas Argentinas, Jesús Cariglino, a quien luego abandonó por diferencias nunca explicadas en la barrosa tierra bonaerense. Como ahora se despide de su despacho. Hubo un tiempo en que Cariglino le reprochaba falta de confianza a Neiffert por no compartir ciertas responsabilidades, pero antes de asumir le devolvió esa confianza y parte de esas responsabilidades extraviadas. Entonces hubo paz, nada público interfirió en la designación. Con Caputo parece que no pasó lo mismo, aunque otro tipo de confianza se fue desvaneciendo en la gestión, hasta el penoso episodio en el que un hombre del asesor privilegiado fue a pedirle a Neiffert la renuncia, cuando el jefe del organismo estaba en su casa. No debió imaginar la petición o exigencia: atendió al emisario en calzoncillos bóxer y, por supuesto, se negó a dimitir. Decía que contaba con cierta cobertura de Karina Milei, cuando la hermana presidencial ya le habia tomado confianza a quien fue su reemplazante, Auguadra, un auditor del organismo al que le suben siempre el presupuesto, una aspiradora de nuevos fondos, al revés del resto de la administración pública. En el periodo Milei, el hombre de la escribanía estuvo en la cúpula de la SIDE, observó seguramente a Neiffert, y no solo fue confidente de su protector Caputo Junior: se ganó simpatías de la hermana presidencial, de ahí que su ascenso no se considera un reparto de poder, mucho menos una disidencia en el triángulo de hierro.

Tampoco la llegada de Presti, uno de esos militares avezados en entrenamiento, tipo comando, paracaidista, anticipó nuevos cambios en las esferas castrenses: ninguna modificación en la cabeza de la Aeronáutica, un nuevo jefe en la Armada (Juan Carlos Romay) y la ocupación —como en Malvinas— de esa fuerza del Estado Mayor Conjunto (Marcelo Dalle Nogare). A su vez, Presti ministro le cedió a su colega Óscar Zarich la jefatura del Ejército. Todo aprobado tambien por Karina, interiorizada y uniformada en el rubro, más que Caputo. A él le alcanza la SIDE. Quizás a la dama le interese el cordón militar que rodea a la vicepresidente Victoria Villaruel, verde oliva en su mayoría y en situación de retiro sus integrantes, poco influyentes en la corporación, al igual que el jubilado cristinista general Milani, ahora entusiasmado con apariciones mediáticas y tal vez con la fantasía de alguna incursión política por la acefalía del peronismo.

Queda pendiente un intríngulis en el triángulo sin definir: Justicia. Cúneo Libarona está afuera y Amerio controla el cumplimiento del horario en el Ministerio: quedan, sin embargo, 600 vacantes por cubrir, la Procuración ya no es un objetivo para cambiar al titular y, mucho menos, la incorporación de nuevos miembros a la Corte Suprema, que implica una negociacion en el Senado, visitando la celda de Cristina Fernandez de Kirchner. Se diría que la Corte está satisfecha con Milei y, a su vez, Milei satisfecho con la Corte. Plazo: indeterminados meses. Cierta estabilidad polìtica (haber logrado convertirse en primera minoría en Diputados) y económica (dos años con superávit), le garantizaron un sueño al Presidente que ahora se convulsionó por el affaire de Chiqui Tapia y Toviggino, los zares de la AFA. Delicada cuestión que roza los intereses de Donald Trump, quien tendrá elecciones de medio término en los tiempos del Mundial de fútbol: para el mandatario norteamericano nada puede salir mal con la FIFA (Infantino, Tapia) ni con la familia Messi en ese momento. Milei parece entenderlo, no viajó al sorteo en Washington y le pidió a Bessent que suspenda el previsto viaje a Buenos Aires, lugar de sus amores y de algunos negocios. La pelota, manchada o no, hace estragos súbitos. Preguntarle a Tapia, quien hace quince días no había advertido el huracán que se le vino encima.

Fuente: Perfil

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