Reducción de jornada laboral a la práctica: Experiencias de Recursos Humanos en Chile y Colombia

Recursos Humanos03/06/2025
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La reducción de la jornada laboral sí es posible y los ejemplos internacionales de cómo lo han hecho lo demuestran. No será una tarea sencilla, así es, pero la mirada de quienes ya han dado pasos, primero en aprobarla, y luego en implementarla, puede dar una guía a ARGENTINA sobre el camino que se puede seguir.

La reducción de la jornada laboral no sólo implica un cambio del tiempo en que se trabaja, puede ser el impulso para mejorar la productividad, el bienestar y la cultura organizacional, debe ser una medida transversal. 

Caso Corona en Colombia: Hacer más en menos tiempo
Los colombianos están transitando también por una reducción de jornada laboral, pasarán de 48 horas, al igual que México, a 42 horas semanales.

Su implementación comenzó en 2023 y finalizará en 2026. Los primeros dos años se redujo una hora cada año, para el julio próximo deberán reducir dos horas más, y el próximo año otras dos.

Alberto Ramírez Pizarro, gerente corporativo de relaciones laborales y calidad de vida de la empresa colombiana Corona, dedicada a la manufactura y comercialización de productos para el hogar, la construcción, la industria, la agricultura y el sector de la energía, dice que encontró en la reducción de jornada uno de sus mayores retos pues considera que en este sector la presencia física es determinante.

Ante el reto que representaba para ellos considerar la contratación de personal adicional para cubrir esta reducción de horas laborales, la empresa apostó por realizar pláticas con los empleados, fomentando un diálogo para lograr que se comprometan a mantener el rendimiento pese a tener menos horas de trabajo.

Para el directivo de Corona, los retos que han enfrentado pasan por el bienestar de los empleados, la productividad y la sostenibilidad del negocio.

Explica que, si bien, buscan cumplir con la ley y, al mismo tiempo con el objetivo de ésta que es el bienestar de los colaboradores.

Considera que el impacto que está teniendo en general en Colombia su implementación tiene que ver con el tipo de capital humano y negocio.

En su caso, advierte, al ser un negocio donde el tiempo tiene un valor específico; es decir, de manufactura o comercio/retail, la reducción de jornada es muy determinante.

"En operaciones continuas, como en las plantas de producción de Corona que tienen hornos de alta temperatura que no se pueden detener, el tiempo de presencia del operario es muy determinante. Reducir la jornada implica automáticamente tener que contratar personas adicionales para cubrir ese tiempo. En el caso de Corona, con 4,500 operarios, estiman necesitar 600 personas adicionales cuando se complete la reducción. Esto inevitablemente aumenta el costo laboral”.

Alberto Ramírez Pizarro explica que han desarrollado nuevos esquemas de trabajo para la operación continua que exige turnos de 8 horas, la compañía ha trabajado en un sistema donde, para promediar las 42 horas semanales, la persona trabaja 11 días y el día 12 toma un descanso pagado. Lo que les está dando aproximadamente 20 días libres al año.

Pero eso no es todo, cuenta que se han abierto espacios de diálogo con la gente para hablar de el tiempo, el descanso y el bienestar, pero también la necesidad de productividad.

"La compañía les ha planteado que, en lugar de contratar más personas (que costarían más), es mejor organizarse para tener el mismo resultado en menos tiempo, asegurando así la fuente de empleo y evitando riesgos como apagar hornos o cerrar plantas”, dice.

¿Cómo han respondido los empleados? El directivo asegura que la mayoría de la gente ha entendido el tema, valora la apertura de la compañía sobre escucharlos y explicarles la situación real.

“En varios casos, los trabajadores han ofrecido sentarse a trabajar en el tema y ser parte de las opciones. Se ha buscado un compromiso en dos sentidos: la empresa da el tiempo, pero el empleado debe aportar en productividad”.

Comenta que de manera particular tienen un reto con la fuerza de ventas, cuyo ingreso depende del tiempo; ellos ven en el tiempo una oportunidad de ingreso y prefieren gestionarlo de forma independiente, pues reducirlo podría traducirse en menores ganancias por comisión.

Alejandro Ramírez Pizarro dice que el sobrecosto en la mano de obra para Corona tendrá un impacto de 14% cuando la ley esté aplicada plenamente en 2026, actualmente es de entre 10 y 11 por ciento.

Además, también les preocupa perder la competitividad, especialmente al compararse globalmente con competidores como China, donde la mano de obra es significativamente más barata.

La compañía ve el bienestar y la productividad como "las dos alas de un avión". Se necesita dar bienestar a la gente, pero no se puede dar bienestar si la otra ala, la productividad, no funciona.

La productividad genera los recursos necesarios para que todos los grupos de interés reciban lo que les corresponde. El éxito radica en lograr el balance necesario y la conciliación para que todos reciban su parte y no haya una "lucha" entre unos y otros.

Caso Chile: Adiós tiempos muertos y fomento de la multifuncionalidad
Cuando Guadalupe Galindo, consultora de RH en Chile, escucha que en México la jornada laboral actual es de 48 horas, dice que le parece mucho.

El proceso en Chile para reducir la jornada laboral comenzó en 2024 cuando tenían que reducir una de las 45 horas que trabajan, este año será otra hora. “Después, para 2026 otra más, hasta llegar a 2028 con 40 horas semanales”, explica.

Expone que el año pasado a ella le tocó vivir el proceso de reducción de la jornada laboral en una empresa transnacional de almacenes, dice que ni ellos ni ninguna otra compañía quería adelantarse o tomar una medida al respecto.

“¿Por qué? Porque el tema de la productividad es muy difícil de medir, y cuando nosotros nos llevamos esa productividad a trabajo manual y trabajo intelectual, ahí también son dos formas diferentes”, explica.

Explica que implementaron un modelo multitasking, es decir, un operador con competencias específicas que le permitía fungir como cajero, atención al cliente, estar en abarrotes.

“Una persona que es operador de tienda por turnos, entonces si alguien llega a faltar o renuncia este modelo permitía no perder la continuidad operacional”, cuenta.

Entonces desde la empresa comenzaron a tener sanciones más duras con los tiempos muertos, pero también vieron la necesidad de medir la productividad desde KPIs.

Reconoce que medir la productividad a través de estos factores es complejo en muchos sentidos, por eso, refiere, la implementación ha sido difícil, sobre todo, las empresas de sectores como consumo masivo y retail.

Agrega que, en Chile, al igual que en México, los empresarios se encuentran en la encrucijada de contratar a más personas, lo que al final, implica subir los costos operacionales.

Para la especialista, en medio de toda esta complejidad, la buena noticia es que hoy existen herramientas como la tecnología, y en especial, la inteligencia artificial, que juegan un papel importante y multifacético en la implementación efectiva de la reducción de jornada laboral, sobre todo al abordar desafíos de la productividad y los costos operativos. 

Asegura que en Latinoamérica se confunde la cantidad de las horas trabajadas con la productividad, efectividad y eficiencia, y para eso la IA puede ser eficaz permitiendo que el trabajo sea mucho más efectivo.

Advierte que también la tecnología puede impactar en la calidad del trabajo; sin embargo, refiere que otro de los retos a los que se enfrentan es la resistencia por parte del personal quienes teman que pueda disminuir las fuentes laborales.

Para las industrias o sectores donde la transición y la inversión en tecnología son más desafiantes, se considera importante que el Estado pueda apoyar a esas empresas para que realicen el proceso de transición de manera efectiva.

Nota:eleconomista.com

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