





La reforma laboral que impulsa el Gobierno desde el año pasado promete cambiar de raíz la relación entre trabajo, empleo, indemnización y despido en la Argentina. La iniciativa, que ya genera fuertes debates en el mundo gremial, empresario y político, plantea una transformación profunda del sistema laboral con un eje clave, el reemplazo del histórico esquema de indemnizaciones por despido por un Fondo de Cese Laboral.
¿Cómo afectará la reforma laboral al trabajo y al empleo en 2025?
El objetivo oficial es modernizar las leyes laborales para facilitar la creación de empleo registrado y disminuir la informalidad. Desde el Gobierno aseguran que el actual sistema indemnizatorio, vigente desde hace décadas, se transformó en un obstáculo para el crecimiento del trabajo formal, sobre todo en las pequeñas y medianas empresas.
Hoy, la Ley de Contrato de Trabajo (N° 20.744) establece que, ante un despido sin causa, el empleador debe pagar una indemnización equivalente a un mes de sueldo por cada año de servicio o fracción superior a tres meses. Además, se suman conceptos como preaviso, integración del mes de despido y vacaciones no gozadas.
Para las empresas, esta estructura representa un costo alto y, muchas veces, imprevisible, lo que según su postura frena la contratación y promueve la informalidad. Por eso, la reforma laboral apunta a un esquema alternativo que elimine ese riesgo financiero para los empleadores, pero que al mismo tiempo brinde seguridad económica a los trabajadores.
Trabajo y despido: ¿qué es el Fondo de Cese Laboral que propone la reforma?
El punto más polémico es la creación del Fondo de Cese Laboral, un sistema que ya funciona en la construcción a través de la UOCRA y que el Gobierno quiere extender a otros sectores.
El mecanismo es, en lugar de pagar la indemnización cuando se produce el despido, el empleador realizaría aportes mensuales a una cuenta individual a nombre del trabajador. Ese dinero se acumularía y quedaría disponible para el empleado cuando termine la relación laboral, ya sea por despido, renuncia o jubilación.
Además, se contempla que estos fondos puedan invertirse en el mercado de capitales, lo que permitiría a los trabajadores decidir cómo administrar ese capital para que no pierda valor con la inflación.
Con este sistema, las empresas tendrían previsibilidad, mientras que los empleados contarían con un ahorro propio que podría acompañarlos a lo largo de su carrera laboral, incluso si cambian de trabajo.
¿Cuáles son las ventajas y desventajas de este cambio en la indemnización por despido?
El Gobierno sostiene que el nuevo esquema tendría varios beneficios:
Menos juicios laborales: al existir un fondo previamente constituido, se reduciría la litigiosidad por indemnizaciones;
Mayor previsibilidad para los empleadores: las empresas sabrían de antemano cuál es el costo de cada desvinculación y podrían planificar mejor sus finanzas;
Movilidad laboral: el fondo sería portable, es decir, el trabajador podría llevarlo consigo si cambia de empleo, disminuyendo el temor al despido.
Sin embargo, los gremios y algunos especialistas advierten sobre posibles riesgos:
Financiamiento incierto: aún no está claro qué porcentaje del salario deberían aportar las empresas ni cómo se garantizaría que el fondo mantenga su valor real;
Transición compleja: cambiar del sistema actual al nuevo modelo requeriría normas claras para proteger los derechos adquiridos de los trabajadores;
Posible desprotección: si el fondo no acumula lo suficiente o si las inversiones fracasan, el empleado podría quedar desamparado ante un despido injustificado.
Empleo y despido con causa: ¿qué cambios introduce la reforma laboral?
La iniciativa también amplía las causales de despido con justa causa, es decir, aquellos casos en los que el empleador puede desvincular a un trabajador sin pagarle indemnización.
A los motivos tradicionales (incumplimiento grave de tareas, faltas injustificadas, perjuicio a la empresa), se suman ahora situaciones vinculadas a medidas sindicales extremas, como tomas de fábricas, bloqueos o acciones que afecten la libertad de trabajo mediante amenazas o intimidaciones.
No obstante, la ley exige que antes de concretar el despido el empleador intime al trabajador para que cese en la conducta que motiva la sanción.
¿Qué puede pasar a partir de 2025?
Si el Congreso aprueba la reforma, cada gremio deberá decidir si adopta o no el Fondo de Cese Laboral en sus convenios colectivos. Es decir, no será obligatorio para todos los sectores.
Nota:iprofesional.com





