La seguridad de los estúpidos

Actualidad 28 de diciembre de 2022
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Difundir conocimiento o dosificarlo selectivamente es uno de los aspectos que más definen una gestión de gobierno. Por eso resulta posible conocer las intenciones de los dirigentes a partir de los funcionarios que designan en las carteras culturales. En ese sentido, Mauricio Macri y Horacio Rodríguez Larreta han sido transparentes en los nombramientos. El ministro de Educación de Macri, Esteban Bullrich, afirmó que "Debemos crear argentinos capaces de vivir en la incertidumbre y disfrutarla" (sic). Pablo Avelluto, ex ministro de Cultura de la Nación (hoy imputado por diversas defraudaciones durante su gestión), twiteó antes de ser designado ministro “Me desapareció el anillo bajo el agua de la bañera. Espero un comunicado de repudio de HIJOS” (sic). Soledad Acuña, actual ministra de Educación de CABA, afirmó que los alumnos que abandonaron la escuela durante la pandemia hoy están "perdidos en el pasillo de una villa, ya cayeron en la actividad del narcotráfico o tuvieron que ponerse a trabajar" (sic). 

Escribía Charles Darwin en 1859 que “La ignorancia genera más confianza que el conocimiento”. Es probable que en esa reflexión esté la explicación de porqué tanto Macri como Larreta han designado a notables ignorantes en cargos de las más alta responsabilidad en la difusión del conocimiento. Algo similar sucede con la justicia en la que Macri diseñó su gabinete cuando le tocó gobernar la Nación. Con un Ministro de Justicia proclive a delinquir (Germán Garavano), a instancias del hoy prófugo Rodriguez Simon, violando la Constitución Nacional, designó por decreto a dos jueces de la Corte Suprema. Condicionó con esos nombramientos los siguientes años de la justicia de nuestro país.

Ante el irregular fallo el presidente de la Nación, anunció que presentará un recurso contra el mismo al tiempo que recusará a los cuatro firmantes de la cautelar. Frente a esa decisión, Horacio Rodriguez Larreta, afirmó casi en paroxismo que "las normas están para cumplirlas” (sic). A su vez, el titular de la Fundación FIFA, Mauricio Macri, afirmó con el cinismo que lo caracteriza que "Las sentencias no se discuten, se cumplen” (sic).

Superado el estupor que produce escuchar semejantes afirmaciones de quienes violan sistemáticamente y de manera incansable todo tipo de leyes, se instalan algunos interrogantes. ¿Cómo es posible que en un país con una formación jurídica reconocida mundialmente, el máximo tribunal dicte fallos contrarios a derecho? La respuesta que se impone es que la realidad descripta sólo es posible en el particular contexto en que se dictan esos fallos. Como se sabe, los cuatro años de gestión presidencial de Macri cumplieron tres claros objetivos: el saqueo de las arcas del país, garantizar la impunidad de los responsables y finalmente, perseguir y atacar a los principales lideres políticos de la actual gestión. Todos esos designios fueron posibles mediante la colonización de sectores claves de la justicia, comenzando por la Corte Suprema y continuando con juzgados y fiscalías federales específicos. A ello debe sumarse la insuficiencia de los mecanismos de control de la democracia (juicio político complicado por falta de bancas suficientes).

Al Presidente de la Nación lo han agredido desde el primer día de su gestión de todas las maneras posibles y sin la mínima respuesta adecuada ante esos ataques. A la Vicepresidenta de la Nación y máxima lideresa política del país, la intentaron asesinar y rápidamente la condenaron penalmente. Mediante esas maniobras criminales, la derecha opositora logró perfilarse al menos como posibilidad concreta de regresar al poder en 2023.

Sin embargo, sus chances son nulas. Una recorrida por la galería de personajes, algunos ya nombrados en estas líneas, como Larreta y Macri, otros, que pululan en los medios -Patricia Bullrich-, avalan lo dicho. Se trata de complejas personalidades que se autoperciben mucho más inteligentes de lo que son. Padecen lo que se conoce como efecto “Dunning Kruger” que es una distorsión cognitiva que lleva a los individuos a sobreestimar sus habilidades o conocimientos en relación con un tema o campo específico, considerándose expertos en áreas en las que, en realidad, saben muy poco. Hay que recordar al premio Nobel Bertrand Russell que atribuía los problemas de la humanidad a que “los estúpidos están seguros de todo y los inteligentes están llenos de dudas".

Es por eso que el grotesco narcisismo de los exponentes de la derecha local (seguros de todo), se desintegrará cuando de las dudas de una dirigencia progresista inteligente surjan las propuestas integradoras para el ya cercano 2023. 

Hace pocos días, la Corte por unanimidad, dictó una medida cautelar que ordena al Gobierno nacional entregarle a la Ciudad de Buenos Aires una suma cercana a los doscientos mil millones de pesos. Se trata de un obsequio de fin de año al Jefe de Gobierno de CABA. El fallo es el más reciente de una saga de resoluciones del máximo tribunal que han producido en los últimos años el rechazo de los más prestigiosos juristas del país. Sobre varios de esos fallos, en la Cámara de Diputados de la Nación, se han presentado pedidos de juicio político de los cortesanos, integrados con decenas de miles de adhesiones ciudadanas.

Por Carlos Alberto Rozanski

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