Anarco - Colonialismo a contramano
El gobierno que asumió el poder el 10 de diciembre lo hizo con una visión mesiánica refundacional y no perdió un minuto en llevar adelante su plan. En tiempo récord se está generando un daño muy profundo al pueblo argentino y a la soberanía nacional, con la clara intención de transformar estructuralmente el país.
A pesar de las estridencias y desprolijidades, Milei no es un improvisado, sino el resultado de un laboratorio de ideas globales de sectores ultra-conservadores y fundamentalistas del “Dios Mercado y la Diosa Ganancia, falsas deidades que nos conducen a la deshumanización”, cómo cuestionó recientemente el Papa Francisco.
Lo que para algunos era imposible, hoy es una realidad: la máxima autoridad del país participa de la peor de las corrientes globales. El Presidente participó recientemente en la Conferencia Política de Acción Conservadora junto a Donald Trump y otros líderes, organizada por Steve Bannon. Allí dejó claro que la “batalla cultural” es la expresión ideológica de una clase, la del capital concentrado, que es consciente que debe implantar valores que generen un nuevo “sentido común” para normalizar la injusticia como natural y, por lo tanto, moralmente aceptable.
En el plano internacional, la prédica y puesta en práctica del dogmatismo anarco-capitalista, la sobreactuación del alineamiento sumiso con los sectores más conservadores de Occidente y la defensa y puesta en marcha de un totalitarismo de mercado, están generando un peligroso perjuicio político y económico. Esto implica una pérdida de soberanía para nuestro país, basado en un modelo capitalista industrial, con una amplia clase media y un robusto mercado interno. Lo anterior conlleva importantes problemas estratégicos en materia de política exterior:
1. Alineamiento geopolítico a Occidente en un mundo multi-polar y fragmentado
Esto implicó un peligroso alineamiento y apoyo a facciones en el marco de los tres principales conflictos geopolíticos: Ucrania, Israel y Taiwán. Este alineamiento con conflictos extra-continentales pone en riesgo la seguridad nacional y provoca tensiones con importantes aliados en agendas comerciales y diplomáticas de interés para la Argentina, como la causa Malvinas.
Por otro lado, la sobreactuación de Milei en su alineamiento con Estados Unidos puede traer mucho ruido y pocas nueces. Los apoyos internacionales del gobierno se ubican en los sectores más conservadores de Estados Unidos e Israel, ligados a un puñado de grupos económicos, tecnológicos y financieros.
A su vez, en sólo pocos meses herimos relaciones con los principales aliados regionales, estratégicos y/o comerciales: Brasil, China, Rusia y Colombia. Ofendemos a sus Presidentes y líderes internacionales por alineamientos geopolíticos y diferencias ideológicas. Esto desgrana la autoridad presidencial y las relaciones Estado-Estado.
Este perjuicio conlleva costos diplomáticos, comerciales, financieros y políticos. No sólo pone en riesgo el necesario swap de monedas con China para financiar el déficit comercial que tenemos con el país asiático, sino que profundiza el congelamiento de obras de infraestructura con financiamiento como las represas Kirchner-Cepernic, aún inconclusas.
En esta misma línea, el actual gobierno argentino decidió rechazar la invitación a sumarse al BRICS, foro en el que se encuentran las principales potencias emergentes, que representan el grueso de la población mundial, del comercio, de la inversión extranjera directa, financiamiento y PBI mundial. En contrapartida, plantea ingresar a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), como si fuera excluyente un ámbito del otro y sin justificar los beneficios de esta decisión para la economía del país.
2. Totalitarismo de mercado pro-occidental en un contexto proteccionista
Cabe preguntarse cuál es la razón de quitar vía DNU y resoluciones todas las medidas de protección del mercado interno y cupos, así como liberalizar indiscriminadamente el comercio.
Hasta el mismo FMI plantea que el mundo es cada vez más proteccionista, el grueso del crecimiento económico está en Asia, la globalización se ralentiza y la relocalización de cadenas globales de valor –proceso en el que las compañías vuelven su producción y fabricación de bienes a su país de origen– es cada vez más fuerte.
Además este liberalismo es selectivo, ya que la apertura se acelera con bloques occidentales como la Unión Europea, donde el gobierno busca cerrar un acuerdo con el Mercosur, a toda costa y a contramano hasta de la propia Unión Europea. Lamentablemente parecieran no estar anoticiados de que el mundo no tiende al anarco-capitalismo libertario y que Europa defiende a sus productores rurales, que se organizan y se resisten al acuerdo. En una reunión reciente, la canciller Mondino tuvo un intercambio con el ministro de Agricultura, Soberanía Alimentaria y Bosques de Italia, Francesco Lollobrigida, quien le explicó que no iban a aprobar el Tratado de Libre Comercio Unión Europea-Mercosur. Insólitamente ella le preguntó: “¿Dónde está el libre comercio, la libre competencia?”
3. Desprecio por las políticas de Estado y los compromisos internacionales
Nuestro país sostiene desde 1832 su reclamo de forma permanente e inclaudicable por la ocupación colonial del Reino Unido sobre nuestras Islas Malvinas. Este gobierno desde el primer día sólo realiza gestualidades que dañan el reclamo y los apoyos internacionales sobre esta causa. El caso de la reunión con representantes del gobierno de Taiwán no sólo daña nuestra relación con China y rompe una tradición histórica, en la que la Argentina siempre sostuvo el principio de una sola China, sino que también debilita nuestra postura sobre el respeto a la integridad territorial que ambos países veníamos sosteniendo sobre nuestros respectivos territorios.
Con el apoyo decidido a Israel en el conflicto con Palestina, la Argentina abandona la postura histórica de solución pacífica mediante la instauración de dos Estados, uno palestino y otro israelí. El gobierno de Milei copia uno de los peores errores del Presidente que más admira (Carlos Menem): participa y se alinea en un conflicto en Medio Oriente, poniendo en riesgo la seguridad nacional.
La Argentina posee una larga trayectoria como impulsora de paz a nivel regional y mundial. Incluso uno de sus Premio Nobel, Carlos Saavedra Lamas, fue premiado por impulsar el Tratado de Paz entre Paraguay y Bolivia de 1933. Hoy somos furgón de cola de la política occidental en los tres principales escenarios de conflicto geopolítico y los platos rotos siempre los paga el conjunto de los argentinos, por las consecuencias más o menos directas de esas decisiones en su vida cotidiana.
4. Sumisión monetaria y crediticia a Estados Unidos y fondos especulativos
La dolarización no sólo no garantizaría la estabilidad de precios, sino que quitaría una herramienta de política económica para cualquier país que es la política monetaria. No garantiza dejar de tener déficits. Lo que es peor, si tuviéramos déficits deberíamos endeudarnos siempre en dólares con acreedores extranjeros para reducirlos. El verdadero objetivo del gobierno nacional, a través de la dolarización, es volver prácticamente irreversible la inmediata transferencia de ingresos del sector del trabajo al capital. Es decir, cristalizar esta Argentina en la que nos están convirtiendo, que va por el sendero de un 60% de pobreza en alza y del salario mínimo muy por debajo de la línea que la delimita.
El gobierno necesita el apoyo político y financiero del FMI, especialmente del gobierno de Estados Unidos, y de los grandes fondos financieros como BlackRock para obtener el financiamiento necesario que le permita dolarizar. Sin embargo, el apoyo del FMI al ajuste y la dolarización todavía no está garantizado, y el desembarco de BlackRock, que ya incide sobre el litio en la Argentina controlando las empresas mineras que operan en los salares de Catamarca y Jujuy, depende de una potencial reunión en mayo con el CEO del fondo. En ambos casos apoyan el “experimento”, pero siguen existiendo dudas sobre la sostenibilidad política y social del gobierno.
Atravesamos un contexto global de fragmentación geoeconómica en el que tanto Europa y China como Rusia e India eligen comerciar parcialmente en sus monedas. Una vez más queda de manifiesto que el gobierno de Milei va a contramano del mundo. Si la Argentina se dolariza, la atadura a una sola moneda extranjera le haría perder la posibilidad de diversificar su canasta de monedas, para fortalecer la propia y disminuir relativamente la dependencia hacia una única potencia. ¿Tiene lógica usar el dólar si sólo pequeños países como Ecuador y Salvador o guaridas fiscales como Panamá e Islas Vírgenes renunciaron a tener moneda propia?
5. Perspectiva neocolonial de negocios en sectores y recursos estratégicos
En el proyecto de ley Ómnibus quedaron plasmadas las aspiraciones y el modelo de negocios del gobierno de Milei, incluyendo la gestión de inversiones y la administración de recursos estratégicos. Bajo la creencia de que es necesario entregar la soberanía jurídica, fiscal y económica sobre nuestros recursos para conseguir inversiones, propusieron el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones. Como ya mostramos, no es necesario resignar soberanía para atraer capitales.
En este sentido, Milei ya entró en conversaciones con BlackRock para rematar las empresas públicas, el Fondo de Garantía de Sustentabilidad, los recursos estratégicos como el litio, y obtener las divisas necesarias para dolarizar. Al igual que Zelenski, el Presidente pretende poner al zorro a cuidar el gallinero, con la gallina de los huevos de oro. En el caso de Ucrania, se trata del negocio de la reconstrucción y el financiamiento.
Conclusiones
En el G-20 de 2011, Cristina Kirchner advirtió sobre la falta de regulación de los mercados financieros y la tendencia hacia un anarco-capitalismo que sólo traería problemas a la vida de los pueblos y a la soberanía de los países. Planteó que si no se tomaban medidas para transformar las arquitecturas institucionales nacionales, regionales y globales para poner límite al pecado de la especulación financiera y sólo se apuntaba a controlar en qué gasta cada país sus recursos, se socavarían las bases de la democracia y se abriría el camino para este fenómeno.
En la Argentina esto se ha concretado y en política exterior tomó la forma de un “anarco-colonialismo”, que posee una singularidad histórica aunque toma lo peor de cada experiencia de gobiernos sometidos a intereses foráneos, que priorizan al capital financiero sobre el productivo, empobreciendo al pueblo, destruyendo a la clase media y alejándonos de la posibilidad de ser un país industrial, con desarrollo científico y tecnológico.
Es innegable que Milei emergió por los graves problemas que tiene el país y en muchas instancias, por el mal funcionamiento y falta de respuestas del Estado a la ciudadanía. No obstante, las decisiones tomadas por Milei y su gabinete no hacen otra cosa que agravar la situación.
La mayor virtud del documento “Argentina en su tercer crisis de deuda”, de CFK, es la apertura a discutir los desafíos para la reconstrucción nacional y social, que sin duda podrá realizarse si evitamos la disolución planificada del país, puesta en evidencia en el ahogo financiero del gobierno nacional a las provincias, el DNU ilegal pero vigente, la ley Ómnibus y el corolario de la dolarización.
A la política exterior anarco-colonial, las iniciativas de disolución nacional y el modelo social de caos y crueldad de Milei, debemos oponernos desde los principios de una política exterior soberana, con propuestas de transformación y acción para un orden justo, seguro y solidario. Cada área del Estado, la política, y la Cancillería en particular, debe recuperar el prestigio perdido sirviendo al pueblo, con acciones eficientes, creativas y efectivas para la resolución de conflictos. Ejercer el poder con audacia, firmeza e inteligencia; garantizar siempre el interés nacional.
Sofía de Bicolor y Nicolás Canosa * Los autores son directores del Observatorio de Coyuntura Internacional y Política Exterior (OCIPEx).