El flamante presidente Javier Milei aseguró que "no hay alternativa al ajuste fiscal y al shock" para terminar con la inflación. Remarcó que la gestión saliente dejó implantado el camino a una hiperinflación por el sobrante de dinero y por los pasivos remunerados, que podrían llevar al IPC al 15.000% anual. Anticipó que esas políticas de shock "impactarán de modo negativo sobre el nivel de actividad, salarios, pobreza y empleo" y que tardarán “entre 18 y 24 meses” en surtir efecto, por el rezago con el que opera la política monetaria. "Este es el último mal trago para empezar la reconstrucción argentina", destacó. 

"La solución implica un ajuste fiscal en el sector público que caerá casi totalmente sobre el Estado y no sobre el sector privado. No hay alternativa al ajuste y al shock, eso impactará de modo negativo sobre el nivel de actividad, salarios, pobreza y empleo. Habrá estanflación, es cierto, pero no es algo muy distinto a lo que ha pasado en los últimos 12 años", enfatizó Milei ante una multitud reunida en la explanada del Congreso luego del acto de asunción presidencial. 

Tal como ya había señalado su ministro de Economía, Luis Caputo, Milei remarcó: "Ningún gobierno ha recibido una herencia peor que la que estamos recibiendo nosotros. El kirchnerismo, que en sus inicios se jactaba de tener superávits gemelos, fiscal y externo, hoy nos deja déficits gemelos por 17% del PBI".

"Dado que la política monetaria actúa con un rezago que oscila entre 18 a 24 meses, aun cuando hoy dejemos de emitir dinero, seguiremos pagando los costos del desmadre monetario del gobierno saliente. Haber emitido por 20 puntos del PBI como se hizo en el gobierno saliente, no es gratis, lo vamos a pagar en inflación", señaló. 

En esa línea, aseguró que, así como "no hay alternativa al ajuste fiscal", "tampoco hay discusión entre shock y gradualismo": "Desde el punto de vista empírico, las políticas gradualistas terminaron mal, mientras que las de Shock fueron casos de éxito. En el plano teórico, si un país carece de reputación, los empresarios no invertirán hasta que vean el ajuste fiscal y para ser gradualistas hay que tener financiamiento y lamentablemente no hay plata", puntualizó Milei. 

El discurso del mandatario en materia económica fue la antesala de la conferencia que brindará Caputo este lunes antes de la apertura de los mercados, donde anunciará las primeras de esas políticas de shock destinadas a llevar certidumbre a las operaciones financieras. 

La herencia que recibe Milei

Milei fue muy claro ante la audiencia que presenció su primer discurso como presidente y se anticipó a las consecuencias de las políticas de ajuste que se implementarán en los próximos meses: "Este es el último trago para empezar la reconstrucción argentina". "Esta es la herencia que nos dejan, una inflación plantada del 15.000% anual y vamos a luchar con uñas y dientes para erradicarla", aseveró.

Por lo tanto, focalizó en que dos de sus objetivos primordiales serán "un ajuste fiscal en el sector público nacional de cinco puntos del PBI" y "limpiar los pasivos remunerados del BCRA", como ya había anticipado. "De esta manera, se pondría fin a la emisión de dinero y con ello a la única causa de la inflación empíricamente cierta y válida en términos teóricos", explicó y remarcó que "el sobrante de dinero en la economía hoy es el doble que había en la previa del Rodrigazo".

Foto: Jonathan Moreno/Grupo Crónica

Y agregó: "El Rodrigazo multiplicó por seis veces la tasa de inflación. Por lo que un evento similar significaría multiplicar la tasa de inflación por 12 meses. Y dado que la misma viene viajando a un ritmo del 300%, podríamos pasar a una tasa anual del 3600. A su vez, tranquilos, que no termina acá, la herencia sigue".

Respecto de los pasivos remunerados del BCRA, entre ellos las Leliqs, Milei enfatizó que "la situación es peor que la que había en la previa de la hiperinflación de Alfonsín" y advirtió que "en muy poco tiempo se podría cuadruplicar la cantidad de dinero y con ello llevar a la inflación a niveles del 15.000 por ciento anual".

"Este número, que parece un disparate, implica una inflación del 52% mensual, mientras que hoy mismo ya viaja a un ritmo, de acuerdo a estimaciones privadas, que oscila entre el 20 y el 40% mensual para los meses entre diciembre y febrero", auguró. 

Por lo tanto, concluyó que, ante una situación que "a todas luces parece irremontable, debe quedar claro que no hay alternativa posible al ajuste". "Naturalmente, eso impactará de modo negativo sobre el nivel de actividad, el empleo, los salarios reales, la cantidad de pobres e indigentes. Habrá estanflación, es cierto, pero no es algo muy distinto a lo que ha pasado en los últimos 12 años", reseñó.

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