





El desgaste financiero que enfrenta el Gobierno enciende todas las alarmas. Las expectativas de devaluación y el derrumbe de los activos bursátiles se empiezan a mover a un ritmo desorbitante. El dólar terminó este lunes al filo del techo de la banda cambiaria y en el mercado lo ven arriba de 1500 pesos en el corto plazo. El principal problema sigue siendo del frente externo. Las reservas internacionales bajaron más de 400 millones de dólares durante la jornada, mientras los bonos soberanos volvieron a desplomarse hasta 6 por ciento, el riesgo país se acercó a los 1200 puntos y las acciones siguieron en caída libre.
A menos de un mes y medio de las elecciones de medio término de octubre, los mercados no encuentran anclas. Crece la incertidumbre, se profundiza la corrida cambiaria y los inversores, tanto locales como internacionales, buscan cobertura en el tipo de cambio y provocan una ola de venta de acciones y bonos denominados tanto en moneda extranjera como en pesos.
El dólar mayorista subió este lunes por sexta jornada consecutiva, es decir en todas las ruedas después de la elección del 7 de septiembre, y cerró en 1467 pesos en el segmento mayorista, una cifra que se ubicó apenas 0,4 por ciento por debajo del techo de la banda cambiaria, ubicado en 1472 pesos. En el Banco Nación, el billete minorista finalizó a 1475 pesos, mientras que el Contado con Liquidación (CCL) superó los 1500 y el MEP se acercó a los 1490. También el dólar blue siguió en ascenso y cerró en 1455.
Durante la rueda de operaciones, el Banco Central intentó contener la cotización del tipo de cambio mayorista con una oferta de intervención -que no concretó- que rondó los 100 millones de dólares. El esfuerzo, sin embargo, resultó insuficiente para aplacar las expectativas de devaluación, alimentadas por el deterioro de las reservas y la falta de anuncios económicos contundentes. Los contratos de dólar futuro reflejan esta tensión. Para octubre se anticipa una cotización por encima de 1540 pesos, mientras que noviembre ya opera cerca de los 1586.
El mercado no se convence con una propuesta fiscalista, que pone el foco solo en sostener el superávit fiscal y recortar gastos, mientras no se genera una respuesta al problema de la falta de reservas en el Banco Central. Desde hace meses que la autoridad monetaria no consigue acumular divisas genuinas y todo lo que llega es producto de endeudamiento que debe devolverse.
Justamente este punto fue uno de los temas que más ruido hizo al inicio de esta semana, al registrarse una baja de 461 millones de dólares en las reservas. Se indicó que este descenso se debió a pagos de deuda con el BID (271 millones de dólares) y BIRF (112 millones de dólares).
Pagos de deuda
Los próximos meses presentan un desafío todavía mayor para Tesoro en materia de vencimientos. Entre septiembre y enero, según estimaciones del mercado, el gobierno debe afrontar pagos en moneda dura por 8100 millones de dólares. De ese total, 3800 millones corresponden a los bonos Globales y Bonares de enero, 3100 millones a organismos multilaterales, y 1200 millones a los Bopreal. Toda una encrucijada si se tiene en cuenta que el riesgo país supera los 1000 puntos y no hay acceso al refinanciamiento.
En uno de los últimos informes de la consultora 1816 se plantearon datos duros para explicar la incertidumbre de los inversores. El gobierno especulaba hace algunos meses que en la segunda mitad de este año iba a poder acceder al mercado de deuda soberana para refinanciar vencimientos, una posibilidad que ahora parece lejana no sólo para este año sino para lo que resta hasta el cierre del mandato. Se habla del Plan Llegar y de la odisea que significa no tener un plan B ante un escenario sin la opción de refinanciar deudas.
Los números que se estiman de vencimientos para los próximos dos años se ubican por encima de los 34 mil millones de dólares. En detalle, se calcula que entre el FMI (pagos netos por 9500 millones de dólares), Bonares y Globales (15.600 mil millones), Club de París (800 millones), Bopreales (4800 millones) y los repos del Banco Central (3500 millones) hay que pagar entre capital e intereses más de 34.200 millones de dólares.
Bonos en picada
Este escenario está impulsado un derrumbe en el precio de los bonos soberanos en moneda extranjera y salto del riesgo país. Los títulos en dólares cayeron hasta 6 por ciento, mientras que el indicador de riesgo del JP Morgan saltó a un nivel de 1200 puntos básicos, con una suba diaria del 8,9 por ciento. En el mes, los títulos públicos en moneda extranjera ya acumulan rojos de más del 20 por ciento y en el año las caídas superan el 30.
En el mercado, casi como una frutilla del postre, agregaron que el gobierno anunció al final de la semana pasada una medida de regulación para las agencias de bolsa a través de la Comisión Nacional de Valores, y provocó que el desplome de este lunes se siga ampliando. El discurso de desregulación del equipo económico empieza a chocar contra la urgencia de contener la caída de activos bursátiles y las presiones con el dólar.
El rojo de no se limitó a los bonos. También las acciones sufrieron un nuevo impacto. El índice S&P Merval cayó 0,6 por ciento en pesos y 1,9 por ciento en su versión en dólares, alcanzando su nivel más bajo desde el 7 de agosto. Entre las bajas destacadas se ubicaron Transportadora de Gas del Norte (-4,2 por ciento), Metrogas (-3,9) y BBVA (-2,9).
Las acciones argentinas que operan en Nueva York también cerraron con rojos, al destacarse las bajas de Banco Macro (-3,1 por ciento) y Supervielle (-3,1). En Wall Street, los papeles locales no encuentran piso, y algunas empresas anotan pérdidas acumuladas de casi 65 por ciento en el año.
Fuente: Pagina12





