







Es dificil saber cuál fue el motor del voto, con bajísima participación, de las últimas elecciones a legisladores porteños. Pero partiendo de la teoría de que el voto económico es central en el modo de elegir de los argentinos, vale la pena teorizar sobre qué percepción social hay del modelo de Javier Milei, en el distrito más conservador del país. A priori, mirando los porcentajes que sacaron los dos candidatos más votados por zonas, es válido abrir un debate que antepone una premisa: Manuel Adorni, el candidato de Milei, ganó en los barrios medios altos y altos; mientras que Leandro Santoro obtuvo triunfos en la zona sur y los barrios medios. Y eso tiene conexiones con la situación económica.


Suponiendo que la primera variable que pegó fue el clivaje peronismo- anti peronismo (Adorni le comió al PRO casi todo su electorado en los barrios altos), la segunda claramente es la económica. Aquí es donde parece verse que en los barrios más pudientes, más asociados al beneficio directo del dólar barato y la posibilidad de viajar o comprar autos y bienes durables, Adorni sacó ventaja. Mientras que Santoro ganó en los más pobres, lo que pone en cuestión si esa calma cambiaria está tapando los efectos de una crisis social y económica que parece mantenerse, es decir, si el dólar quieto ayudó a sectores a recuperar poder de compra. Esta teorización va en contra del discurso oficial, que asegura que los sectores más bajos son los más beneficiados por una economía que repunta. Parece ser al revés: lo que hubo en CABA es una reacción no masiva ante una economía en supuesta mejora, pero sí se vio un sector no menor muy beneficiado por la calma cambiaria. Para ser justos, tampoco es que el Gobierno ha tenido un plebiscito económico demoledor en su contra, pero sí el mapa es porcentualmente diferente a lo que obtuvo Milei en el ballotage presidencial del 2023.
Los viajes y el enigma "la plata no alcanza"
En aquella elección, el candidato Sergio Massa ganó sólo en dos barrios, y aquí Santoro triunfó no sólo en la parte sur, los barrios más pobres, sino en parte del centro de la clase media baja. En Soldati Santoro sacó 38,1 contra 23,6 de Adorni; en Lugano fue 35 a 27, en La Boca fue 32,2 contra 25,5; en Mataderos 31,2 a 29,1; en Pompeya salió 32,1 a 27,9 a favor de Santoro; y en Barracas 35,2 a 26,2. Diferencias similares, a favor de Santoro, ocurrieron también en Constitución, Boedo, Almagro y San Telmo. Esos sectores son los que dependen más de la marcha general de la economía que del beneficio cambiario directo. En todos ellos, a Milei le fue peor que en las presidenciales.
A priori, una lectura podría ser que el beneficio de la desinflación no es, per sé, un valor que se perciba socialmente en el bolsillo, es decir, que la gente común pueda comprar o pagar más cosas que antes. La otra es que, en las presidenciales, esos sectores bajos confiaron en Milei para resolver el "la plata no me alcanza" que había dejado Massa. No hubo en ninguno de esos distritos un subidón similar a favor de Milei como sí lo hubo en los barrios más pudientes, que sí sacan provecho del dólar frenado.
Así, Adorni ganó muy bien en Belgrano, Núñez, Saavedra, Colegiales, Palermo, Recoleta, Madero, Caballito y Flores. En estos últimos, hubo más paridad con Santoro porque son más bien medios. Y en cuanto a Retiro, donde ganó Adorni, el candidato libertario no ganó en las villas de la zona.
Diferencias entre especialistas
Dany Schteingart, economista y uno de los especialistas más obsesivos de los números, escribió en su cuenta de X que "el voto de LLA tiene forma de U, con mayor porcentaje de votos en comunas ricas y más pobres. Y menor porcentaje de votos en comunas de clase media". En diálogo con Página I12, puso un matíz a la teoría dólaer versus crisis al decir que "entiendo que el primer clivaje fue peronismo anti peronismo. Lo económico puede ser una segunda lectura". En esa línea, precisó que "si bien la AUH aumentó, el 60 por ciento de los ingresos de los sectores más pobres son laborales, es decir, changas". De este modo, abona la teoría que sólo la suba de la AUH no completa las necesidades de los más pobres.
Asimismo, señaló que "en las comunas del norte, LLA multiplicó los votos por 3, en el sur por 1,5 y un 2,2 promedio", en comparación con la elección de octubre del 2023. "Es cierto que Adorni crece más lento en el sur, y crece más en el norte porque le roba al PRO", destacó. El dato es atendible, pero es dificl medirlo con la participación general raleada, ya que no matchea con la elección del 23, donde la participación fue mucho mayor.
En la otra esquina, Hernán Letcher, del Centro CEPA, exhibió en X la teoría del dólar como ancla de votos. "Los sectores con mayor poder de ahorro votaron masivamente a LLA (33 a 22,1 en las comunas 13, 2, 12, 14, 6)", aseveró, y expresó que, "en cambio, los sectores que gastan todo en comida, ropa, escuela y demás, que no compran un sólo dólar, votaron mayoritariamente a Santoro (31,4 a 28,3 en las comunas 9,7,3, 4 y 8).
Una tercera voz, el economista Nicolás Dvoskin, se la jugó en la línea de que "la regla es clara. Cuando el dólar está barato, a los oficialismos les va bien. Cuando está caro, les va mal". Y apuntó que, en los últimos 16 años, sólo les fue bien tres veces a los oficialismos. La referencia es para los años 2011, 2017 y 2025. En esos períodos el dólar fue, por lejos, el más bajo.







