El escalofriante prontuario del asesino del Zodíaco, uno de los criminales más misteriosos de la historia de Estados Unidos

Historia23 de octubre de 2024
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En la tranquila zona norte de California, entre 1968 y 1969, un asesino en serie desató una ola de terror que dejó una marca imborrable en la historia criminal de Estados Unidos. Con una precisión meticulosa y una mente retorcida, el “asesino del Zodíaco” acabó con la vida de al menos cinco personas, burlándose de las autoridades y sembrando el miedo con sus enigmáticas cartas y criptogramas. Más de medio siglo después, su identidad sigue siendo un enigma, y los detalles de sus crímenes aún estremecen tanto a investigadores como al público.

A diferencia de otros asesinos en serie, el Zodíaco no solo se limitó a matar, sino que convirtió su siniestra campaña en un macabro juego del gato y el ratón con las autoridades y la prensa. A través de cartas crípticas enviadas a los periódicos locales, detallaba los asesinatos cometidos y desafiaba a la policía a descifrar los mensajes ocultos en sus criptogramas.

“Me gusta matar gente porque es muy divertido”, decía uno de sus primeros mensajes, añadiendo que los seres humanos eran “el animal más peligroso” de todos. Este perfil perturbador ha sido objeto de películas, documentales y libros, pero nunca fue capturado.

El rastro de sangre que dejó, acompañado de los misterios que sembró, convirtió al Zodíaco en una leyenda macabra. A lo largo de las décadas, numerosos sospechosos fueron investigados, pero ninguno ha sido identificado oficialmente como el asesino. Entre las teorías más recientes, destaca la implicación de Gary Francis Poste, un veterano de la Fuerza Aérea, cuya posible conexión con los crímenes fue señalada por el grupo de investigadores civiles The Case Breakers en 2021. Sin embargo, a pesar de estas nuevas pistas, las preguntas sobre la identidad del asesino y su motivo permanecen sin respuesta.

La noche del 20 de diciembre de 1968 marcó el inicio de la escalofriante saga del Zodíaco. Betty Lou Jensen, de 16 años, y su novio David Faraday, de 17, fueron brutalmente asesinados mientras pasaban una velada tranquila en el conocido “carril de los amantes” en Lake Herman Road, cerca de Benicia, California. Según los informes policiales, un vehículo se acercó al coche de la pareja y disparó varios tiros. David fue abatido de un disparo en la cabeza cuando intentaba salir del coche, mientras que Betty Lou fue alcanzada cinco veces en la espalda mientras intentaba huir. No hubo pistas claras sobre el asesino.

El doble homicidio desconcertó a la policía local, pero fue solo el comienzo. Seis meses más tarde, el 4 de julio de 1969, el Zodíaco volvió a atacar en el Blue Rock Springs Park, a escasos kilómetros del primer escenario del crimen. La joven mesera Darlene Ferrin, de 22 años, y su acompañante Michael Mageau, de 19, fueron tiroteados mientras se encontraban en el coche de ella.

Aunque Ferrin murió a consecuencia de las heridas, Mageau logró sobrevivir y proporcionó una descripción clave: un hombre blanco, rechoncho, de cabello castaño claro, que rondaba los 30 años. Ese testimonio se convertiría en un pilar clave de la investigación, aunque nunca fue suficiente para identificar al asesino.

El asesino se revela, pero los ataques continúan
El verdadero impacto de los crímenes no se produjo solo en los escenarios de los homicidios, sino en las cartas que el asesino del Zodíaco comenzó a enviar a los principales periódicos de la región a partir de agosto de 1969. En estas misivas, el Zodíaco no solo se adjudicaba los asesinatos, sino que también incluía criptogramas de hasta 408 caracteres, desafiando a la policía y al público a descifrar su contenido. En su primera carta al San Francisco Chronicle, se autodenominó “Zodíaco”, un apodo que desde entonces ha quedado marcado en la historia del crimen.

El contenido de estos mensajes era tan perturbador como los asesinatos. En uno de ellos, el Zodíaco escribió: “Matar me da la experiencia más emocionante, es incluso mejor que tener un orgasmo”. A medida que más cartas llegaban a los medios, el pánico se extendía por toda el área de la Bahía de San Francisco. La policía, desbordada por la falta de pistas concretas, se enfrentaba a un asesino que no solo se deleitaba en el acto de matar, sino en el caos que generaba a su alrededor.

El 27 de septiembre de 1969, el Zodíaco volvió a actuar, esta vez en Lake Berryessa, donde atacó a los jóvenes Bryan Hartnell y Cecelia Shepard. Ambos fueron atados y apuñalados repetidamente; Shepard moriría más tarde a causa de sus heridas, mientras que Hartnell sobrevivió para contar lo sucedido. En este ataque, el Zodíaco cambió de modus operandi, utilizando un cuchillo en lugar de una pistola. Además, llevaba una capucha negra con un símbolo de círculo y cruz en el pecho, un atuendo que reforzó su imagen de criminal calculador y macabro.

El último asesinato confirmado del Zodíaco ocurrió el 11 de octubre de 1969, cuando el taxista Paul Stine fue asesinado a tiros en el vecindario de Presidio Heights, en San Francisco. Lo más inquietante fue que el asesino arrancó un trozo de la camisa ensangrentada de Stine y lo envió al San Francisco Chronicle como prueba de su crimen.

Sospechosos y teorías: ¿quién fue el Zodíaco?
A lo largo de los años, las autoridades han barajado varios sospechosos, siendo el más conocido Arthur Leigh Allen, un hombre con antecedentes penales y conexiones cercanas a los lugares de los crímenes. Sin embargo, nunca se encontró evidencia concluyente que lo vinculara directamente con los asesinatos.

Recientemente, en 2021, el grupo The Case Breakers apuntó a Gary Francis Poste, un veterano de la Fuerza Aérea, como el verdadero asesino del Zodíaco. Según este grupo, ciertas cicatrices en la frente de Poste coincidían con el retrato robot del asesino y otras pruebas forenses, como huellas de botas y muestras de ADN, lo conectaban con los crímenes. No obstante, las autoridades aún no han confirmado esta teoría, y el caso sigue sin resolverse.

A pesar de las innumerables teorías y la atención mediática que ha suscitado el caso a lo largo de los años, la verdadera identidad del asesino del Zodíaco sigue siendo un misterio. Su capacidad para evadir a la policía, combinada con su retorcida habilidad para jugar con la mente de los investigadores y el público, lo convierte en una figura tan fascinante como aterradora.

Nota:infobae.com

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