Longevidad y trabajo: políticas para la inclusión de los adultos mayores en las empresas
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En el último siglo se ha producido un cambio sustancial en los seres humanos: vivimos muchos más años. En 1950, la expectativa de vida en el mundo era de 47 años; en 2021 fue de 73. Según CEPAL, en 2100 se espera que en América Latina la población de 60 años o más sea comparable a la de Europa. La longevidad presenta oportunidades y desafíos económicos, sociales y políticos. En el mundo desarrollado se está debatiendo intensamente acerca de la sostenibilidad de los regímenes jubilatorios. Asimismo, aparece como un segmento destacado para las empresas el de la “economía plateada” o “silver economy”: la oferta de productos y servicios especialmente pensados para adultos mayores.
Esta cuestión también está siendo pensada por los expertos e investigadores en recursos humanos de todo el mundo. Para la especialista en tercera edad, Sara Zeff Geber, la inclusión de los adultos mayores en la fuerza laboral tiene una dimensión moral: al haber aumentado el costo de vida, estas personas necesitan ingresos y lamentablemente muchas organizaciones les dan la espalda. Pero también destaca que los trabajadores mayores pueden brindar muchas soluciones a las empresas si se tienen en cuenta algunas medidas especiales. La experta señala que estos grupos aportan mucha experiencia, y en muchos casos pueden abordar los temas con mayor paciencia y empatía.
La incorporación de adultos mayores no es el único aspecto que deben considerar las empresas. La mayor longevidad en la sociedad también ha alternado el modo en que se proyectan los retiros. En un artículo para Harvard Business Review, Ken Dychtwald, Robert Morison y Katy Terveer han analizado cómo los cambios sociales interpelan al modelo clásico de jubilación y su supuesto implícito de que la persona se retira por completo y ya no es más productiva. Estos autores hacen algunas sugerencias de cómo podría aggiornarse la práctica del retiro. Algunas de las más importantes son estas:
1. Transición gradual: los trabajadores mayores pueden ir reduciendo su carga laboral y horaria paulatinamente. Pueden participar de proyectos específicos o ser empleados de medio tiempo.
2. Transferencia del conocimiento: durante el proceso de retiro, estos empleados pueden interactuar con personas más jóvenes para compartir lo que han aprendido durante su experiencia laboral.
3. Voluntariado: los adultos mayores también pueden insertarse en las tareas de responsabilidad social empresaria, especialmente en las tareas de voluntariado que implican interacciones con la comunidad, en donde pueden desempeñar un rol muy destacado.
4. Acompañamiento: durante el proceso de retiro, las empresas pueden brindar a; poyo psicológico, financiero y social. Una buena idea es la implementación de talleres para la planificación de la vida post-retiro.
En el mundo ya hay muchos casos exitosos de adaptación a la mayor longevidad de las personas. El gobierno de Japón otorga subsidios a las empresas que contratan a mayores de 60 años; asimismo, las empresas japonesas han colaborado con la multinacional india Tata Consultancy Services en programas de capacitación en habilidades digitales para los adultos mayores, lo cual aumenta considerablemente la empleabilidad de estos grupos. Suecia también ha sido una nación pionera y tiene una de las tasas más altas del mundo en empleo en mayores de 55, algo que ha logrado a través de políticas como la capacitación continua y el reskilling, y la adopción de horarios más cortos y flexibles por parte de las empresas. Finalmente, la Asociación Americana de Personas Jubiladas de los Estados Unidos está fomentando programas muy exitosos de reentrenamiento laboral que tienen como principales ejes a la tecnología, la atención sanitaria y los servicios financieros.
La longevidad no sólo redefine los desafíos, sino también las oportunidades que enfrentamos como sociedad. Incorporar a los adultos mayores en la fuerza laboral y rediseñar los procesos de retiro no son únicamente cuestiones pragmáticas o económicas; son una manera de construir una sociedad más inclusiva, que valore la experiencia y fomente la intergeneracionalidad. Las empresas que sepan adaptar sus prácticas no solo contribuirán al bienestar de sus empleados, sino que también estarán mejor posicionadas para enfrentar un futuro donde el talento, en todas sus formas y edades, será el activo más preciado.
Director asociado de Glue Executive Search
Nota:https://www.ambito.com/