Los alimentos, indiferentes al pedido de Caputo
Una semana después de que el ministro de Economía, Luis Caputo, pidiera a las empresas de canasta básica mostrar en la góndola una baja de precios en respuesta a la reducción de 10 puntos del Impuesto País, los indicadores no se están moviendo.
Según confirmaron a Página I12 fuentes del mercado, hay empresas grandes que pasaron listas con aumentos fuertes, sólo una cervecera entregó a la baja un producto de su gama como gesto al Gobierno; mientras que el resto de los valores de los productos esenciales están fijos, como el caso del aceite, que aún sin modificar sus precios desde diciembre, está reportando una caída de ventas de 1 por ciento mensual. Además, en el caso de las bajas o congelamiento de precios, en la industria coinciden en que "ninguno responde a la baja de Impuesto País, sino más bien a que no se está vendiendo nada y hay que liquidar stocks". De acuerdo a lo que dijeron los que manejan números del sector, las ventas se desplomarán en agosto algo más que en julio. Se espera una caída en ventas en supermercados de entre 18 y 20 por ciento.
Lo que cuentan en las cámaras empresarias es que Arcor, la empresa de los Pagani, pasó una lista de precios nuevas, en las últimas horas, co una suba promedio de 11 por ciento, con picos de 15 en mermeladas y 9 por ciento en galletitas. Asimismo, la multinacional de golosinas Mondelez (Ex Kraft), subió 8 por ciento sus precios este mes, cuando ya había aumentado 4 por ciento en agosto. Vale aclarar, de todos modos, que el caso de Arcor es diferente al de esta última porque no había subido sus precios desde marzo de este año, considerando la importante caída de ventas que se iba a dar.
"Hoy comienza la baja del Impuesto PAIS. Los sectores beneficiados se han comprometido a bajar precios. Es importante para la sociedad que cumplan. La desconfianza de la gente no es solo con los que gobernamos, sino también con el empresariado que saca provecho extra de estas medidas", dijo días atras Caputo, pero la ecuación no está siendo tan lineal como entendió el ministro que sería.
Poco movimiento
En la otra esquina, casi con exclusividad en el rubro Bebidas, la cervecera Quilmes le llevó a Caputo la idea de aplicar una baja de 5 por ciento en su producto estrella, la Cristal. Es el mismo producto que históricamente la fábrica solía poner en los programas de Precios Cuidados o Justos. El rubro Bebidas, con y sin Alcohol, es el más golpeado en esta crisis del consumo: viene perdiendo ventas entre 20 y 30 puntos desde principios de año, y necesita liquidar producto.
Algo parecido había hecho Newsan, el actual dueño del negocio de P&G en Argentina, cuando ni bien tomó la gestión comercial de esas marcas, produjo una baja automática de 40 por ciento en una parte de su cartera, con la intención de recuperar ventas alicaídas.
"Hay un esfuerzo por no trasladar a precios, porque no hay consumo, pero la cosa se está poniendo dificil", contó a este diario un fabricante nacional de alimentos. Es que, según el sector, están pegando fuerte los costos más caros, entre ellos combustibles, tarifas y tasas municipales. Hasta ahora, la ecuación le viene dando al Gobierno, pero no a las empresas: en el último IPC de 4 por ciento, Alimentos aumentó de precio un 3,2. El problema allí, de acuerdo admiten las firmas, es que "vendes al 3,2 y los gastos se incrementan al 4 por ciento. Además, vendes poco".
"No hay tracción, no se mueve el precio porque no vendemos", dijo una multinacional aceitera a este diario. Aseguran que tampoco tiene mucho sentido bajar más, porque una botella de producto de primera marca se consigue en 2500 pesos, mismo valor que en diciembre. Así y todo, la demanda no reacciona: según datos del sector, el consumo de aceite viene cayendo un 1 por ciento por mes; mostrando una contracción de 10 puntos en lo que va del año.
Hasta el momento, luego del pedido de bajar precios en relación al Impuesto País, el Gobierno sólo consiguió una promesa de rebaja de entre 1,5 y 5 puntos en el precios de los autos (Toyota, Volskwagen), muy impactados por los importados. La mayoría, de hecho, también confesaron en privado que fue un gesto al gobierno, dificil de sostener. Pero al Ejecutivo le preocupa que la baja no se vea en alimentos, porque Caputo tiene puesta allí una apuesta de riesgo: que no se desmadre el precio que más condiciona al IPC del INDEC. Por ahora, las alzas no son generalizadas, pero las empresas advierten que la disparada de costos y el atraso cambiario están presionando fuerte.
Por Leandro Renou / P12