Macri y Larreta ya se sacan chispas para la pelea de 2023, mientras Bullrich desata la furia de los diputados del PRO

Actualidad - Nacional 16 de octubre de 2022
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Ya no parece haber marcha atrás. Más allá de lo que digan, lo que hicieron Mauricio Macri y Horacio Rodríguez Larreta en los últimos días fue acelerar la pelea de fondo para 2023. Patricia Bullrich también avanza a mayor velocidad con su proyecto. El PRO dejó de hacer sus almuerzos quincenales, organizados para evitar enfrentamientos. El clima de campaña se instaló y dinamitó la paz interna.

Para el jefe de Gobierno, como dijo la semana pasada en una entrevista con Luis Novaresio, no hay dudas: el ex presidente “está recorriendo la provincia y haciendo cosas de candidato”. Por eso la mesa chica del larretismo decidió que se van a diferenciar de Macri, pero sólo desde la competencia. Es decir, no confrontar con él al estilo explosivo de Facundo Manes, sino a tono con la enorme definición que verbalizó el propio Rodríguez Larreta: está dispuesto a enfrentarse con el ex mandatario en las PASO porque “el apoyo que realmente vale es el de la gente”.

Es el más abierto desafío de Rodríguez Larreta a la intención de Macri de que se le reconozca su liderazgo de manera unánime. Ahora, la influencia del ex jefe del Estado en la dirigencia del PRO tiene un límite preciso. El jefe de Gobierno admite el predicamento macrista, pero no renunciará a su plan presidencial ni siquiera ante la posibilidad de que el ex mandatario aspire a su “segundo tiempo”.

La otra decisión larretista es responder a la insistencia de Macri en que se deben hacer cambios profundos en el próximo gobierno con un concepto clave: las transformaciones sólo sirven si son sostenibles en el tiempo, algo que sintoniza con la idea del alcalde porteño de obtener más volumen político como un reaseguro para avanzar con las reformas a fondo que el país requiere. Es el famoso 70% de apoyos que quiere alcanzar para aplicar medidas drásticas con mayor consenso político.

Son algunas de las decisiones estratégicas de Rodríguez Larreta ante la evidencia de que Macri parece estar cada vez más cerca de lanzar su candidatura. Baja línea a dirigentes de todo JxC, actúa como el custodio de la doctrina del PRO, evalúa a los presidenciables con una vara muy alta (tan elevada que da la idea de que sólo él podría ser el mejor postulante), busca condicionar el futuro programa de gobierno, hace recorridas de tono proselitista y se apresta a lanzar otro libro, “Para qué”, en el que da lecciones sobre cómo debería gobernar Juntos por el Cambio si vuelve al poder.

La presentación del libro será un acontecimiento político que reforzará su protagonismo en la escena opositora. Tendrá lugar el lunes 24 en la Rural, con unos 1600 invitados. La organización del evento está a cargo del diputado Hernán Lombardi, el mismo que se encargó de la logística del acto en el que se lanzó “Primer tiempo”, su primer best seller. Se exhibirán videos con testimonios de quienes compartieron con él sus pasos en el ámbito empresarial, en Boca Juniors y en su debut político.

Quienes comparten muchas horas con Macri siguen asegurando que ni él sabe aún si aspirará a regresar a la Casa Rosada. Lo evaluará en marzo, insisten, aunque advierten que continuará “haciendo cosas de candidato”, como resaltó Rodríguez Larreta. Mientras, eleva su perfil, juega el rol de mentor del PRO y seguramente se diviertecuando todos miran con lupa sus zigzagueantes declaraciones sobre el tema. En las últimas tres semanas pasó de sugerir que se postulará (”voy a jugar”) a dar la idea de que no se presentará (“yo no me he anotado; mi pelea es por las ideas”) y darle otra vez un rol determinante a su esposa (“Juliana no quiere que sea candidato”).

Como si estuviera al frente de una mesa examinadora, incluso, Macri se da el lujo de afirmar qué tienen y qué les falta a Rodríguez Larreta, Bullrich y María Eugenia Vidal para ser los mejores postulantes. “En Juntos por el Cambio hay ruidos y egos”, se quejó en estos días. “¿Lo dijo luego de mirarse al espejo?”, bromeó con malicia un dirigente que dice haberse cansado del exigente filtro macrista.

El ex presidente, de todas formas, dio señales de tratar de ampliar sus rígidos horizontes. Por eso la semana pasada organizó en su casa una comida con radicales (Gustavo Valdés, Martín Tetaz y Rodrigo de Loredo) y dirigentes de la Coalición Cívica (Juan Manuel López y Paula Oliveto). Todo comenzó como un agasajo al gobernador correntino y se transformó en un encuentro de cuatro horas para hablar de política y establecer “relaciones humanas más cercanas” en un momento crítico del país. Cerca de Macri aseguran que habrá más reuniones de este tipo y justifican: “La situación de la Argentina es tan compleja que hay que acercarse a todos los aliados y estrechar filas”.

Suena casi a una forma de empardar la estrategia aliancista de Rodríguez Larreta: Macri pasó de atacar a la UCR por sus “impulsos populistas” a tomar un café con el radical Rodolfo Suárez, el gobernador de Mendoza; luego, a cenar con Valdés, Tetaz y De Loredo y ahora sólo le falta una merienda con Gerardo Morales, el titular del radicalismo con el que mantuvo duras polémicas. Ya dio el primer paso: lo invitó a la presentación de su libro y el mandatario jujeño le dijo que asistirá.
Entre los “halcones” dan casi como un hecho que Rodríguez Larreta tiene previsto avanzar en un acuerdo político con el radicalismo en la Ciudad de Buenos Aires en caso de que Macri anuncie su candidatura. Así, Martín Lousteau tendría el apoyo del alcalde porteño para disputar la Jefatura de Gobierno contra Jorge Macri, el candidato del macrismo y del bullrichismo, mientras Moralespodría secundar a Rodríguez Larreta en el binomio presidencial. “Es un delirio -se apresuran a desmentir en el larretismo-. No existe ningún acuerdo. Todavía es muy temprano para definir candidaturas cuando la gente tiene la cabeza en otras preocupaciones”.

Este Macri hiperactivo no sólo obligó adefiniciones tajantes de Rodríguez Larreta sino que también llevó a Bullrich a apurar el ritmo de su proyecto presidencial. Es que la eventual postulación del ex mandatario sería una herida de muerte para su sueño de llegar a la Casa Rosada: representan las mismas ideas y comparten el mismo electorado duro. Por eso la jefa del PRO sigue acumulando figuras a su espacio, difunde propuestas de gobierno que sólo representan a su sector (como la instauración de un sistema bimonetario en el país) y suma fotos que apuntalenlos números de las encuestas que, como se entusiasman en su entorno, la favorecerían en todo el país.

En las últimas 48 horas, Bullrich obtuvo dos fuertes postales de su paso por Mar del Plata: una, relacionada con el interés empresarial que concitó en el Coloquio de IDEA y otra, del plenario que se realizó este sábado con la presencia de 3000 dirigentes de toda la provincia de Buenos Aires y la participación estelar de Cristian Ritondo, el precandidato a gobernador más cercano a Macri, que selló un acuerdo con la jefa del PRO para compartir actividades, recorridas y propuestas, además de los otros dos postulantes provinciales bullrichistas, Joaquín de la Torre y Javier Iguacel.
Ritondo se mostró el jueves pasado en Pinamar con Rodríguez Larreta y Diego Santilli, con quienes hasta ahora competía en la provincia de Buenos Aires: fue la primera confirmación del acuerdo, bajo el paraguas de María Eugenia Vidal, para que ambos precandidatos a gobernador recorran el distrito bonaerense y en marzo definan quién mide mejor y se quede con la postulación.

Con un perfil más bajo, Santilli, el candidato larretista para la gobernación, tuvo una participación quirúrgica fuera del Coloquio: compartió una sugestiva comida en un restaurante del puerto marplatense con 9 empresarios de primera línea, ante quienes les expuso su plan productivo para la provincia de Buenos Aires. Allegados al “Colo” aseguraron que el entusiasmo de los hombres de negocios fue tan grande que esta semana harán otro encuentro ampliado en el centro porteño.

El espacio larretista también celebra el acuerdo alcanzado con un “halcón” de JxC más identificado con Macri y Bullrich como Miguel Angel Pichetto,candidato presidencial de Encuentro Republicano Federal, quien le acaba de dar públicamente su apoyo a Santilli para competir por la gobernación.

Desde las filas del jefe de Gobierno deslizan que hubo finalmente un reencuentro entre Rodríguez Larreta y el “operador antigrieta” Emilio Monzó, quien se había distanciado del larretismo luego de que no quiso integrarse a principios de año a la mesa nacional “Horacio Presidente”. Esa decisión trajo aparejada una medida controvertida: en julio pasado, el monzoísta Nicolás Massot fue empujado a renunciar al directorio del Banco Ciudad como represalia por militar en el sector de Bullrich.

Este clima de pacificación en el larretismo se diluyó en las filas bullrichistas luego de que la ex ministra de Seguridad criticó a los diputados de su propio partido que votaron la prórroga del Régimen de Regularización Dominial para barrios populares, un proyecto que proviene del gobierno de Cambiemos, en 2018, y que plantea la suspensión de los desalojos en esas zonas por 10 años.

“Si sos okupa, no te pueden embargar. Si pagás impuestos y alquilás una propiedad, te destruyen. No entiendo, ¿a quién defendemos? Esto hay que explicarlo”, publicó Bullrich en Twitter, apuntándole a una ley que aprobaron 39 diputados del PRO de un total de 227 votos afirmativos del Frente de Todos, Juntos por el Cambio, el Interbloque Federal, la izquierda y Provincias Unidas. En la bancada del PRO sólo hubo sólo 2 abstenciones y un voto en contra.
¿Cómo la presidenta del partido va a desautorizar públicamente a sus diputados? Lo extraño es que el proyecto fue apoyado sin reparos, en las reuniones de bloque o en el recinto, por legisladores bullrichistas como Gerardo Milman, Laura Rodríguez Machado y Luciano Laspina. ¿Nadie le avisó a Bullrich de qué se trataba la iniciativa? Lejos de rectificarse, la jefa del PRO dijo que nunca había estado de acuerdo con esa ley y por TV llegó a decir que “no representa las ideas” del partido.

Por eso Bullrich fue el eje de la furia de unos 40 diputados que se descargaron en el grupo de WhatsApp que comparten. Algunos recordaron que “preside el PRO sólo desde hace 3 años” y que criticó a dirigentes que hace 15 años integran el espacio. “¿Quién la votó como presidenta del partido?”, llegó a preguntarse un legislador indignado. Otros coincidieron en que el tema no se había debatido previamente. Bullrich contestó a través de un emisario: “¿Y por qué no me avisaron?”.

Hay quienes afirman que la jefa del PRO actuó impulsivamente luego de un tuit de Javier Milei que cuestionaba la ley. Y, como creen en el bullrichismo, los votos del libertario son los mismos que pueden decidir las elecciones presidenciales de 2023 y por eso hay que tratar de contenerlos.

¿Esa actitud individualista de Bullrich puede poner en riesgo sus lealtades internas? “Si no pide disculpas, puede pasar cualquier cosa. Lo que hizo es grave”, advirtió un diputado de peso. No se lo perdonaron Vidal y la ministra larretista María Migliore. Fueron las únicas que la criticaron públicamente. La titular del PRO y Ritondo, el jefe del bloque de diputados, no pudieron hablar a solasde este tema en el plenario en Mar del Plata. Quedaron en reunirse en las próximas horas.

Nadie sabe si la jefa partidaria será indultada en el PRO por la desautorización a sus diputados, pero revela el momento de alta tensión que se está viviendo en el partido, con Macri y Rodríguez Larreta delineando un escenario de combate frontal por la candidatura de 2023 y Bullrich pegando por debajo del cinturón, quizá en su desesperación por tratar de ocupar siempre el centro del ring. Y todo puede empeorar, para colmo, porque aún no comenzó la campaña electoral. ¿O ya comenzó?

Nota: infobae.com

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