Los secretos de los argentinos para saber comprar y llegar a fin de mes





Un estudio privado analizó el comportamiento de los argentinos en el tercer trimestre del año y detectó que todavía, el 48% debió utilizar ahorros para pagar los gastos cotidianos y considera que la capacidad de consumo de su hogar está mucho peor que un año atrás. Cómo se las rebusca el argentino para poder llegar a fin de mes.
Según el estudio Social Mood de la consultora Moiguer, el 76% de los argentinos llega a fin de mes estresado por tener que estar calculando y corriendo detrás de las promociones, cuotas y reintegros.
El estudio relevó los principales tips que usan los argentinos para poder hacer sus compras. El 72% utiliza distintos medios de pago para aprovechar al máximo las promociones y descuentos. Lo que significa que además de las tradicionales tarjetas de débito y crédito, suma billeteras virtuales o distintos medios de pagos para hacer rendir más su dinero.
Cuando les preguntaron cómo habían comprado esta última semana respondieron: el 47% compró marcas más económicas; el 44% usó promociones de los supermercados; el 42% utilizó promociones de medios de pago y billeteras; el 36% compró en varios lugares diferentes según el precio de cada producto; el 35% usó beneficios de los bancos y el 34% compró marcas propias de supermercados. El 33% compró en supermercados de descuentos y el 26% se fue hasta un mayorista para poder comprar a buen precio.
Como en informes anteriores, el asado es una de las compras que más se redujo, seguido por snacks, papas fritas, postres y helados, entre otros. El 83% de los hogares redujo la compra de algún producto que antes era habitual.
Entre los principales cambios de consumo: en el último trimestre se incrementó la venta de productos sueltos, el pollo le ganó a la carne, los aceites más económicos, frutas y verduras de estación, arroz, pastas secas, agua de la canilla y polenta.
El estudio Social Mood que monitorea los consumos todo el año registró que bajó de 51% a 48% la cantidad de personas que debió usar ahorros para pagar gastos diarios. Si bien algunos se esperanzan con una recuperación, siguen siendo casi la mitad de los argentinos los que siguen quemando ahorros.
El 24% de los encuestados mejoró su capacidad de compra vs un año atrás, se ve una mejora, ya que en el primer semestre fue un 16% y en el segundo un 20%. Cuando se mira con lupa a la clase más acomodada, 11% mejoró su consumo; mientras que si se observa a la clase media el buen vivir cae a 8% y si es la clase baja se derrumba al 7% contra el primer trimestre.
Cuando el estudio pide a los argentinos que evalúen tres aspectos: situación país + situación personal + capacidad de consumo, los datos son contundentes. El 54% es pesimista: apenas un 15% siente satisfacción; el 20 siente malestar y sólo el 11% optimismo.
La situación es compleja, casi 6 de cada 10 personas viven por debajo de la línea de pobreza. Los datos del estudio Social Mood, revelan que la transformación de la estructura económica y social también tienen impacto en las dinámicas y expectativas de los consumidores en este contexto desafiante. Ante este panorama, las marcas deben adaptarse a las necesidades de las clases bajas superiores D1 e inferiores D2.
Cómo es el día a día de los niveles socioeconómicos más bajos: las decisiones son colectivas, la familia se amplía más allá del núcleo tradicional. No solo decide el jefe de hogar como se solía pensar en el ideal de la clase media; también participan la abuela, los compañeros de trabajo, vecinos, amigos y otros miembros de la comunidad, que son red de contención.
La dinámica diaria muestra que en general, se generan ingresos de forma diaria o semanal, explicaron desde Moiguer. “Se vive el día a día”, inclusive a la hora de comer. Lograr la comida diaria constituye una inmensa satisfacción o una dolorosa frustración. Esta dinámica imposibilita la planificación lineal y mensual, típica de la clase media. Cada comida y decisión financiera se toma pensando en la estabilidad colectiva.
Sectores como los cartoneros empezaron a encontrar menos cartón, por la menor actividad. Algunos decidieron sumar la búsqueda de hierro, latas y cobre para ganar más.
Los proyectos se viven en micropasos algunos pueden ser de avance y otros de retroceso. La rutina diaria depende de lo que se consigue, no hay ahorros, ya no queda nada. No siempre se realizan las cuatro comidas y no todas tienen los mismos integrantes. Algunos recurren a comedores, ya no comen todos alrededor de mesa, a diferencia de la clase media.
Para abastecerse, la prioridad es la cercanía, por la falta de tiempo, la búsqueda de buenos precios y la posibilidad de fiado. El mix de primeras y segundas marcas es la clave para optimizar el gasto.
Si bien algunos ven una luz, no parece ser para todos.
BaeNegocios