Estos emprendedores quieren que los paquetes lleguen rápido y barato a tu casa (pero estas trabas no se los permiten)

Actualidad 07 de abril de 2022
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La cadena está siguiendo un orden coherente. Primero, fue el boom del e-commerce, luego, de los medios de pago. Y ahora, la logística. Es que, los usuarios ya se acostumbraron a hacer compras online y a pagar con medios digitales, pero, aunque subieron sus exigencias en cuanto a las entregas, lo cierto es que todavía queda mucho camino por andar y varios engranajes para ajustar. 

Promesas de entregas en el día, los famosos «llega mañana» o aviones enteros pintados del amarillo característico de MercadoLibre son algunas de las postales que se están instalando en la región. Pero con países con extensiones territoriales inmensas o burocracias y sindicatos muy potentes, al sector de emprendedores de logística que se aventuran a nadar esas aguas no se les está haciendo nada fácil el camino.

Igualmente, cada vez son más los que se animan, no solo desde el lado startup, sino también desde el lado inversor. El año pasado se caracterizó por un incremento notable en la cantidad de dinero que ingresó en la región destinado a apoyar a estos emprendimientos de alto impacto, y aunque todavía está lejos de los números de las fintech (34 por ciento) o el e-commerce (10 por ciento), la logística ya representa el cinco por ciento de las inversiones que se hacen en América latina, según Lavca (Association for Private Capital Investment in Latin America).

 
«Al igual que la mayoría de las industrias más tradicionales, con la pandemia se vio una aceleración en la transformación digital del sector logístico, sobre todo gracias al boom del e-commerce«, dice Luis Bermejo, cofundador y Managing Partner del fondo Alaya Capital. El inversor lo vio de primera mano con una de las empresas de su portafolio: Moova, una firma en la que invirtieron en octubre de 2019 y un año después había multiplicado por diez su tamaño gracias a esa explosión.

Los datos de ese boom fueron deslumbrantes luego del primer año de pandemia. En 2020 la facturación del comercio electrónico en Argentina creció un 124 por ciento y llegó a los $ 905.143 millones. Ese año se vendieron 250 millones de productos, un 72 por ciento más que el año anterior.

La lógica está cambiando incluso para quienes llevan muchos años en la industria. Antonio Migliore, el creador de Moova, emprende en logística desde 1991, pero hace dos años notó que se necesitaba un cambio. «Entendí la necesidad de la capacidad ociosa», recuerda el fundador de la firma que funciona como «el Airbnb de la logística» porque capta espacios vacíos en camionetas y otros medios para hacer envíos de última milla más eficientes. La idea se le ocurrió mientras estaba atascado en un embotellamiento en la Panamericana, y pensó que el espacio de todos los autos que tenía a su alrededor podía aprovecharse mejor.

 Antonio Migliore, fundador de Moova.
Decidió, entonces, dejar su compañía de cargas internacionales para dedicarse full time al nuevo proyecto. La idea era inyectar tecnología a una industria que, hasta el momento, venía algunos pasos atrás. «Muchos se manejaban con un Excel y teléfono», recuerda Migliore. Sin embargo, menciona que se está empezando a ver un cambio en el sector: «En la región y en algunas partes del mundo era parecido a lo que se hacía en 1950: un depósito donde guardás mercadería y, según los pedidos, armás una ruta y salís a distribuir. Eso todavía se necesita para algunas cosas tradicionales, pero para el e-commerce no. Hay un cambio en la lógica. ¿Qué tal si las mismas compañías pueden vender de forma directa? ¿Cuánto margen queda en el camino? Si podés entregar de forma directa evitás todo el medio. Ya lo estamos haciendo con algunas marcas a través de este tipo de modelos».

Tiempo de valientes
En un mundo donde las empresas ya no venden productos sino «experiencias», la magia se rompía luego de apretar el botón de compra. ¿A quién no le pasó de sentirse un rehén en su casa esperando la llegada de un paquete? Eso mismo sintió Matías Lonardi antes de fundar Treggo. ¿De qué sirve tener procesos sencillos y atractivos durante la compra si luego el envío va transformarse en una pesadilla? Lonardi quiso cambiar esa última parte del viaje en 2016, pero en el medio se encontró con varias trabas. 

«Nunca había trabajado en logística. Y todavía estoy aprendiendo en qué mundo me metí», reconoce el emprendedor que antes fundó otras dos empresas. Pero al desafío de construir una solución en una industria nueva, se sumó el contexto argentino, al que el emprendedor define como «un país con cuestiones delicadas»: «Existen organizaciones que están hace mucho tiempo, tenés sindicatos de por medio que no ven con buenos ojos a las plataformas tecnológicasque vienen a digitalizar la industria, así que nos encontramos con varias barreras».

 Matías Compiano Rielo, cofundador y CTO de Shipnow.
El emprendedor hace una lista breve: hay obstáculos locales, de legislación, de falta de marco regulatorio en los modelos de economía colaborativa… Ni hablar de la persistencia de viejas y obsoletas formas de hacer negocios. «Es parte de involucrarse en una industria tradicional, donde tocás intereses ajenos. Si ganamos un cliente, hay alguien del otro lado que está dejando de ganar plata y lo ve como una amenaza», sintetiza Treggo al que le tocó vivir alguna que otra mala experiencia.

Sin embargo, la rueda sigue girando, de la mano del crecimiento del e-commerce que abre nuevas oportunidades a quienes estén capacitados para afinar las cuerdas del sistema con tecnología. MercadoLibre, hoy la empresa más valiosa de la Argentina y, según la fecha, de la región, marca el ritmo en esta orquesta y los emprendedores ejecutan.

Justamente, tres exMercadoLibre son los fundadores de Shipnow, y tuvieron un asiento privilegiado para captar las tendencias que iban a llegar para crear la firma que ya lleva siete años de recorrido. «Había que cerrar el círculo. Se avanzaba mucho en ventas, los pagos y el fenómeno fintech estaban empezando, pero había un agujero en el envío. En los últimos años se vio una tendencia muy buena a buscar aliados y a comprender la logística como un paso más allá de mover el paquete», explica Matías Compiano Rielo, cofundador y CTO, y menciona cómo hoy se ve una hiperespecialización en las empresas que nacen para dedicarse a ser los mejores en cada parte del proceso de entrega, que empieza mucho antes de que el paquete salga a la calle.

El desafío de América latina
La cordobesa clicOH comenzó como una app de delivery, hasta que el fenómeno del e-commerce la atrapó y unos meses antes de que iniciara la pandemia, cambió de rumbo. «El secreto no estaba solo en la última milla, sino en la primera parte del proceso. Mejorar los tiempos de entrega. Empezamos con clicOH envíos y después clicOH full, una solución de punta a punta, desde almacenamiento hasta el consumidor final», menciona Agustín Novillo Saravia, cofundador y CEO de la firma que luego fue seleccionada para el programa de la prestigiosa aceleradora de Silicon Valley, Y Combinator. 

Paso siguiente, comenzaron a expandirse por Uruguay, Chile y México, porque detectaron desafíos similares: todos son países con baja penetración del comercio electrónico. «En América latina esa tasa es del cinco por ciento, mientras que en los Estados Unidos está por encima del 20. Es la región con menos penetración, pero a la vez la que más rápido crece. Eso habla de la oportunidad que hay», menciona el emprendedor.

 Agustín Novillo Saravia, cofundador y CEO de clicOH.
Novillo Saravia agrega otro problema en común entre los países de la región: grandes extensiones de territorio con gran concentración en las capitales.«Hay diferencias enormes entre el servicio que se presta en las ciudades más densamente pobladas versus las más chicas. Ese es el desafío más grande que vemos en la Argentina«, asegura. En este punto es donde ambos mundos (el tradicional y el de las startups) se ven obligados a unirse para triunfar: «Los jugadores más nuevos pueden ser muy buenos construyendo plataformas logísticas en las grandes ciudades, pero los tradicionales siguen siendo un aliado estratégico para llegar al resto. Sí creo que hay una falta muy grande de tecnología y eso es lo que les está costando más. Pero creo que hay una posibilidad de sinergia«, agrega.

La buena noticia, opina Compiano Rielo, es que la necesidad de soluciones logísticas es constante, aunque el tamaño del país lo haga más complejo. Por eso Shipnow está apostando por ramificar sus operaciones y ya tienen presencia, además de en Buenos Aires, en Rosario y Córdoba con dos depósitos. «La idea es poder descentralizar el consumo. El volumen es cada vez mayor», resume.

En esa línea, otra variable a resolver es la de los costos. De nada le sirve a una empresa ofrecer entregas en el día si es a precios impagables. «Es un tema de escala y generar rutas eficientes de entrega», reflexiona Lonardi, de Treggo, para quien el secreto está en consolidar órdenes usando tecnología. «Por eso hoy escuchás palabras como dark stores o dark kitchens, para acortar distancias de recorrido, generando modelos descentralizados de logística».

Así, los grandes centros de almacenamiento alejados de las ciudades van perdiendo el sentido: la apuesta es por multiplicar los puntos, aunque sean más pequeños, para estar más cerca y apalancarse en tecnología para hacer recorridos más inteligentes. Lonardi dice que incluso están trabajando con machine learning para considerar variables que van desde el estado de tránsito hasta el clima para predecir los tiempos de entrega y mejorar la productividad. Y en esto también ayuda tener esa visión colaborativa que se mencionó antes: «Es muy complicado ser muy bueno en todos los códigos postales. Por eso queremos agregar soluciones a nuestra tecnología y de ahí elegir quién es el mejor operador. Nuestro objetivo es contribuir una red de miles de empresas logísticas para que se sumen a Treggo y formen parte de la red. Buscamos crear un ecosistema logístico colaborativo».

Un paso regional
«La logística puede ser la industria más grande del mundo. Y nunca va a pasar de moda», dice Novillo Saravia, de cliclOH. El entusiasmo se nota, tanto en los emprendedores como en los inversores. Pero para dar el paso definitivo y captar la atención de estos últimos, los fundadores tienen que tener una visión regional o, por qué no, global.

 Matías Lonardi, cofundador y CEO de Treggo.
«En la prepandemia, lo que se esperaba de crecimiento para los próximos años fue todo lo que se creció solamente en 2020. Unas 38 millones de personas hicieron su primera transacción online ese año en América latina. Se dio una inclusión en el e-commerce que cambió las reglas de juego», define el emprendedor.

Las barreras de desconfianza de los usuarios bajaron, los clics aumentaron y, con ello, las exigencias. Y a medida que los compradores levantan la vara, los emprendedores se esfuerzan por invertir en tecnología y ser cada vez más eficientes. ¿Pero esto es solo otra tendencia pasajera? Todo indicaría que no. «Hay todavía muchísimo por desarrollar en cuanto a innovaciones para mejorar la experiencia del consumo online. Nosotros nos enfocamos en agregar valor a la sociedad más que en las modas. Buscamos construir algo sólido, con métricas sanas, con experiencias buenas», agrega Novillo Saravia.

Por su parte, los inversores vieron cómo en los últimos dos años explotó el mercado. Pero como todo lo que sube tiene que bajar, están a la expectativa de la consolidación con la certeza de que solo los mejores quedarán en pie. «Hay mucha competencia en todos los mercados. Hay modelos que ya han innovado, muchas plataformas, operadores logísticos y demás. Como inversor lo seguimos mirando de cerca, seguimos mirando qué nuevas oportunidades pueden aparecer, pero cada vez con más estudio del entorno competitivo porque cada vez es un mar rojo más fuerte en donde van a producirse consolidaciones en las compañías más chicas y van a ganar unos pocos», aporta Bermejo.

 
Por la enorme competencia que hay, Bermejo explica que las compañías van a tener que demostrar realmente sus propuestas de valor. Indefectiblemente, van a ganar algunas pocas y otras van a integrarse o desaparecer. «La industria va a madurar en cuanto a lo tecnológico, toda la evolución que hubo fue fantástica, ahora va a tener que madurar, consolidarse y de alguna manera quedar en una propuesta de valor que sea realmente atractiva. Siempre vamos a seguir viendo nuevos modelos, la innovación no ha parado, y siempre hay formas de disrumpir en estos sectores tan grandes y tradicionales. Todavía queda mucha logística en manos de empresas tradicionales, entonces creo que vamos a seguir viendo innovación, pero no la explosión que vimos en los últimos dos años».

El camino, entonces, seguirá por plantar bandera en cada vez más países. Moova, por caso, ya está presente en ocho mercados y movió dos millones de paquetes sin haber comprado ni un vehículo propio. «Hay más volumen de dinero, más plata en la región y los fondos grandes internacionales están mirando. Es verdad. Pero no lo hace más fácil. Porque el inversor busca que le presentes una oportunidad. Tenés que tener algo nuevo, mostrar el equipo, mostrar quien sos. A nadie le dan millones de dólares porque sí», plantea Migliore.

Según Lonardi, los fondos buscan que las empresas tengan mirada regional, especialmente entre quienes buscan desembarcar en mercados grandes como Brasil o México. «Hoy estamos en el desafío de crecer fuera de la Argentina, centralizando esfuerzos en México. A nivel industria vemos que todo se mueve muy rápido y las marcas que se despertaron a raíz del Covid quedan fuera de juego si no tienen una buena venta online. Vivimos en un mundo donde quien define es el comprador online«, menciona el emprendedor que ya está operando en Colombia y Uruguay.

En Shipnow hasta el momento no salieron a buscar financiamiento de parte de VC, pero sí tienen claro que el crecimiento debe ser regional. Para este año van a abrir su primera operación en la región y el roadmap indica que no será el único. Pero también buscarán crecer en más plazas dentro de la Argentina. «El consumo y las oportunidades cada vez van a ser más federales. Hay mucho foco en la experiencia y en la conveniencia y eso va a empujar. Todavía quedan soluciones para concretar el ecosistema logístico y se van a ir desarrollando soluciones para cada segmento y cada rubro», pronostica Compiano Rielo. Además, el emprendedor augura un aluvión tecnológico y de empleo en el país gracias al desarrollo de esta industria. «Cuando tecnologías tipo blockchain empiecen a entrar en la industria, puede ser revolucionario. Y va a haber más colaboración entre empresas para que, al final del día, el consumidor tenga una mejor propuesta de valor», concluye.

Mientras tanto, los consumidores seguirán comprando desde sus pantallas, pero con la esperanza de que la experiencia, de acá en adelante, solo sea mejor. 

La versión original de esta nota se publicó en el número 339 de revista Apertura.

Fuente: https://www.cronista.com/apertura/emprendedores/estos-emprendedores-quieren-que-los-paquetes-lleguen-rapido-y-barato-a-tu-casa-pero-estas-trabas-no-se-lo-permiten/

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