La construcción del enemigo

Actualidad08 de noviembre de 2024
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Cuando hace algunos años se comenzó a hablar de la posverdad, muchos pensaron que se trataba de una nueva moda para llenar espacios en los medios y para generar sesudos papers en congresos internacionales. Sin embargo, una década después se puede modificar la expresión de la “verdad situada” de la que hablaba Michel Foucault para pensar en “la verdad como juego táctico” en la construcción de poder.

Los amigos del barrio. Si se observan con atención los discursos de los últimos meses de Javier Milei, la mayoría fueron en foros empresariales, mechados con algunas entrevistas con periodistas afines de los canales de cable del LN+ y TN. La excepción fue el acto de Parque Lezama, que más allá de la épica le mostró al grupo que dirige Santiago Caputo que movilizar partidarios siendo oficialismo es un arte complejo. Los colectivos rentados estacionados en las inmediaciones de la plaza donde Pedro de Mendoza hiciera la primera Fundación de Buenos Aires en 1536 resultaron un reconocimiento tardío a los micros infames de las movilizaciones peronistas.

Considerando todas estas situaciones donde Milei debe argumentar sobre la marcha del Gobierno, se siente infinitamente más cómodo en los encuentros empresariales. Es probable que haya muchas razones para esto, la primera es que el Presidente tiene un mayor entrenamiento para hablar en este tipo de espacio, pero la mayor consideración es que hoy los empresarios son el mayor soporte que tiene. Si se observan con detenimiento las encuestas confeccionadas con precisión metodológica el segmento ABC1 se configura como el que mejor valora las políticas del Gobierno. El sector ABC1 reúne a empresarios, gerentes, grandes comerciantes y profesionales con personal a cargo. Esto no implica que el Gobierno no tenga pregnancia en otros sectores sociales, pero hoy se afinca allí su mayor popularidad.  

Para argumentar la marcha del Gobierno, Milei se siente más cómodo ante empresarios

Los cantores de radio. Hay diversas razones por las cuales los empresarios se sienten tan representados por Milei. Nadie, desde Álvaro Alsogaray, habló con tanta precisión el mismo idioma que los (grandes) empresarios argentinos. La simbiosis ideológica es total. Otra razón es pragmática, el esquema económico-financiero que propone Luis Caputo está generando rentas extraordinarias en las grandes fortunas. Quienes venden en el mercado interno tuvieron un crecimiento extraordinario de ganancias que compensan con creces la baja de ventas. Además, como es obvio que también participan del carry trade, que les permite obtener ganancias financieras impensadas para cualquier inversión en “fierros”. Esto en algún momento se convertirá en un problema, ya que como se sabe la aversión al riesgo es alta en la mayoría de los empresarios argentinos, que históricamente solo se aventuraron apalancados por el Estado. La tercera razón que llevó a los empresarios a enamorarse de Milei es que la gran mayoría es antiperonista y antikirchnerista, esta cuestión es aún más profunda entre los sectores agropecuarios.

Esta audiencia tan particular que configura los encuentros empresariales le permite al Presidente dar forma a su narrativa, reiterar sus grandes éxitos y “probar material nuevo”, como dicen los standaperos, con la certeza de que no va a ser retrucado. Milei lo tiene muy claro esto, esta semana en Fundación Mediterránea arrancó diciendo: “Hola a todos. Me imagino que en pocos lugares juego tan de local como acá”. También en este foro planteó que Raúl Alfonsín participó junto a Eduardo Duhalde de un golpe de Estado a Fernando de la Rúa, y que los salarios privados suben como nunca. No contento con el caudal de aplausos obtenidos, Milei les espetó a las grandes fortunas argentinas que “la inflación está donde está y si ustedes no quieren reconocer la teoría económica que estamos usando, se la podemos adjudicar a las fuerzas del cielo”. Quizás los empresarios no estén tan al tanto de las teorías económicas como sí están atentos al momento que se debe salir del carry trade.

Los que están en los diarios. El voto de La Libertad Avanza en 2023 tuvo tres componentes motivacionales fundamentales y que constituyeron tres espacios típicos:

- El espacio central que se podría definir como genuinamente libertario (25% del electorado) viene acompañando a Milei desde 2021 y, sin tener una idea de los planteos teóricos de la escuela austríaca, adhirió a las narrativas antiestatales, soñó con utilizar el dólar como moneda corriente, pero también abraza una mirada conservadora de la vida. Se trata masivamente de hombres jóvenes diseminados por todo el territorio nacional. Este espacio se sintió asediado por el avance del feminismo y las disidencias sexuales. Sin dudas festejaron la disolución del Ministerio de la Mujer y del Inadi.

Los empresarios se enamoran del Presidente porque en su mayoría son antiperonistas

- El segundo espacio electoral es el votante tradicional conservador (20%) que votó radicalismo en algún tiempo, Cambiemos y Juntos por el Cambio después, y obviamente en las PASO y generales votaron por Horacio Rodríguez Larreta y/o Patricia Bullrich. Este espacio (que tiene heterogeneidades) es la columna vertical del frente anti-K.

- Un tercer espacio electoral es el harto del estado de las cosas, de la inflación, decepcionado tanto del peronismo como del macrismo: es el famoso “voto bronca” (10%). Motivos no le faltaron: la cuarentena, la alta inflación, las promesas que quedaron en el bidet, la interna eterna y los problemas que se fueron acumulando. Aquí la antipolítica y el renovado “que se vayan todos” prefirió votar al candidato nuevo, donde la falta de una carrera política era una virtud muy ponderada.

Oh, mi amor, desaparece el mundo. Mirando 2025 y 2027, La Libertad Avanza sabe que puede contar con el espacio 1, y la tarea de Karina Milei es consolidar este voto con una herramienta clara en todo el país. Macri y Bullrich tratan de apropiarse del espacio 2, para negociar en los mejores términos posibles con “el Jefe”. No se puede dejar de considerar que muchos otros dirigentes (caso Monzó, Pichetto y Larreta) creen que pueden capturar a este electorado. Sin embargo, el problema es el espacio 3 que define elecciones y da signos de seguir con su hartazgo ontológico.

Por Carlos de Angelis * Sociólogo. / Perfil

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