Dólares, por amor de Dios

Economía 07 de junio de 2022
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«Los dólares están», sostuvo el jefe de Gabinete, Juan Manzur, el miércoles por la mañana para llevar tranquilidad a las provincias del Norte por los faltantes de gasoil y la necesidad de duplicar las importaciones de este combustible. La cuenta de energía dentro de las reservas en el Banco Central crece de manera exponencial a un promedio del 180 por ciento anual, donde se suman los despachos de GNL y el fluido que llega desde Bolivia. Siempre rápida de reflejos, la entidad agropatronal Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) emitió un comunicado al día siguiente al grito de “no hay gasoil”.

YPF –que acaba de marcar dos hitos, su cumpleaños número 100 y regalarle el marco al reencuentro entre Alberto y Cristina— tuvo que atajar penales frente a la decisión del resto de las petroleras que retrocedieron en la provisión de este insumo básico. ¿La explicación? Nadie quiere importar a pérdida. Adquirir un metro cúbico en el exterior puede costar cerca de los 900 dólares mientras que si es producido localmente, el valor ronda los 600 dólares. La empresa con el 51 por ciento de mayoría estatal cubrió el 85 por ciento del incremento en la oferta del gasoil en los últimos dos meses mientras que Axion y Shell redujeron la provisión de este insumo y Trafigura, aliada de Vista en Vaca Muerta, se mantuvo casi estable.

“Este esfuerzo de abastecimiento no fue asumido en igual medida por todas las comercializadoras”, puede leerse en un paper de circulación oficial. El escenario no es nuevo. En abril ya se había detectado la misma situación donde los mismos actores habían dejado de importar para no ir a pérdida. El Estado nacional hizo poco, hasta el momento, para obligar al resto de las operadoras a que aumentasen su ritmo de compras de gasoil para abastecer correctamente el mercado interno, en un momento donde se necesita este combustible para levantar parte de la cosecha en la Pampa Húmeda y la zafra en las provincias del Norte.

«Los dólares están», sostiene Martín Guzmán que negoció el acceso a divisas líquidas para las petroleras que inviertan en Vaca Muerta, entre ellas algunas de las que pusieron el freno en la provisión de gasoil ante el aumento de la demanda. Lo primero que hizo el ministro de Economía tras la aprobación del acuerdo con el FMI en el Congreso fue viajar a Houston junto al secretario de Energía Darío Martínez. Las crónicas locales sostuvieron que la travesía había sido para estar lejos del cimbronazo político que significaba el acuerdo con el Fondo. Pero no. Fue a prometer divisas.

Las divisas no serán solamente para las operadoras norteamericanas. Entonces, ¿dicha negociación podría haber incluido algún tipo de presión para un mejor aprovisionamiento de gasoil hacia el mercado interno?

“Los dólares estarán con el Gasoducto”, prometen también desde el Ministerio de Economía. La obra es clave para aumentar la capacidad de extracción de gas y cubrir, en principio, todas las necesidades de la demanda interna. Según documentos oficiales, en una primera etapa podrían ahorrarse 3.400 millones de dólares en divisas por sustitución de importaciones. El gobierno promete llegar con la obra para el invierno de 2023.

“El invierno tiene tres meses”, aclaran desde Energía. Verdad de Perogrullo al margen, no será lo mismo llegar en junio que a finales de agosto. Ni Paolo Rocca cree que se podrán construir 500 kilómetros de caños en menos de un año. La empresa del Grupo Techint ya recibió parte de los dólares que reclamaba para comprar la chapa e iniciar la construcción de los caños  desde su planta en Brasil. “Ellos ya tenían la orden de avanzar desde que les adjudicaron la licitación, no necesitaban esperar”, indicó otra fuente vinculada al área energética.

“En agosto debe arrancar sí o sí la obra. Si no avanza, estaremos complicadísimos. Seguimos muy al límite”, explicó Martín Bronstein, titular del Centro de Estudios de Energía, Política y Sociedad (CEEPYS). Al cierre de la primera semana de junio, tampoco se había avanzado con el llamado a licitación de la obra civil.

Importadores

«Los dólares están», les dicen a los empresarios de la Unión Industrial Argentina desde el Ministerio de Desarrollo Productivo, más allá de las operaciones de algunas pymes vinculadas a Cambiemos que gritan por supuestas restricciones a las importaciones. Es cierto que se están administrando las compras de bienes de capital e insumos difundidos en función de diferentes necesidades productivas.

Pero con un nivel de 7.700 millones de dólares en importaciones durante mayo, sería dudoso hablar de restricciones como lo hizo esta semana José Luis Ammaturo, titular de la Cámara de la Pequeña y Mediana Industria Metalúrgica Argentina (CAMIMA). Tanto Ammaturo como Martín Rappallini, titular la Unión Industrial de la Provincia de Buenos Aires, son fervientes militantes de Cambiemos.

Las importaciones crecen a un ritmo del 50 por ciento interanual. El escenario que se había trazado el BCRA con un horizonte importador de 70.000 millones para todo el año quedó trastocado. Por el contexto internacional –dificultades logísticas, alza de precios de la energía compensado en parte por la suba de las materias primas agropecuarias—, el escenario de un saldo comercial similar al registrado en 2021, de casi 14.000 millones de dólares, se aleja cada vez más.

Waiver a la vista

«¿Los dólares están?» se preguntan en el FMI, que si bien dio el visto bueno a la revisión sobre el primer trimestre del año, duda sobre lo que pueda ocurrir en el resto del año en relación a la acumulación de reservas. También pone en duda la meta de emisión y déficit fiscal.

Consultoras de derecha e izquierda afirman que más temprano que tarde, habrá que pedirle perdón (waiver) al Fondo. En mayo, la autoridad monetaria no logró sumar reservas, al terminar en casi 500 millones abajo en relación al inicio del mes.

“Entre mayo y junio del año pasado, la intervención del Central en los mercados de cambios sumó 2.635 millones de dólares (monto que asciende a 2.816 millones si sólo contabilizamos las compras netas en el mercado oficial). Con sólo comprar un 70% de lo que logró comprar en mayo-junio de 2021 el Central cumpliría la meta de acumulación de reservas del segundo trimestre. Pero en lo que va del año, viene comprando menos de un 5% de lo que compró en igual período de 2021”, puede leerse en un informe de Equilibra, la consultora fundada por Diego Bossio y Gabriel Delgado.

La consultora PxQ, de Emmanuel Álvarez Agis, sacó sus propios cálculos. Hasta fines de junio, el Central debería comprar por día 80 millones de dólares, que podrían descender a 34 millones diarios si se concretase el Fondo de Resiliencia ya aprobado por el FMI.

El Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO) afirmó: “Vamos rumbo a un formal pedido de waiver”. Para el equipo que comanda Andrés Asiaín, la autoridad monetaria necesitará juntar 3.000 millones de dólares en un mes.

“Nada indica que no se consigan los fondos del acuerdo, la economía está creciendo y esto se siente en la calle más de lo que se comunica. El gobierno tiene que construir otra narrativa sobre los logros propios y no dejarle espacio a la derecha”, explica una fuerte del BCRA para contrarrestar el escenario ¿pesimista? de las consultoras.

Rezos

En este escenario de puja por los dólares, cada funcionario del gobierno nacional le reza a su Dios particular. Algunos lanzan plegarias a los sojeros que siguen quedándose con parte de la cosecha, sobre todo los que tienen la espalda financiera para hacerlo. La concentración en el sector también juega sus fichas. Lo aseveró esta semana Pedro Salas, ex presidente de la Sociedad Rural de Córdoba y ahora director en el INAES, bajo la gestión de Matías Kulfas, uno de los integrantes del equipo económico que descree de la “inflación oligopólica”.

La liquidación de divisas de mayo fue de 4.200 millones de dólares, un 20 por ciento más que el resultado del año pasado, cuando los precios se dispararon mucho más. Es decir, disminuyen los volúmenes de comercialización.

“La exportación de granos se ha visto afectada por los movimientos bruscos en el mercado internacional, por la existencia de volúmenes de exportación en maíz y trigo regulados por el Ministerio de Agricultura, así como por una enorme capacidad ociosa de la industria de molienda de soja que sigue trabajando con márgenes negativos aun en plena campaña gruesa”, explicaron los exportadores nucleados en la CIARA-CEC.

También se les reza a los organismos multilaterales de crédito para que envíen los recursos comprometidos y, de esa manera, aliviar la carrera del BCRA por la acumulación de reservas. Y están quienes le rezan a Vaca Muerta, y por ende a Techint, para que acelere lo más que se pueda la construcción de los caños para el gasoducto.

“Cumplir con la meta de acumulación de reservas implicaría un crecimiento nulo en el promedio del año, mientras que, si la meta se flexibilizara en 2.000 millones de dólares, la economía podría crecer el 1%”, concluyó Equilibra.

¿Alcanzarán los dólares y los rezos? La redistribución de la riqueza con una mayor equidad a la registrada en 2021, cuando el producto bruto creció 10 puntos pero el conjunto de los trabajadores perdió participación en el reparto de la torta, seguirá esperando. A rezarle a Luján.

Por Sebastián Premici para El Cohete a la Luna

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