


Elon Musk denuncia la manipulación algorítmica (cuando no es la suya)
Actualidad - Internacional27/08/2025




Hoy, 25 de agosto de 2025, la startup de inteligencia artificial xAI, fundada por Elon Musk, ha presentado una demanda en una corte federal de Texas contra Apple y OpenAI. El motivo principal de la denuncia es que presuntamente Apple habría favorecido de forma sistemática a OpenAI, impidiendo que otras empresas de IA, como xAI con su chatbot Grok, asciendan a lo alto de las clasificaciones en la App Store.


La acusación suena familiar: manipular un algoritmo para dirigir la visibilidad hacia quien interesa. Pero lo verdaderamente irónico aquí es quién lo denuncia: Musk, que ha convertido Twitter en una parodia de sí mismo llamada X, en un laboratorio de manipulación algorítmica hasta extremos completamente grotescos. Musk, que ha favorecido sus propios mensajes, ha inflado artificialmente su presencia y ha reducido la visibilidad de voces críticas, ahora acusa a Apple de hacer exactamente lo mismo en la App Store. Es como ver a un pirómano denunciando que el fuego quema. Un ejercicio de cinismo que raya en lo cómico, si no fuera porque hablamos de mercados multimillonarios y de consecuencias regulatorias que podrían ser reales.
Apple, por su parte, niega las acusaciones y defiende que sus rankings combinan algoritmos con curación editorial independiente). Además, recuerda que otras compañías y aplicaciones de inteligencia artificial, como la china DeepSeek, han llegado a ocupar el primer puesto, lo que pone en cuestión la idea de un veto sistemático a competidores de OpenAI. Pero el detalle casi pasa a un segundo plano: la noticia es que el autoproclamado campeón de la «libertad de expresión algorítmica» se ha dado cuenta de que los algoritmos también pueden manipularse… cuando no son los suyos.
Lo que en el fondo está en juego es la enorme opacidad de las plataformas digitales, que pueden modular la visibilidad de cualquier producto o idea con criterios difícilmente auditables. Musk no se equivoca al señalarlo: es un problema gravísimo y con ramificaciones regulatorias de primer orden. El problema es que, en su caso, lo denuncia solo cuando le afecta personalmente, después de haber perfeccionado esas mismas prácticas en X para promoverse a sí mismo y convertirse en perejil de todas las salsas, favorecer a candidatos de extrema derecha en múltiples elecciones, y perjudicar a cualquiera que considere su adversario político. Si algo prueba esta demanda no es tanto que Apple manipule, sino que Musk tiene su espejo completamente empañado y no soporta ver su propio reflejo.
El trasfondo de la disputa es la rivalidad directa con OpenAI, acentuada por la relación privilegiada que la compañía de Sam Altman mantiene con Apple. Musk, que intentó en su día comprar OpenAI de la mano de Mark Zuckerberg (¿podemos simplemente intentar imaginar lo que seria la inteligencia artificial dominada por esos dos personajes??), ahora la combate en todos los frentes: mediáticos, judiciales y hasta personales. La guerra de egos se disfraza de guerra de algoritmos, pero lo que se vislumbra en el horizonte es algo más profundo: una redefinición de lo que significa «neutralidad» en una economía digital donde ninguna plataforma es, en la práctica, neutral.
Que Musk sea el denunciante convierte todo en una auténtica tragicomedia tecnológica. La gran pregunta no es si Apple manipula (que probablemente lo hace, como lo hacen todas), sino si este pleito será el catalizador para que los reguladores comiencen a exigir transparencia real en los algoritmos de visibilidad y recomendación. Si eso ocurre, la paradoja quedará servida: el hombre que más se ha beneficiado de la manipulación algorítmica podría pasar a ser, por pura conveniencia personal, el detonante de su posible regulación.
Nota:https://www.enriquedans.com/







