Nuevo bono en dólares de Caputo: el mercado no come vidrio y advierte la urgencia

Economía08/12/2025
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Luis Caputo y Javier Milei lanzaron el Bonar 2029N con bombos y platillos. Lo presentaron como la vuelta triunfal a los mercados internacionales de deuda. Sin embargo, la realidad es más compleja y los mercados advierten que el hecho de que se emita bajo legislación local denota la necesidad urgente de la operación, dada la falta de reservas para pagar los vencimientos de enero próximo.

El viernes pasado, el ministro de Economía anunció la emisión de un nuevo bono, con la gran novedad de que se trata del primero tanto denominado como pagadero en dólares (hard dollar) que Argentina lanza desde 2018. El instrumento, que se licitará este próximo miércoles 10 de diciembre, tendrá un vencimiento a cuatro años y ofrecerá una tasa nominal anual del 6,5%.

El Gobierno y los medios afines se esforzaron por mostrar esto como el regreso del país a los mercados de capitales extranjeros. "Luego de casi ocho años de falta de acceso al mercado de financiamiento en dólares de mediano y largo plazo, el Gobierno Nacional vuelve a colocar un título en moneda extranjera en el tramo medio de la curva soberana", destacó Caputo en un posteo en X.

De manera similar, el jefe de Gabinete, Manuel Adorni, resaltó que "Argentina regresa al mercado de capitales". "Este es un enorme paso en el camino que estamos estamos transitando hacia la total normalización de nuestro querido país", aseguró.

Llama la atención que el mismo discurso había sido adoptado por el equipo económico hace seis meses. "Argentina vuelve a ganar acceso a los mercados internacionales, para refinanciar Capital de deuda en moneda local", había tuiteado Caputo en mayo cuando lanzó los Bonte 2030, suscripto en dólares pero pagadero en pesos. Más vueltas que una calesita.

Bonos de legislación local y de legislación extranjera

Pero el gran punto que el equipo económico omite es que el Bonar 2029N será emitido, como precisó la Secretaría de Finanzas, bajo la legislación argentina y no bajo ley estadounidense o extranjera, por lo que su caracterización como nueva deuda "internacional" es bastante dudosa.

Aunque las consultoras destacan que la emisión de un bono suscripto y pagadero en dólares significa un paso adelante, la diferencia entre un bono local y uno bajo legislación externa no es solo formal, sino consecuencia directa de los apremiantes tiempos que afronta Milei de cara a los próximos vencimientos.

Por un lado, ocurre que la emisión de deuda bajo legislación extranjera debe ser sí o sí aprobada por el Congreso, según indica la denominada Ley Guzmán de 2021, tal como admitió Caputo el último viernes. 

Lo curioso, en todo caso, es que el Gobierno decide hacerle caso a esta ley impulsada por el ex ministro de Economía de Alberto Fernández solo cuando le sirve de excusa. Al contrario, se la salteó plenamente cuando evitó enviar al Congreso un proyecto de ley para la aprobación del nuevo acuerdo con el FMI en abril pasado, reemplazándolo por un mero DNU que solo fue ratificado por la Cámara de Diputados.

Por otro lado, "los procesos de emisión bajo ley extranjera conllevan mayores tiempos y, por sobre todo, un 'road show' para explicar el programa económico ante un público especializado", advirtió la consultora Analytica en un informe sobre el nuevo bono emitido.

La consultora Outlier, que dirige Gabriel Caamaño Gómez, también hizo hincapié en que el perfil del inversor no es el mismo en cada caso. "Otra discusión es si la emisión de legislación local no desincentiva a los extranjeros a participar. Eso sí que puede ser un impedimento para algunos inversores y claramente un bono de ley Nueva York atraería a más de ellos", alertó en un informe.

En este sentido, un bono respaldado por la SEC (la comisión de valores de Estados Unidos) tiene evidentemente una seguridad incomparable a la de la CNV o cualquier organismo análogo de un mercado emergente. Es por eso que los grandes bancos de inversión tiene como regla general no comprar bonos bajo legislación de este último tipo de países, prefiriendo los emitidos bajo ley de Nueva York o Londres.

Una operación urgente

El punto, entonces, es que no hay tiempo para comenzar un verdadero proceso de vuelta a los mercados extranjeros por una sencilla razón: sigue sin haber acumulación de reservas y el 9 de enero enero próximo Argentina deberá afrontar vencimientos por 2.700 millones de dólares.

El propio Caputo admitió que este es el contexto en el que se emite el Bonar 2029N, al explicar que "es para pagar deuda vieja. Al poder refinanciar vencimientos, cada dólar que compre (el Banco Central) lo podrá acumular".

Hoy, las reservas netas siguen siendo negativas en cerca de 16.000 millones de dólares, según el cálculo de la consultora Equilibra. Es justamente este el punto clave que impide que Argentina haya vuelto ya a los mercados de deuda internacionales, en tanto la falta de confianza en la capacidad de pago del Gobierno es la que mantiene el riesgo país por encima de los 600 puntos incluso después de las elecciones.

Se considera que este indicador debe encontrarse cercano a un tope de 500 puntos para poder volver a emitir bajo legislación extranjera. A su nivel actual, si Economía quisiera lanzar instrumentos bajo ley estadounidense tendría que hacerlo a una tasa en dólares cercana al 10%, imposible de afrontar. 

Por Javier Slucki / El Destape

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