Reforma laboral: Milei buscará que la informalidad sea la nueva formalidad

Actualidad - Nacional28/10/2025
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La victoria de La Libertad Avanza en las elecciones legislativas nacionales motoriza la reforma laboral que el presidente Javier Milei buscará imponer en el Congreso y cuyas bases apuntan a que el nuevo empleo registrado se parezca lo más posible a la informalidad en sus formas actuales. Bajo el espíritu de una negociación libre ficticia entre las partes, la nueva legislación es regresiva sobre los derechos adquiridos de los trabajadores registrados y de quienes formarán parte del mercado de trabajo hacia adelante. 

La informalidad laboral es uno de los principales problemas del mercado laboral. La tasa de informalidad laboral en Argentina escaló al 43,2% en el segundo trimestre de 2025, según datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), lo que significa que cuatro de cada diez trabajadores operan fuera del marco legal en materia laboral, impositiva o de seguridad social. Este indicador representa un aumento interanual de 1,6 puntos porcentuales y marca el nivel más elevado desde 2008, con la excepción del segundo trimestre de 2022.

El camino para que este universo de trabajadores se ubique en el umbral registrado no sería el tradicional, que implica encuadrarlos correctamente bajo una relación de dependencia y, de este modo, reconocerles el conjunto de derechos que son propios de esa relación (salario definido por paritarias, protección contra el despido arbitrario, aguinaldo, licencias o vacaciones pagas). Por el contrario, la reforma de Milei busca legalizar la situación de esos trabajadores a través del monotributo.

En consecuencia, se empezaría a considerar que un trabajador está correctamente registrado si, en lugar de percibir un recibo de sueldo, todos los meses emite su factura como monotributista. Se celebraría entonces la reducción de la informalidad, pero se consolidaría la situación precaria de los empleados en las empresas más chicas, que ya no tendrían ninguna herramienta legal para obtener el reconocimiento de sus derechos. Además, aquellos trabajadores que están correctamente registrados en unidades de hasta cinco empleados podrían ser despedidos y recontratados como independientes.

Adicionalmente, la reforma también incluye beneficios que se extienden a las empresas de mayor tamaño. En efecto, se reducirían las sanciones para quienes contratan de manera informal, dado que con la aprobación de esta norma ya no estarían obligados a pagar una indemnización agravada a los trabajadores. 

La trampa de la informalidad como pretexto

El alto nivel de informalidad, que Milei profundizó, es el pretexto que utiliza el Gobierno para fundamentar que la legislación actual es la que frena la registración de los trabajadores. Pero a las empresas no las asfixian las leyes, las asfixia la crisis. Un empleador no contrata o deja de contratar trabajadores por las características del marco normativo sino en función de la situación económica.

De acuerdo a un documento del Programa de Capacitación y Estudios sobre Trabajo y Desarrollo (CETyD) de la Escuela Interdisciplinaria de Altos Estudios Sociales de la Universidad Nacional de San Martín, los mercados de trabajo más flexibles no son los que generan más empleo, son los más inestables. Promueven relaciones laborales a corto plazo, con altos niveles de rotación y con altos niveles de imprevisibilidad para los trabajadores.

"El mercado laboral en nuestro país acarrea serios inconvenientes y precisa de transformaciones urgentes. Sin embargo, los contenidos de la reforma no permitirán solucionar los problemas. Ni tampoco modernizan el marco normativo, sino que lo retrotraen a situaciones previas (de los ’90, de los ’70 y, en algunos casos, de comienzos del siglo XX)", remarcó el texto. Y profundizó: "Un mundo del trabajo con menos derechos no le abre la puerta a los informales para que entren. Es un mundo que diluye los límites entre la formalidad y la informalidad, y que va a provocar que el sector formal se parezca cada vez al informal".

La nueva formalidad que quiere Milei

Aún sin detalles, las propuestas que deslizó La Libertad Avanza desde que instaló la idea de una reforma laboral se asemejan a otros intentos del pasado. Una de las más controversiales es la eliminación todas las multas por trabajo, que, al contrario de lo buscado, aumenta la litigiosidad: ante la falta de sanción, la Justicia puede ordenar el pago de todos los salarios adeudados y no registrados. Se inspira en el modelo anterior a 1991.

También se plantea la duplicación del período de prueba (despido sin indemnización) de tres a seis meses para todas las relaciones laborales. La medida favorecería la alta rotación, sobre todo en actividades con alta participación de los jóvenes. Se inspira en la Ley de reforma laboral de 2000.

Por otra parte, a través de acuerdo colectivo, los sectores podrían utilizar el fondo de cese para pagar la indemnización por despido. Otros proyectos del panoficialismo buscaban imponer este sistema, que incrementa sustancialmente los costos laborales fijos de los empleadores y crea cajas de administración de recursos, a todas las actividades. Se inspira en el modelo de la industria de la construcción de 1967.

Otra ventaja en favor de la patronal permitiría a los empleadores no usuarios (empresas tercerizadas) de las relaciones de trabajo a registrar los contratos laborales de las empresas usuarias. Esto limita la responsabilidad de las empresas no usuarias y favorece la tercerización laboral, especialmente la fraudulenta. Se inspira en el modelo de 1976.

Bajo el concepto del emprendedurismo, se crearía la figura del trabajador independiente con colaboradores. Es decir, independientes (hoy empleadores) que contratan hasta cinco trabajadores (hoy empleados) como independientes. Así, se legalizaría la contratación laboral informal en microempresas. Es un modelo anterior a leyes laborales del siglo XX.

El secretario de Trabajo, Julio Cordero, ya avisó cómo se llegarían a definir los aumentos salariales: "Necesitamos encontrar, en cada actividad, elementos objetivos que muestren la eficiencia de cada trabajador. Se necesita un salario que se incremente de manera dinámica, que haya un incremento salarial que permita beneficiar en una porción al trabajador que le pone más entusiasmo, e incrementarlo mucho más al que da todo de sí por distintas razones". Es decir, sueldos por productividad sin fundamentos objetivos. 

Ahora propulsado por las elecciones, Milei va por la legalización de condiciones laborales que el mercado ya aplica en el amplio universo de la informalidad, donde buena parte de su base electoral, la juventud, ya se desempeña hace años. 

Por Rodrigo Nuñez / El Destape

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