Aún sin impacto en reservas y producción, se desploma el riesgo país
Aunque todavía no tuvo impacto en la economía real y en el acceso a más dólares, este lunes los mercados protagonizaron otra jornada de euforia. Continuó reduciéndose la brecha cambiaria y el riesgo país cayó un 5,5% hasta los 914 puntos. Analistas destacan que todavía está lejos de una tasa que permita acceder a nuevo endeudamiento, tal lo que pretende conseguir el ministro de Economía, Luis Caputo, en algún momento de la primera mitad del 2025. También advierten que la euforia no debe ocultar que el atraso cambiario es una amenaza y que todavía no hay un traspaso de lo financiero a la economía real.
El ministro de Economía, Luis Caputo, celebró las buenas nuevas del mercado con un posteo en Twitter: “A pesar de enfrentar un contexto internacional desfavorable el último mes, este cuadro resume la importancia del orden macroeconómico”. Luego, el cuadro mostraba que, entre el 9 de septiembre y este lunes 28 de octubre, mientras la tasa de EE.UU. subió del 3,65% a los 4,29%, el riesgo país pasó de los 1.422 puntos a los 949 puntos (luego siguió bajando hasta los 914 puntos). Eso, entre otros indicadores de la volatilidad global y la primaverita local.
El riesgo país es el indicador que mide el diferencial entre la tasa que necesita pagar el país por sobre el tipo de interés de riesgo cero, que es un bono de la FED a 10 años. Con esa tasa de EE.UU., hoy en 4,28%, la baja del riesgo país de este lunes, que llevó al indicador desde los 967 puntos con los que cerró el viernes pasado a los 914 puntos, Argentina debería pagar algo así como 13,4% de interés para acceder a divisas por la vía del endeudamiento (4,29% de la tasa de la FED más 9,14% del diferencial que marca el riesgo país). Es decir, la mejora que facilitó el optimismo del mercado todavía no tuvo correlato en una chance de apuntalar las reservas.
El analista financiero Gustavo Ber adelantó lo que deberá pasar para que el Gobierno logre capitalizar en forma de dólares la euforia de los mercados financieros: “Creo el riesgo país debería ubicarse por debajo de los 600 puntos básicos, o sea una tasa menor al 10%, y eso, de continuar el actual contexto económico-financiero, podría llegar a alcanzarse hacia fines del primer trimestre. De todas manera, estimo que, de darse dicha condiciones y en busca de consolidar el ordenamiento macro, recién podría llegar a decidirse regresar al mercado de deuda internacional a partir de mitad de año, posiblemente para cubrir el vencimiento de julio”.
Coincidió el economista de ACM, Francisco Ritorto: “El dato es alentador, no se veía este valor desde el 2019. Ahora, si comparamos rápidamente con la región, todavía falta un camino por recorrer. Por ejemplo, México y Colombia se ubican en torno a los 300 puntos y Brasil y Perú entre 150 y 200. Alcanzar estos niveles parece impensable en la situación actual, pero el superavit fiscal y el apoyo recientemente declarado por los organismos internacionales aportan positivamente a este rally”.
Y agregó: “Un riesgo país entre los 500-600 puntos se traduciría en una tasa entre 8 y 10% lo cual podría servir para reingresar a los mercados internacionales. Igualmente, parece que se buscaría esto recién en julio del año que viene, para esto falta y resta ver que esfuerzos hara el gobierno para empujar la baja”.
Para el director del CESO, Andrés Asiain, el Gobierno intentará acceder lo antes posible al endeudamiento: “Yo creo que con 600-700 puntos van a querer colocar. Son tasas muy altas pero de un dígito, que es lo que esperan para empezar a colocar”.
La semana pasada, en su viaje a Washington, Caputo adelantó en una entrevista con el Financial Times, que por cierto fue clave para la pronunciada mejora de los indicadores financieros de los últimos días, que el plan oficial apunta a garantizar los pagos de deuda del año que viene. Mientras que los de enero estarían garantizados por la parte de las reservas que el Gobierno envió a una cuenta en Nueva York más un REPO que ya estaría cerrado con bancos internacionales, los de julio dependerán, por ahora, de la chance de que la tasa de interés permita acceder a los mercados. Falta para lograr eso y el atraso cambiario es la principal amenaza, por cierto.
Un informe de PxQ indagó en el supuesto oficialista de que “esta vez es distinto” el atraso cambiario y concluyó: “La apreciación cambiaria complica la dinámica de las exportaciones y el endeudamiento externo no parece ser una alternativa en el corto plazo, dadas las actuales condiciones de mercado. Por esa razón, esta vez es distinto, pero porque esta vez es sin dólares. El fenómeno de Argentina cara en dólares no tiene lugar producto de una reversión de los flujos de capitales, sino más bien por la combinación de control de cambios, devaluación inicial y ajuste fiscal. La situación actual no es sostenible en el tiempo”.
Desde LCG destacaron que la euforia en el mercado financiero aún no se tradujo en mejoras palpables para la economía real: "Siempre que los mercados financieros se mueven con confianza se suele respirar optimismo, que suele extrapolarse rápidamente a otros ejes, como el de la economía real o la dinámica política. Pero en realidad no siempre esa extrapolación es correcta. El canal de contagio más habitual es que el optimismo en las finanzas se traduce en menores tasas de interés (con sus primas de riesgo), que a su vez facilitan el
financiamiento del consumo y la inversión".
Y agregaron: " Mercados tranquilos pueden hacer mejorar la imagen del gobierno y la confianza de la sociedad al proceso en ciernes. Sin embargo, a veces finanzas y economía real se mueven por carriles separados. El EMAE de agosto, si bien fue positivo, mostró un aumento de sólo 0,2% (si bien la corrección de julio hacia arriba fue importante), corroborando una recuperación más bien tímida. Veremos si este cruce del EMBI por debajo de los 1000 pueden gatillar una recuperación más vigorosa en adelante. Por lo pronto, pareciera que quienes 'no la ven' ahora son los consumidores o lo inversores en la economía real".
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