Lo inventó pero no sabía para qué servía y hoy lo usan en todas las oficinas: la historia detrás del Post-it

Historia 11 de marzo de 2023
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El doctor en química Spencer Silver había descubierto algo que, creía, podía ser revolucionario. Sin embargo, había un problema: no sabía qué utilidad darle. Estuvo varios años pensando y hablando de su invento hasta que, finalmente, un colega tuvo un momento eureka mientras cantaba en el coro de su iglesia. Juntos crearon los Post-it, un producto que revolucionó el trabajo de oficina. Hoy se venden más de 50.000 millones de unidades por año en 150 países y hay disponibles distintos tamaños, colores y hasta olores.

Todo comenzó en el laboratorio de investigación y desarrollo de 3M. La empresa era conocida por varias de sus creaciones y patentes, entre ellas la cinta Scotch. Silver había estudiado química en la Universidad Estatal de Arizona y trabajaba ahí desde 1966. Uno de sus proyectos era crear un adhesivo potente. Pero el resultado en 1968 no fue el esperado.

Entre tantos experimentos, había desarrollado un adhesivo que se pegaba ligeramente a las superficies y luego podía desprenderse con facilidad. "En ese momento se buscaban pegamentos grandes, fuertes y duros y eso no cumplía ninguna de esas características", aseguró. Silver había descubierto las microesferas, las cuales retenían su pegajosidad aunque sin ser imposibles de remover.

¿Para qué sirve?
Sabía que había encontrado algo valioso. Algo que podía transformarse en un material relevante a nivel industrial. Sin embargo, no sabía qué uso darle. Le contó a todos sus compañeros de trabajo sobre su descubrimiento, incluso organizaba charlas en la empresa para relatar las bondades de su adhesivo. Pero el tiempo pasaba y seguía sin encontrarle una utilidad. Pasaron seis años hasta que en 1974 encontró su inspiración.

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Art Fry también trabajaba en 3M y había escuchado la historia de Silver. Todos los miércoles iba a ensayar al coro de la iglesia de su comunidad y usaba pequeños trozos de papel para marcar las canciones en su himnario, aunque el domingo siempre los encontraba tirados en el suelo. Entonces recordó las microesferas y volvió con una idea. Señaladores que pudieran pegarse en las hojas sin arruinarlas al despegarlos.

Empezaron a trabajar juntos en cómo podían mejorar ese producto. Después de unos meses se dieron cuenta que utilizaban retazos de papel para pasarse mensajes y ahí el proyecto tomó un nuevo rumbo. Usaron las oficinas de la empresa como su campo de experimentación y repartieron los blocs de notas adhesivos entre todos los equipos. También, en 1977, lo lanzaron en cuatro ciudades para testearlo bajo el nombre Press ‘n peel.

El lanzamiento de Post-it
El éxito no fue el esperado por lo que 3M decidió dejar de producirlos. Pero decidieron darle un último intento. Esta vez repartiéndolo de manera gratuita entre los consumidores en Boise, Idaho, para ver qué impacto tenía esta acción. Las muestras gratis rápidamente incrementaron las ventas y Post-it salió a la venta al público masivo en 1980.

Silver y Fry aseguraban que era un producto que se promocionaba solo. La gente lo utilizaba en los documentos laborales, que pasaban de una compañía a la otra y, de esta manera, se viralizaba de boca en boca sin necesidad de hacerle publicidad.

Su característico amarillo canario no fue una decisión de marketing, sino más bien una casualidad, ya que el laboratorio que lo desarrollo solo tenía ese color. Hoy, indican, existen más de 18 tonalidades de blocs para elegir. 

Nota:apertura.com

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