Dos abismos

Actualidad06/11/2025
file_0000000026ec71f587718a7697e0be20

Las derrotas son oportunidades para saber más, para aprender. El éxito refuerza lo que ya sabemos. Y en las últimas seis semanas hubo dos monumentales triunfos pero también dos monumentales derrotas. El peronismo festejó en septiembre y lloró en octubre. La Libertad Avanza lloró en septiembre y festejó en octubre. Aunque quien ría último ría mejor, los dos lloraron, mucho. Y, fundamentalmente, también los dos vieron el abismo, eso que no se olvida fácilmente. La salida nada menos que del jefe de Gabinete, Guillermo Francos, no puede ser un síntoma de triunfo en ningún gobierno.

La sociedad votó dos veces “no”. Al futuro de Milei en septiembre y ahora al pasado del PJ

Sin la intervención de Trump el gobierno colapsaba. Con la intervención de Trump y sin desdoblamiento electoral, el peronismo del conurbano bonaerense colapsaba. Quizás haya sido lo mejor que le podía pasar al país. Adam Smith lo trasladaba a la economía: “Las recesiones son inevitables porque el ser humano en el éxito tiende al reposo”.

En los fracasos aparece lo nuevo. Políticamente está todo por hacer porque la nada resucitó a Milei, la nada es una demanda de oferta política aún no satisfecha por la oposición, pero la deserción electoral es una oferta no satisfecha por el oficialismo.

“En septiembre la gente se vengó de Milei y en octubre no quiso darle una chance al PJ”, dijo el doctorado en Gobierno de la Universidad de Harvard Andrei Roman, fundador de la consultora que más viene acertando los resultados electorales, Atlas Intel.

Tanto la victoria de Milei en octubre como la de Kicillof en septiembre fue agrandada por la diferencia respecto de las expectativas. Una y otra son su contracara. Primero se esperaba que el Gobierno nacional ganara y fue lo contrario, luego se esperó que la oposición ganara y también fue lo contrario. Con sabiduría, los votantes argentinos se la ingeniaron (“la astucia de la razón” de Hegel) para amonestar a ambos polos de la grieta.

La sociedad votó dos veces no. No al futuro que ofrecía Milei (septiembre) y no al pasado que ofrece el peronismo (octubre). La insatisfacción es con todos. Al no volcarse a alternativas fuera de la polarización, los votantes les dieron una sobrevida al Gobierno y al peronismo. Sobrevida. Prórroga.

El peronismo la tiene complicada: los más jóvenes son mileístas, los más pobres no son tan peronistas. Los dos grupos que numéricamente más crecen en Argentina. El mileísmo la tiene complicada: solo pudo ganar por un puñado de puntos al peronismo en el peor momento de su historia. Al mismo tiempo que Milei ganaba las elecciones, su popularidad venía bajando mes a mes. Ambos datos no son contradictorios, hablan de la debilidad de su contrincante.

El peronismo es visto como portador de caos a nivel nacional. Y parece que la sociedad eligió, como en las vacunas, que el antídoto sea parte del veneno: caos x caos = orden.

“Tabula rasa” es un concepto popularizado por el filósofo inglés John Locke para el debate metafísico sobre el origen del origen, pero su uso está más relacionado con su etimología de pizarra en blanco, como en el nacimiento de un bebé: está la mente en blanco para ser formateada. También frente a una demolición donde nada quedó lo suficientemente sólido en pie como para sostener una estructura.

Si sumamos los votos de LLA/PRO más los de Fuerza Patria, dos tercios, y los ponderamos por el también alrededor de dos tercios que fue a votar, el cincuenta por ciento de todos los votantes eligió no expresarse a favor de ningún lado de la polarización.

La hoja en blanco la escribirá el resultado económico que vaya obteniendo Javier Milei en la segunda mitad de su mandato. Ya en la columna de ayer anticipamos que es hora de que La Libertad Avanza demuestre su capacidad de crear realmente riqueza y de distribuirla sin afectar la creación de nueva riqueza, para ingresar a ese circulo virtuoso en que se hace sustentable, y del crecimiento se pase al desarrollo. Hoy en PERFIL el referente ineludible del pensamiento económico heterodoxo latinoamericano, Roberto Frenkel, en el reportaje largo de esta edición, hace un repaso sobre la economía mundial contemporánea y sus motores de desarrollo, y es muy crítico del plan económico de Caputo (y el de Trump en su país) al concluir: “Este modelo económico se acabó. Estados Unidos no puede estar financiándonos permanentemente”.

La salida del jefe de Gabinete no es síntoma de triunfo en ningún gobierno

Pronostica un precio del dólar mayor, una inflación mayor y una posposición del crecimiento mayor. Eso por si solo no le creará al peronismo la oportunidad de su regreso, que dependerá de la definitiva construcción de nuevas canciones económicas que resulten verosímiles para una sociedad que desconfía del peronismo como administrador de la moneda nacional.

Por Jorge Fontevecchia /Perfil

Te puede interesar
Lo más visto

Suscríbete al newsletter para recibir periódicamente las novedades en tu email