Conpies de barro

Economía22/11/2025
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Pocas semanas después de la victoria electoral del Gobierno en las elecciones de medio término, el esquema económico vuelve a mostrar todas sus debilidades. El resultado de los comicios dejó en pausa los problemas de la economía real y la situación financiera crítica en la que se encuentra el país. Pero ahora el “veranito” se terminó.

La caída del crédito por 20.000 millones de dólares de parte de los cuatro mayores bancos norteamericanos, prometido por Scott Bessent, deja al desnudo que se mantiene la fragilidad de la economía argentina a pesar de la intervención de Trump y el servilismo del gobierno argentino. El “mercado” reclama cambios en la política cambiaria y acumulación de reservas antes de seguir financiando al ministro Caputo.

El Wall Street Journal informó que la operación de 20 mil millones de dólares, que involucraba a JP Morgan Chase, Bank of America y Citigroup, quedó en pausa y que la alternativa que ahora analizan las entidades es un crédito de corto plazo por unos 5000 millones de dólares. El giro del financiamiento internacional llega en un momento en el que el gobierno buscaba consolidar la idea de estabilidad, pero el clima volvió a complicarse.

Según el diario estadounidense, los bancos dejaron de lado la propuesta de un paquete de 20.000 millones de dólares y avanzan con un esquema mucho más acotado: un repo que permitiría a la Argentina obtener liquidez inmediata para afrontar un pago de deuda de alrededor de 4.500 millones de dólares en enero. El mecanismo consiste en intercambiar activos financieros del Estado por dólares, con el compromiso de recomprar esos títulos una vez que el país consiga financiamiento en el mercado. La intención oficial sería colocar bonos en el exterior después de cumplir con esos vencimientos y cancelar el préstamo.

La novedad confirma lo que distintas fuentes del mercado local ya venían señalando: el paquete amplio anunciado en octubre —promovido en su momento por referentes del Tesoro de Estados Unidos, como Scott Bessent— no avanzaba. El propio CEO de JP Morgan, Jamie Dimon, había anticipado a principios de mes que el crédito grande “podría no ser necesario”, en línea con su evaluación positiva sobre las reformas económicas impulsadas por el Gobierno. Sin embargo, el contexto internacional, la cautela de los bancos y la fragilidad de la macro local terminaron inclinando la balanza hacia una opción de menor escala.

Por otro lado, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos oficializó que a mediados de octubre transfirió Derechos Especiales de Giro (DEGs) por 872 millones de dólares a Argentina para cumplir con el último vencimiento ante el FMI. Es una información que se venía suponiendo pero todavía no contaba con la confirmación. Eso sí, de parte del gobierno argentino, a pesar de ser una operación de deuda, hay silencio.

Deterioro

Tras el resultado electoral favorable al oficialismo, la tensión financiera había quedado momentáneamente contenida. Pero la combinación de dudas sobre el financiamiento externo y la toma de posiciones en los mercados activó un cambio de tendencia. Los dólares financieros encadenaron tres ruedas al alza, con el contado con liquidación superando los 1500 pesos por primera vez desde principios de noviembre. El CCL subió 0,7 por ciento, a 1502,40 pesos, y el MEP avanzó 0,5 por ciento hasta 1460,35 pesos. Las brechas se mantuvieron contenidas, pero marcaron un quiebre respecto del ritmo estable de las semanas previas.

En el frente bursátil también hubo señales de preocupación. Los bonos soberanos en dólares retrocedieron en la mayoría de las especies, con bajas destacadas en el AL35 (-1,5 por ciento), el AL41 (-1,2 por ciento) y el GD35 (-1,1). En ese marco, el riesgo país subió 5 por ciento y cerró en 651 puntos básicos. La renta variable acompañó el retroceso: el S&P Merval cayó 3,1 por ciento en pesos y 5,7 por ciento en su versión en dólares, alcanzando el nivel más bajo desde fines de octubre. En Wall Street, los ADRs argentinos también cerraron con pérdidas, encabezadas por Edenor, BBVA y Galicia.

Caputo en chancletas

El ruido alrededor del financiamiento externo generó, además, una respuesta política inmediata. El ministro de Economía, Luis Caputo, desmintió que el Gobierno hubiera negociado un rescate de 20.000 millones de dólares con bancos estadounidenses. A través de sus redes sociales aseguró que “nunca se habló de un rescate” y que la difusión de esas versiones forma parte de “una operación para generar confusión”. Sin embargo, fue el propio Bessent quien había dicho abiertamente de esta posibilidad.

Caputo no hizo referencias al crédito corto bajo formato repo, que según las fuentes del mercado es la alternativa que sí sigue en análisis para cubrir los vencimientos de enero.

La aclaración del ministro llegó después de que se mencionara en distintos medios y redes sociales que la cifra en discusión era de 5000 millones de dólares.

“Argentina Week”

En medio de los nuevos sinsabores del mercado, el presidente Javier Milei compartió en sus redes sociales algo así como un premio consuelo: el “Argentina Week” en Nueva York.

El evento de negocios será patrocinado por el JP Morgan --uno de los bancos que desestimó el préstamo privado para el país-- y el Gobierno nacional, que tiene 7 funcionarios que son ex empleados de esa entidad financiera, entre ellos, el ministro de Economía, Luis Caputo y el embajador Pablo Quirno.

Milei reposteó en sus redes un tuit del embajador argentino en Estados Unidos, Alec Oxenford, quien fue el encargado de difundir la novedad del evento de negocios que se realizará entre el 9 y el 11 de marzo, otra gran excusa para que el presidente vuelva a visitar su país favorito.optó por destacar otro frente de la relación con la banca estadounidense.

En un contexto de volatilidad cambiaria y reacomodamientos financieros, la foto del Presidente en Nueva York funciona como un mensaje político hacia afuera, pero no disipa las dudas que se acumulan hacia adentro sobre la sostenibilidad del plan económico sin un apoyo más contundente del crédito internacional.

El equipo económico arrancará la última parte del año con tensiones que volvieron a aparecer en simultáneo. Tras varias semanas de calma en el dólar, los activos bursátiles y el riesgo país, la posibilidad frustrada del financiamiento de la banca internacional y la caída de los mercados reabrieron interrogantes. El gobierno enfrenta el reto de sostener la hoja de ruta mientras negocia un puente financiero más acotado y con vencimientos de corto plazo.

Fuente: Pagina12

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