







Este miércoles, el gobierno logró rescatar 4,7 billones de pesos que habían quedado en manos de los bancos y que amenazaban, según la interpretación del ministro Luis Caputo, aumentar la presión de demanda sobre la plaza cambiaria, lo que podría disparar un salto devaluatorio. Pero para lograr ese objetivo, la secretaría de Finanzas debió comprometer el pago de intereses a tasas que, anualizadas, superan el 40 por ciento. El pago efectivo de intereses por obtener que los bancos le cedieron esos 4,7 billones por plazos muy cortos (entre 15 y 90 días) es del 3,3 por ciento mensual. Es decir, duplica la tasa de inflación minorista. Con sobrada justificación, la lectura que se hizo ayer es que, en esta pulseada, los bancos impusieron las condiciones para darle el dinero al gobierno, y por muy corto plazo. "Se quebró la confianza", señaló en voz baja un reconocido especialista. No le faltaban razones: en paralelo a este supuesto "logro" del gobierno, en la plaza bursátil los inversores castigaban a los títulos de la deuda pública con una caída generalizada, aumentando el riesgo país en un 4,5 por ciento respecto de la jornada anterior.


"El costo que pagó el gobierno por rescatar los fondos que habían quedado en manos de los bancos después de desarmar las LEFI (letras fiscales, que se cancelaron la semana pasada con un canje que los bancos sólo aceptaron parcialmente) es altísimo; se metió en un problema serio porque elevó la tasa de todo el sistema al doble de la inflación para evitar la fuga hacia el dólar, le carga a las cuentas fiscales un costo tremendo en intereses y alienta la vuelta al carry trade en un contexto de muchísimo riesgo. Nada de esto se contempló la semana pasada cuando decidieron salir de las LEFI. No es exagerado decir que es la consecuencia de una mala praxis en las decisiones de política monetaria que adoptaron", sentenció un experimentado operador y analista del mercado.
El mercado cambiario le dio un respiro este miércoles al gobierno, como expectante de los resultados de la operación de rescate de los fondos líquidos. El dólar oficial (Banco Nación) cerró en $1.225 para la compra y $1.275 para la venta, con una baja de $5 respecto del cierre anterior. El dólar blue, en tanto, bajó de la marca de los 1.300, cotizando en 1.285 para la compra y 1.295 pesos para la venta, con un descenso de 1,9% en el día.En el promedio de las entidades bancarias que publica el Banco Central (BCRA), la punta vendedora cerró con un promedio de $1.278,62. En tanto, el dólar mayorista subió 0,3% y se ubicó en $1.262.
Por su parte, en los tipos de cambio financieros el MEP cayó 0,5% hasta 1.270 y el Contado con Liqui bajó hasta los $1.274.
Celebración forzada
Pablo Quirno, secretario de Finanzas, celebró en su cuenta de la red social X la suscripción de esos títulos por un monto de 4,7 billones de pesos que le otorga al gobierno una tranquilidad relativa, pero con renovaciones de vencimientos cada 15 días.
Por ejemplo, por la LECAP que vence en dos semanas, el 31 de julio, se suscribieron 1,553 billones de pesos (es la más elegida) a una tasa efectiva mensual del 3,31 por ciento: más del doble de la inflación informada para junio por el Indec (1,6 por ciento). Ese día habrá que ofrecer una tasa igualmente atractiva para que los suscriptores no cobren y se lleven la plata (del capital más los intereses). Quince días después, el 15 de agosto, vencen otros 816 mil millones de pesos y el 29 del mismo mes, 865 mil millones (suscriptos a tasas mensuales del 3,27 y 3,10 por ciento, respectivamente). Entre los tres vencimeintos que caen en los próximos 45 días suman más de 3,23 billones: casi el 70 por ciento del monto total capturado este miércoles.
La muy elevada tasa y los plazos muy cortos que acordaron los bancos no son las únicas señales que marcan el grado de complicación del momento económico y financiero para el gobierno. Porque pese a que desde los tribunales de Nueva York llegaban buenas noticias en referencia a los litigios que el país enfrenta con las demandas de fondos buitre (recuperación de YPF y bonos con cupón PBI como casos emblemáticos que se dirimen en estados Unidos), en el mercado local los títulos públicos vivieron otro día de cotizaciones a la baja.
El AL30 cayó un 0,5% y el AL35 otro 1%. "Esta vez no fue por reflejo de lo que sucede en los mercados globales, son los inversores locales los que se desprenden de estos títulos ejerciendo presión vendedora", comentaron en la plaza bursátil local. El Riesgo País, como correlato de ese comportamiento, subió 4,50% hasta 736 puntos, según la medición de JP Morgan.
Caputo y los bancos
En las últimas horas, el ministro de Economía le apuntó indirectamente a los bancos por la suba del dólar al explicar el proceso por el cual se produjo la baja de interés que presiono sobre el tipo de cambio. “Las LEFIs se suponía que los bancos las iban a canjear por LECAPS. Pero los bancos, temerosos de perder la liquidez diaria, no fueron con todo y prefirieron hacer sobre encaje todos al mismo tiempo”, dijo Caputo. Es decir, se quedaron con el efectivo.
Tratando de calmar las aguas, el presidente Javier Milei recibió por la mañana al titular de la Asociación de Bancos Argentinos (ADEBA), Javier Bolzico. La reunión se llevó a cabo en la Casa Rosada sin que trascendieran mayores detalles del diálogo, aunque hubo interés por difundir la imagen que pretende demostrar una buena sintonía entre el sector financiero y el Gobierno.
Ese encuentro ocurrió unas horas antes de la licitación, donde los intereses de banqueros y del gobierno volvieron a enfrentarse. Es un capitulo no cerrado, pero es una disputa en la que el gobierno retrocedió en los últimos días muchos casilleros. Con una tasa de interés elevadísima, ahora deberá rogar para que las tensiones cambiarias no regresen y ver cómo se despejan los fantasmas de un fin de ciclo.
Por lo pronto, este miércoles el Banco Central intentó colocar el tramo final de una nueva serie de Bopreal, un bono en dólares para grandes importadores. Buscaba 1000 millones de dólares y sólo se suscribieron 9 millones: menos del uno por ciento. Rotundo fracaso. Uno de los empresarios a los cuáles estaba dirigido el llamado, lo resumió así: "Hay mucha desconfianza, y algunos de mis colegas que acompañaban al gobierno le están soltando la mano".
Por Raúl Dellatorre / P12







