Milei se le plantó a Macri: ¿peligra el pacto electoral?
Javier Milei confirmó que, en la mesa de negociaciones con Mauricio Macri, ciertos puntos de su programa de gobierno siguen bajo el rótulo de “innegociables”. El proyecto de dolarización y la intención de eliminar el Banco Central no pudieron ser erradicados de su ideal de Gobierno en estas elecciones 2023. Pese a que no estuvieron en el pliego de condiciones interpuesto por el ex presidente, a través de Patricia Bullrich, en campaña Juntos por el Cambio no mostró coincidencias con estas iniciativas núcleo del boceto de administración garabateado por el libertario.
Estas discrepancias nodales no se mostraron, a pocos días del debate presidencial y del balotaje, como un problema grave de convivencia en la nueva alianza de poder. Más allá de algunas cuestiones técnicas, el sector que decidió pactar con Milei encontró mayores coincidencias con el libertario que con Sergio Massa, candidato de Unión por la Patria.
La primera, indispensable, el fin del kirchnerismo. Los dirigentes de Juntos por el Cambio saben que Milei es un extremo, pero es el que puede encarnar, en este momento histórico, la ilusión de terminar con el peronismo. En el listado, los primeros conceptos de unión que aparecen son el funcionamiento de las instituciones en la actualidad –algo que la oposición dice querer cambiar aunque sin más precisiones que una reducción del Estado-, la supuesta falta de honestidad de Massa –Macri ya dejó en claro que habló seis veces con Milei y nunca le “mintió”- y la presentación, por parte del candidato de Unión por la Patria, de un presupuesto que no cumplirá.
El Presupuesto 2024 enviado por Massa al Congreso estipula un año de superávit fiscal siempre y cuando se apruebe, en conjunto, una separata para rever ciertas exenciones impositivas para diversos sectores. Ese apartado ya había sido presentado el año pasado pero la oposición no acompañó para darle curso. Se esperaba que este año pase lo mismo.
Esos puntos, entre otros, le alcanzaron a un sector de la oposición para olvidar rápidamente la militancia de una candidata propia para abrazar a uno ajeno. Pero, con el correr de los días, empezaron a vislumbrarse algunos cuestionamientos internos.
Los primeros indicios estuvieron vinculados a la reducción de voceros e, incluso, al control de las apariciones del propio candidato presidencial. En el entorno de Mauricio Macri prefirieron no hacerse eco de las versiones que indicaron una incidencia directa del ex presidente en esa decisión estratégica porque “nosotros no le manejamos la campaña”.
A eso se le sumaron las declaraciones de Milei y de dirigentes de su núcleo cercano. Diana Mondino, diputada electa de La Libertad Avanza, volvió sobre la venta de órganos y lo “fantástico” de ese mercado, al tiempo que el líder del espacio reclamó no bajar banderas propias, esas que lo llevaron a la segunda vuelta pero que también le funcionaron como traba a su crecimiento.
"Para nosotros la eliminación del Banco Central es una política de Estado, que es parte fundacional de nuestra visión y por lo tanto, no se negocia bajo ningún punto de vista", dijo el libertario que tampoco quiso negociar la dolarización. Para Milei, fue imposible borrar diferencias entre Juntos por el Cambio y La Libertad Avanza, por eso los espacios políticos son dos y no uno. La misma lógica siguió la alianza, sin dramatizar.
Pero las diferencias son centrales. Hace tan sólo unas semanas, en el debate presidencial, Bullrich le dijo a Milei que “de todos los países del mundo, hay muy pocos países que no tienen bancos centrales. Si yo les digo cómo se llaman, ustedes ni siquiera saben dónde quedan. Kiribati, Tuvalu y Micronesia, todos paraísos fiscales”. En una entrevista, tampoco se había mostrado a favor de cerrarlo o destruirlo.
La conversión monetaria tampoco fue compartida por la ex candidata que, incluso, cuestionó a Milei cuando éste planteó su deseo de una suba abrupta de la divisa. “La dolarización es una oferta mágica, facilista”, lanzó Patricia cuando todavía estaba en campaña propia. Ahora pareció no haber problema con esa propuesta.
“Nosotros apoyamos la primera parte del plan de dolarización”, dijo una fuente que no tuvo problemas en pactar con Milei. En ese escalón figuran la “estabilidad”, el “equilibrio” y el freno a la emisión de pesos. De hecho, fue el segundo punto del pliego de once cláusulas presentado por Bullrich cuando decidió trabajar para Macri y el libertario. Los amarillos no las consideraron “condiciones”.
¿Por qué apoyar a un candidato, y su programa de Gobierno, si se sabe que no podrá implementar todas las políticas? Además de ser la única puerta de entrada en pie para llegar a la Casa Rosada, “fácilmente infiltrable”, como dijo Macri; se transformó en un trampolín para los deseos propios. Pareciera ser que en Juntos por el Cambio no creen que Milei pueda cumplir con todas sus intenciones gubernamentales.
Por Carla Pelliza / El Destape