





Hoy en día, prácticamente todas las empresas cuentan con un conjunto de valores corporativos. Los publican en su web, los integran en presentaciones institucionales e incluso los enmarcan en las paredes de la oficina. Sin embargo, surge una pregunta clave: ¿cuántos equipos pueden afirmar que realmente viven esos valores en su día a día?
Un valor, por sí solo, no genera compromiso ni adhesión. Sin acciones visibles, sin rituales compartidos ni experiencias colectivas, corre el riesgo de quedarse en una declaración de intenciones más que en un motor de cohesión.
La empresa United Heroes, especializada en programas que convierten la cultura corporativa en experiencias colectivas que se viven en el día a día, defiende que la cultura no se escribe: se vive. A partir de su trabajo con cientos de organizaciones, identifican cinco palancas esenciales para que los valores corporativos se conviertan en una cultura sólida y sostenible:
1. Transformar los valores en rituales con estructura
Los valores deben traducirse en prácticas reales. Diseñar dinámicas, tradiciones internas y momentos clave permite que los equipos los vivan de forma coherente y no se limiten a verlos escritos en un documento.
2. Activar a través de retos colectivos
El compromiso crece cuando todos reman en la misma dirección. Los retos compartidos (ya sean de impacto social, de bienestar o de trabajo en equipo) refuerzan el sentido de pertenencia y movilizan a las personas en torno a objetivos comunes.
3. Crear encuentros que valgan la pena
La cultura no se construye con un único evento anual. Es necesario fomentar experiencias recurrentes, motivadoras y significativas que mantengan una coherencia durante todo el año y transformen los valores en vivencias tangibles.
4. Implicar activamente a los empleados
Una cultura sólida no se impone desde arriba. La participación activa de los empleados y la co-creación son fundamentales para que cada persona se sienta parte del proyecto y este sea percibido como auténtico y compartido. Darle la oportunidad a tus talentos a ser protagonistas en las iniciativas de la empresa es fundamental para generar compromiso.
5. Medir lo que los valores activan
Lo que no se mide, difícilmente puede gestionarse. Evaluar el impacto real de las iniciativas en cohesión, compromiso, bienestar e incluso resultados de negocio permite consolidar la cultura como una verdadera palanca estratégica.
Una cultura activa que genera compromiso sí tiene retorno
Más allá de la teoría, los datos lo confirman: las organizaciones que convierten sus valores en experiencias tangibles obtienen un beneficio real y medible.
Nota:rrhhdigital.com





