El FMI se impuso a Milei y lo obliga a comprar reservas, temen que acelere la inflación

Economía16/12/2025
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El FMI se impuso a Javier Milei que deberá abandonar sus excéntricos planteos económicos y ponerse ya mismo a acumular reservas para pagar la deuda externa. Hace apenas dos semanas en un encuentro con empresarios Milei dio una larga y enrevesada exposición en la que anunció que no iba a comprar reservas, se burló de los que le pedían que lo haga y dijo que esa medida era inflacionaria porque empujaba el precio del dólar. 

La notable marcha atrás es calcada de lo que ocurrió antes de la renovación del acuerdo con el FMI cuando Milei y Toto Caputo rechazaban enfáticamente el sistema de bandas y defeneian el tipo de cambio fijo, hasta con una columna de Milei publicada en La Nación, unos pocos días antes que el FMI le impusiera las bandas. Ahora como entonces, Milei y el equipo económico fingieron demencia y asumieron como propio el giro.

La palanca del FMI para obligar a Milei y Caputo a hacer lo que no quieren fue entonces la misma que ahora: la falta de dólares genuinos para pagar los vencimientos de deuda. En enero vencen USD 4.500 millones y la jugada de Caputo de Milei y Caputo de buscarlos en el mercado salió mal: en la licitación de la semana pasada, exageradamente vendida como un "regreso" de la Argentina a los mercados, apenas sumaron unos USD 900 millones.

Hasta ese momento, tanto Caputo como Milei le restaban importancia a la necesidad de acumular reservas, con un pleno a recuperar el acceso a los mercados. Esa expectativa nunca se cumplió. El anuncio del Banco Central de este lunes va exactamente en sentido contrario: desde enero de 2026, el techo y el piso de la banda de flotación se moverán al ritmo de la inflación, y el organismo iniciará un programa de acumulación de reservas.

"Las bandas están bien calibradas, en particular el techo",  dijo Toto Caputo hace exactamente un mes en la convención de la UIA.  La presión terminó forzando la contramarcha. El mercado de deuda no se abre hasta que los financistas no vean que se acumulan reservas. En definitiva, sin financiamiento externo, es el único canal de pago con el que cuenta la Argentina. 

Las bandas están bien calibradas, en particular el techo.

No casualmente, la semana pasada, JP Morgan distribuyó un informe a sus clientes donde advertía que "Una recalibración del marco cambiario y la introducción de un programa de acumulación de reservas basado en reglas serían catalizadores positivos para el crédito, permitiendo a Argentina aprovechar el apoyo de Estados Unidos, atraer inversión directa y reconstruir los colchones financieros antes del ciclo electoral de 2027". Exactamente lo que anunció el Banco Central este lunes. 

El peso del JP Morgan en la administración de Milei es imposible de minimizar. La designación de Pablo Quirno en la Cancillería fue un pedido de este banco, como reveló LPO. Caputo y buena parte del equipo económico trabajaron en ese banco, que además es el que desde antes de las elecciones y en sintonía con el Tesoro de Estados Unidos, esgrime la zanahoria de un préstamo repo, que se viene demorando.

Caputo y Milei resistían la compra de reservas, porque pese a su perorata libertaria que reduce el fenómeno inflacionario a un problema de emisión de dinero, ahora reconocen que en la Argentina la suba del dólar presiona los precios. Por eso, el cambio que impuso el FMI puede agravar la inflación, según algunos analistas. El cambio, además, se produce justo cuando la inflación pegó otro salto y marcó en noviembre un alto 2,5 por ciento.

El nuevo esquema que anunció este lunes el BCRA indexa las bandas en las que se mueve el dólar, según la inflación pasada. En enero, el techo del dólar se moverá entre $1.536 y $1.556, y en abril llegará a un rango de entre $1.581 y $1.675.Al atar la banda a la inflación anterior, el riesgo es que la inercia se potencie. 

La segunda novedad es el compromiso de acumulación de reservas. A partir del 1° de enero, el Banco Central buscará recomprar dólares de manera gradual. En el escenario base, la base monetaria pasará del 4,2% al 4,8% del PBI hacia fines de 2026, lo que implicaría compras por hasta 10.000 millones de dólares. Si la demanda de dinero aumentara, ese monto podría llegar a 17.000 millones sin necesidad de esterilizar en forma sostenida. El monto diario de intervención será equivalente al 5% del volumen del mercado cambiario. 

Bien mirado, las dos medidas son parte d ela receta básica del FMI para asegurarse el pago de sus deudas con países como la Argentina: devaluar para mejorar la competitividad externa y la posibilidad de aumentar las reservas, para pagarle al organismo y los acreefores externos que representa, las deudas.

Con la indexación del dólar se debilita el tipo de cambio como ancla y el ajuste sigue cayendo sobre los salarios.

El Central se reserva, además, la posibilidad de realizar compras en bloque "para preservar el buen funcionamiento del mercado". Una manera elegante de decir que podrá intervenir cuando lo considere necesario. 

Con esto queda claro que el programa queda sujeto a condicionalidades importantes. "A partir de ahora vamos a estar todos mirando cómo es la implementación: cuándo realmente empieza, cómo termina comprando. Hay muchas condiciones legales y depende de la demanda de dinero y de que el mercado tenga la profundidad suficiente", indicó el analista financiero Christian Buteler. Desde Puente agregaron que el margen de acción del BCRA estará limitado por el volumen del mercado, la demanda de pesos y el nivel de las bandas. 

Como era previsible, el Fondo se apuró a aplaudir. "Celebramos las medidas para fortalecer el marco monetario y cambiario y reconstituir los colchones de reservas", dijo la vocera Julie Kozack. 

El economista Tomás Baioni observó que "ajustar las bandas por inflación pasada aumenta la inercia" y reclamó metas explícitas de reservas y un regreso al uso de la tasa de interés como instrumento. Hernán Letcher completó la idea "con la indexación del dólar se debilita el tipo de cambio como ancla y el ajuste sigue cayendo sobre los salarios". 

La escena final la protagonizó el propio presidente del BCRA, Santiago Bausili, que brindó una conferencia de prensa para explicar el nuevo régimen. "Es una buena señal retomar los canales oficiales y dejar de comunicar en Carajo", ironizó Buteler.

Por Luciana Glezer / LaPoliticaOnline

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