







Los dólares baratos beneficiaron a los destinos internacionales en perjuicio del turismo interno, que se redujo considerablemente en el primer cuatrimestre del año: entre los meses de enero y abril 5.957.800 de residentes viajaron al exterior y sólo 2.065.300 extranjeros llegaron a la Argentina. Los datos muestras un déficit récord en la balanza turística


En términos interanuales, según el informe del Indec difundido este lunes, los viajes al exterior crecieron 68,4 por ciento en abril, mientras que el receptivo se desplomó 21,4 por ciento en el mismo período analizado: constituye la cifra más baja de visitantes en los últimos diez años. El número excluye los años excepcionales en los que la pandemia atravesó al planeta entero.
La estadística pone en dudas la sustentabilidad del modelo económico de la gestión Javier Milei sostenido en el endeudamiento externo para mantener un tipo de cambio que impacta de lleno en las posibilidades del desarrollo local de la mayoría de los sectores productivos.
En el caso puntual del turismo, sólo en el cuarto mes del año, los indicadores son elocuentes: el emisivo se incrementó 24 por ciento y la cantidad de extranjeros que eligen destinos argentinos se contrajo 8,3 por ciento, todo en la comparación con igual mes de 2024.
El precio barato del dólar tienta a los argentinos que con ahorros o porque pueden financiarse deciden viajar a distintos países. Esta oportunidad, sin embargo, esconde una vez más la crisis de la economía nacional porque el valor del tipo de cambio se mantiene en base a la toma de deuda cuyos vencimientos el país tiene que afrontar con fechas concretas.
Una parte importante de los dólares prestados por organismos internacionales, termina saliendo por Ezeiza y, a la inversa, la actividad turística no genera ingresos suficientes para compensar el desbalance porque para los extranjeros el país está "carísimo" y dejó de ser una opción. En el cuarto mes del año se registró un saldo negativo de 726,3 miles de visitantes internacionales por todas las vías de acceso.
“Argentina es de 40 a 50 por ciento más caro que Chile, se siente que es el país más caro del mundo”, declararon a medios de Chubut dos turistas alemanes en enero pasado.
Los principales lugares a dónde más viajaron los argentinos en abril, mes en el que se destaca un fin de semana largo tradicional como Semana Santa, fueron Brasil (+26,8 por ciento); Chile (+24,6 por ciento) y Paraguay (+11,5 por ciento).
Durante la celebración de Pascuas, por ejemplo, los comercios chilenos abrieron en días y horarios que no tenían programados debido a la cantidad de autos que ingresaban por Mendoza para comprar indumentaria y electrónica. Como contención, los comercios decidieron trabajar el Viernes Santo y ante la queja de los empleados la Dirección del Trabajo (DT) local estableció que quienes tenían antecedentes de no cumplir tareas en esa fecha, podían descansar sin que quede afectada su remuneración.
En términos de variaciones anuales, Brasil sigue en primer lugar con 59,1 por ciento.
El receptivo, en cambio tiene a Uruguay como cabeza en la lista con 18,7 por ciento, seguido de Brasil (+18,5 por ciento) y de Europa (15 por ciento). En tanto que las caídas de turistas más destacadas fueron los que llegaban desde Estados Unidos y Canadá (-24,2 por ciento), Brasil (-18,2 por ciento) y Resto de América (-15,2 por ciento).
De acuerdo con el índice de precios Big Mac de McDonald's, creado por The Economist en 1986, Argentina con 7,37 dólares tiene el precio más caro de la hamburguesa de América Latina y el segundo del mundo, detrás de Suiza.
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