No podía vender dos productos y se le ocurrió una idea millonaria: mezclarlos y hacer el mejor postre del mundo

Recursos Humanos16/09/2021
choco

La pastelería es sinónimo de precisión. Pesar y medir con ojo de lince cada ingrediente porque el más mínimo cambio en las cantidades puede arruinar toda la preparación. Lo mismo sucede con algunos postres. Por eso, la chocotorta ganó popularidad en los 80 por su practicidad y simpleza. Esta tentación ya clásica surgió a partir de una publicidad que fue uno de los primeros casos de promoción crossbrand entre tres marcas.

Todo nació de la creatividad de Marité Mabragaña, que se desempeñaba como publicitaria en la agencia Ricardo De Luca. En ese entonces, se trataba de uno de los hubs más importante del país a nivel publicitario con cuentas como Gillette y Renault. 

Ella había ingresado como redactora por recomendación de Vicente De Luca, hermano e Ricardo, quien era profesor suyo de redacción en la Universidad del Salvador.

Con los años, Mabragaña fue sumando experiencia y se convirtió en directora creativa. "En aquella época se hacían tortas con vainillas y a mí me gustaba mojar las chocolinas en oporto. También sabía que el dulce de leche con queso crema es lo más rico que hay", contó en diálogo con Clarín. En 1982 llevo a la agencia una torta en la que había apilado estos ingredientes y todo el mundo quedó encantado. Esto activó una nueva idea.

Al día siguiente preparó dos tortas idénticas y se las llevó a sus dos clientes: la empresa galletitera Bagley, dueña de las Chocolinas; y Mendizábal, fabricante del queso crema Mendicrim. Se le ocurrió promocionar ambos productos a través de su dulce creación. Un año más tarde el comercial de la chocotorta estaba en todos los canales de televisión. Para esto también sumaron a la marca de dulce de leche Ronda, que era distribuido por Mendizábal.

La publicidad estuvo al aire cerca de dos años y disparó las ventas tanto de las Chocolinas como del Mendicrim. La receta original que hacía Mabragaña llevaba oporto, aunque para hacerla más amigable al público infantil lo habían reemplazado con almíbar. Sin embargo, con el tiempo surgieron variantes de todo tipo. Algunos mojan las galletitas en café, otros en leche chocolatada e incluso varios se le animan a algún licor más potente.

Mabragaña nunca registró la marca ni cobró derechos de autor por su creación, sino que fue parte de su trabajo en la agencia. En el Instituto Nacional de la Propiedad Industrial, este postre está registrado a nombre de Bagley desde los 80. "En ese momento no sabía ni cómo facturarlo, no existía el cobranding", aseguró.

Los dueños de las materias primas para elaborar el postre fueron cambiando. Bagley actualmente es manejada por el joint venture Arcor-Danone, mientras que Mendicrim pasó a manos de Nestlé y desde 2009 figura en el portfolio de SanCor.

A su vez, la chocotorta no se quedó solo en un postre frío, sino que aparecieron más productos dentro de su familia. Bagley lanzó las Chocolinas cacao intenso y la versión mini, además trató de imponer una versión hermana con las Coquitas: la coquitorta. Por otro lado, Arcor incorporó una línea del chocolate Cofler con pedazos de esta galletita y en 2019 cocreó un relleno de chocotorta junto a Mastellone.

El próximo año se cumplirá el 40° aniversario desde la creación del mejor postre del mundo. Lleva esta cucarda desde 2020 cuando el sitió TasteAtlas la colocó por encima del helado de pistachos italiano y la tarta de manzana alemana. 

Nota publicada por https://www.cronista.com/

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