Con el pesimismo de la razón y el optimismo de la locura (¡Perdón, Gramsci!)

Actualidad07/12/2025
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...que la Tierra cayó en manos

de unos locos con carnet.

J. M. Serrat, “A quien corresponda” , 1981.

Me preguntaba un querido amigo, mientras apurábamos una partida de Scrabel –juego de palabras cruzadas en un tablero– y nos emborrachábamos con un pocillo de café, si había leído las columnas que algunos sociopolitiantropotólogos y -ólogas- publicaron en diversos medios de prestigio reconocido aunque inestable respondiendo a la “actitud imperialista chanchoburguesa” del Autoritario Electo (pero en inglés) que desde allá maneja los hilos y la billetera del Autoritario Electo, pero de acá.

Le dije que no había tenido tiempo de hacerlo, porque, para poder interpretar adecuadamente las ingeniosas y certeras expresiones allí volcadas, debía primero agarrar el “Rudímetro” (aparatito que todos tenemos, aunque en cada caso se llama diferente, y en general no sabemos dónde lo dejamos) y ponerme en modo “Progre alta temperatura” y, si ello no alcanzare, correr la manijita en sentido antihorario hasta colocarla en modo “Puan”. Y a veces, ni ahí.

Como sospeché que mi amigo ya había realizado ese trabajo en su “Carlómetro”, le pedí que me lo resumiera en pocas palabras –es el máximo esfuerzo que puedo hacer últimamente para no quedarme afuera..., aunque todavía no descubrí afuera de qué me quedaría–.

Terminó su café y me miró con cara de “¿hace mucho que no vas a las reuniones de Escépticos Anónimos?”. Pero, como me mantuve imperturbable, me empezó a contar los argumentos de esos columnistas según los cuales lo que estaba intentando Mr Trumpeter estaba muy mal; era una conducta infantil, casi payasesca, muy poco razonable, más cerca de lo que haría nuestro propio Autoritario Electo que de la figura del Primer Autoritario de la Primera Prepotencia Mundial, o al menos la que se autopercibe como tal.

Lo miré con cara de “le estás pidiendo peras al chorizo” y le pregunté desde qué concepción geopolítica y/o/u/e ideológica me estaba arrinconando silábicamente, quizás con la intención de que me distrajese y ganara él la partida de Scrabel.

Haciendo gala de sus conocimientos, me nombró diferentes autores (incluidos los columnistas mencionados) y algo de sus ideas, pero no pude terminar de comprender –recuerde el lector que no tenía puesto en modo “Puan” el Rudímetro–. Pero con lo que sí entendí pude retrucarle (aunque estábamos jugando al Scrabel, no al truco):

–Pero los poderosos no van a actuar con la misma lógica que los socioantropoliladrólogos. Mr. Trumpeter no hace lo que hace para ganarse una cátedra en Socio. ¡Él actúa con un imaginario optimista, donde aun las cosas que no le pueden salir bien le salen bien porque no hay nadie que haga nada para les salga mal, salvo quejarse y escribir bellos alegatos! Y, mi querido amigo, no quiero hacer alarde de conocimientos que no tengo, pero tendrías que acordarte de aquella frase de Gramsci: “Con el pesimismo de la razón y el optimismo de la locura” .

Mi amigo se concentró en sus letras y dijo:

–Voluntad.

–¿Vas a poner “VOLUNTAD” y hacerme un scrabel? –me preocupé.

–No, no tengo los recursos necesarios. Pero Gramsci no dijo “con el optimismo de la locura”, sino “con el optimismo de la voluntad” .

–Bueno, en esos tiempos, quizás con la voluntad te alcanzaba, pero ahora…

Me miró con compasión –no sé si hacia mí o hacia él mismo– y usó sus siete letras para poner “FACHISTA” (la “ch” vale por una letra en este juego) e insistió: esas columnas intentaban aclarar que lo que hacía Mr. President respecto de Venezuela estaba mal, muy mal, recontramal.

Yo reclamé la palabra, y la Real Academia me dio la razón: “FACHISTA” no vale para la RAE. En todo caso podía poner “FASCISTA” , pero esa tiene ocho letras, así que hay que engancharla con una que ya esté puesta. Ser oportunista, bah.

Entre refunfuños, sacó sus letras del tablero y dijo:

–¿Ves? ¡Así andamos! Por discusiones entre los progresistas por una letra u otra, los fachistas siguen ganando.

Le di la razón, o sea, diría Gramsci, el pesimismo.
 

Por Rudy / P12

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