Mitos e historia del sifón Drago, un ícono de la industria nacional: cuánto cuesta hoy

Historia 22 de abril de 2023
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Los argentinos aman la soda. Se calcula que el consumo per cápita es de 40 litros por año y es uno de los principales mercados a nivel mundial. Sin embargo, a la tradición del sodero también se le suma un ícono de la industria nacional: el sifón Drago. Se trata de un producto creado para ser "eterno" y cuya inspiración llegó a partir de un viaje.

Enrique Álvarez Drago se dedicaba al negocio de los matafuegos a mediados de los 40, pero tras visitar Italia regresó con una idea. Allá había conocido unos sifones automáticos que permitían transformar el agua corriente en burbujeante soda. Entonces puso manos a la obra y se propuso crear su propia versión.

En 1965 Drago lanzó al mercado su sifón mágico hecho de acero inoxidable. Las cápsulas de carga estaban llenas de gas carbónico, la misma materia prima que utilizaba para sus matafuegos. Su creación se convirtió en un producto unificador porque, en aquella época las clases sociales se diferenciaban por el color de su sifón de soda: vidrio azul para la clase alta y verde para las más bajas. En tanto, el brillante plateado del Drago acortaba distancias.

No obstante, los primeros años también tuvieron inconvenientes. La primera iteración del sifón era un poco inestable y en algunas ocasiones la presión provocaba que salte el cabezal. Por eso, poco después, en la compañía modificaron el método de carga. De esta manera la válvula se corrió de la base a la cabeza del sifón. Su material le otorgaba tal durabilidad que mucha gente aún cuenta con las primeras versiones del Drago y el mismo se pasa de generación en generación.

El hijo de Don Enrique, César Álvarez Drago, heredó el negocio familiar y desde 1998 los dueños de la marca son Ricardo Espósito y José Luis Cámara. "Mi socio era compañero del colegio del hijo de Drago. Yo lo conocí a Drago porque practicábamos un deporte en conjunto y en un momento de mi vida le dije: "Che, ¿qué puedo hacer" Me juntó con mi ahora socio y empezamos juntos", contó Espósito, en un video del canal de YouTube de Pablo Molinari.

La competencia multinacional
Si bien Drago es un jugador histórico del negocio de la soda en la Argentina, en 2017 le apareció un competidor. La israelí SodaStream desembarcó en la Argentina y al año siguiente la empresa fue adquirida por PepsiCo por u$s 3200 millones.

En realidad, la marca había sido creada por el británico Guy Gilbey en 1903, luego pasó a manos de Cadbury Schweppes en 1985 y más tarde la compró el fondo israelí Fortissimo Capital por u$s 12 millones. "Es agua con gas versus soda", indicaron desde Drago en una entrevista con La Nación en 2018.

Mitos y verdades
Existen algunos mitos que rodean al sifón Drago, desde métodos de carga para obtener más burbujas hasta cómo guardarlo en la heladera. Uno de ellos tiene que ver con la cantidad de líquido a meter en el sifón. ¿Hay que dejar un espacio para el gas? Según Espósito, esto es mentira.

"Vas a gastar más gas, pero la soda no va a quedar más fuerte", comenta, en el antes mencionado video. Al respecto explica: alrededor de la rosca hay un regulador de nivel que justamente permite que el agua suba hasta cierto punto del sifón.

¿Hay que agitarlo después de cargarlo? "Si no lo agitas, le dejas toda la presión. Cargalo y agitalo. Y cuando lo servís hacelo con cuidado. Lo mismo te pasa con el sifón antiguo", detalla.

Cuánto cuesta un sifón Drago
Hoy la compañía cuenta con una planta en San Martín donde elabora y rellena las cápsulas de carga. Cada una tiene entre 350 y 370 gramos de CO2. Por otro lado, cada sifón nuevo, con cápsula incluida, cuesta $ 41.000. Drago vende alrededor de 500 sifones por mes, sin embargo su negocio está en la comercialización de los tanques de gas.

A su vez, la firma cuenta con otras unidades de negocio. Según su sitio oficial todavía vende matafuegos y dentro de su portfolio también tiene conexiones para inflaneumáticos, purificadores de agua y jarras purificadoras.

Nota:apertura.com

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