La inminente reacción de Google ante ChatGPT

Actualidad - Internacional 04 de febrero de 2023
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Todo indica que la alerta roja desencadenada en Google por el lanzamiento y rapidísima escalada en popularidad de ChatGPT, con sus fundadores no solo acudiendo al rescate sino incluso haciendo code requests, va a generar noticias más pronto que tarde: concretamente, el próximo miércoles 8 de febrero.

La escalada armamentística que ha supuesto el lanzamiento en abierto de la herramienta de OpenAI, con Microsoft decidida a relanzar su motor de búsqueda Bing con una versión más rápida de ChatGPT en las próximas semanas, ha llevado a Google no solo a anunciar la incorporación de este tipo de funcionalidades basadas en chatbots a veinte de sus productos, sino además, a hacer una demo de su motor de búsqueda con prestaciones similares para conseguir ponerse al nivel, que será lo que probablemente presenten este miércoles. Hasta ChatGPT, todos los movimientos de las big tech con respecto al machine learning reflejaban prudencia: ahora, es una auténtica estampida.

Google invirtió el pasado diciembre casi cuatrocientos millones de dólares en Anthropic, una compañía de las múltiples que han surgido en este entorno fundada por ex-empleados de OpenAI con un producto similar a ChatGPT, llamado Claude, aún en beta cerrada, podría dirigirse en esta dirección: añadir un asistente que de alguna manera resuma los resultados de una búsqueda en un texto obtenido a través de ellos.

¿Cuáles son los problemas de una aproximación como esta? En primer lugar, uno muy claro: coste. Generar las respuestas que nos entregan este tipo de motores conversacionales da lugar a un fuerte consumo de recursos de computación que hay que llevar a cabo en la nube, en una que, además, no se alimenta de vapor de agua. De hecho, se calcula que una parte muy sustantiva de la contribución de Microsoft a ChatGPT no fue en forma de dinero en metálico, sino de derechos de uso de Azure. Pero claro, no es lo mismo financiar un motor conversacional como ChatGPT, por muy viral que se haya hecho, que intentar hacer lo mismo con toda una Google lanzada a tumba abierta a proporcionar respuestas similares a miles de millones de usuarios ávidos por probarlas y experimentar con ellas.

En segundo lugar, fiabilidad. Que ChatGPT, un motor conversacional enfocado no a decirte la verdad ni a ser infalible, sino simplemente a «parecer humano», cometa errores en muchas ocasiones y diga auténticas tonterías, de las que generalmente «se arrepiente» si se las haces ver, es una cosa. Ni es crítico para nadie más que para el torpe que interpreta lo que dice como verdad absoluta, ni OpenAI, básicamente una recién llegada, tenía gran cosa que perder en ese sentido. Pero ¿qué ocurre si las búsquedas de Google, alimentadas por artículos en una red en la que obviamente hay de todo, empiezan a generar resultados estrambóticos o directamente risibles?

Nadie dice que Google sea infalible y, obviamente, no lo es, pero una cosa es que te conteste con enlaces en los que tú mismo decides hacer clic a tu propio riesgo, y otra cosa que te formule un texto contestándote que resulte estar plagado de errores. Ahí, Google no compite en igualdad de condiciones: tiene un prestigio y una fiabilidad que defender, y no puede arriesgarse a tratarlo de manera ligera. Y además, tampoco es tan sencillo, en Large Language Models pre-entrenados, obtener una respuesta fiable a partir de los resultados de una búsqueda, más aún cuando muchos de los resultados, para ser relevantes, deben provenir de páginas recientes.

Y en tercer lugar, responsabilidad. ¿Qué impacto puede tener llevar las búsquedas en la red a una nueva época en la que muchos usuarios ya no eligen entre distintas posibilidades en función de criterios como el prestigio de la fuente, la relevancia del titular o del snippet, o la posición en la página de resultados, sino que simplemente se leen un texto de respuesta? ¿Cuántas personas harían, entre otras cosas, clic en los primeros resultados de Google, los que ahora aparecen con un mínimo rótulo que dice «Anuncio»? ¿Cuánto podrían descender los ingresos de la compañía si comienzan a utilizar un modelo que no promueve el clic entre los resultados, sino que ofrece algún tipo de respuesta redactada? ¿Y cuántos usuarios renunciarían ya completamente al uso del pensamiento crítico?

Muchas de las respuestas a esto las vamos a tener este miércoles, cuando Google, a eso de las 14:30 hora de Madrid, anuncie sus planes en este sentido. Veremos por dónde salen.

Nota:https://www.enriquedans.com/

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