La mano de Lousteau, un mensaje para la interna y la guerra con el PRO

Actualidad - Nacional 19 de abril de 2024
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La mano alzada de Martín Lousteau no fue un error, sino una intención. El senador radical acompañó, como la mayoría, el incremento de las dietas de los legisladores nacionales en lo que fue un acuerdo parlamentario con gran parte de los bloques que integran la Cámara Alta. Un mensaje teledirigido al sector más propenso a acompañar al Gobierno nacional que se prepara para enfrentar una semana conflictiva.

El proyecto de resolución que incrementó las dietas de los senadores llevó la firma de legisladores de los bloques de La Libertad Avanza, de la UCR, Comunidad Neuquén, Unidad Federal, Cambio Federal, Frente Renovador de la Concordia y UP. La votación a mano alzada fue resuelta por todos los espacios y, se recriminó cerca del jefe radical, los que querían rechazar la solicitud tendrían que haberlo hecho a viva voz. Al no plantearlo, comulgaron.

El mensaje de Victoria Villarruel, incluso, fue bien recibido por haber puesto blanco sobre negro sobre un acuerdo parlamentario entre los distintos sectores. Plantear lo contrario sería “cínico”. Dos radicales halcones, ligados a Alfredo Cornejo, ya presentaron, sin embargo, un pedido formal para no cobrar el incremento.

La batalla centenaria de Lousteau es con Cornejo. Puede tener diferencias con otros dirigentes más cercanos al mileísmo o el macrismo, pero el enfrentamiento es con el mendocino. Rodolfo Suárez, ex gobernador de esa provincia, y Mariana Juri, senadora por ese distrito, fueron los que intentaron declinar de la actualización de la dieta. Como contó Martín Epstein, en dólares, los legisladores apenas se garantizaron mantener el poder adquisitivo que tenían previo a la devaluación de Milei.

En Mendoza, la situación de Cornejo es compleja a futuro. Si el presidente quisiera, podría acorralarlo en la competencia electoral con dos dirigentes que ya le pelearon la provincia y hoy forman parte de las filas libertarias. Se trata de Omar de Marchi, enlace parlamentario, y Luis Petri, ministro de Defensa. Por eso, en la conducción de la UCR se interpreta que tiene que ser más mileísta que Milei, para cuidar lo suyo.

La interna entre halcones y palomas radicales también se traslada a Diputados. Rodrigo de Loredo, jefe del bloque en la Cámara Baja, aclaró los cinco objetivos de su espacio. “La mayoría de los diputados y un conjunto mayoritario de senadores" tiene cinco objetivos "muy claros", sostuvo en una entrevista con LN+, dejando en claro que hay divisiones hacia dentro.

El diputado ya adelantó que su sector buscará "que esta ley Bases mejorada, sin excentricidades, que el gobierno aprendió, sea aprobada”. Pero también reveló que, respecto “al DNU, nosotros no vamos a ser los que vamos a salir corriendo a rechazar. Hay una bicameral que lo está analizando”. En esa comisión, Unión por la Patria no tiene intenciones de poner a discutir el decreto 70/2023 porque la mitad del grupo – senadores – ya eligió su rechazo.

Por otra parte, De Loredo volvió a poner el foco en impulsar la reforma laboral que el miércoles a la noche tuvo un impulso presidencial en redes sociales; la necesidad de mejorar los ingresos de ellos jubilados y que la educación sea una prioridad para la gestión al incluirla en el Pacto de Mayo.

El resto de la llamada oposición dialoguista

Desde Hacemos Coalición Federal, Paula Oliveto reveló que “hay una mesa de trabajo que integramos con el radicalismo y el PRO para hacerle propuestas de modificación al texto del gobierno”, por lo que la coordinación entre los espacios existe. Todavía, según contó, quedan revisar algunos ítem como el rol de las criptomonedas en el blanqueo, fideicomisos, observaciones sobre alguna delegación de facultades, la actualización del mínimo no imponible de Ganancias, entre otros.

El PRO, de hecho, sacó un comunicado para anticipar su apoyo a ambos paquetes de leyes del Gobierno – Bases y Fiscal –, pero pidió que los ítem no incluidos sean debatidos más pronto que tarde. Entre ellos están los fondos fiduciarios, la reforma laboral, el tabaco y algunas privatizaciones que tuvieron que negociarse.

El bullrichismo celebró ese posicionamiento amarillo en medio de una pelea interna para ver qué nivel de relación mantendrán con el gobierno. El que no estuvo conforme fue Pablo Avelluto que, en X (Twitter): “Un partido político irrelevante entre las ruinas de lo que fue y de lo que pudo haber sido”, describió a los amarillos.

La defraudación se origina en la falta de argumentos sólidos para bancar una posición semejante, sin matices. El PRO tiene al sector de Mauricio Macri, que quiere una relación con Milei pero no carnal; el de Patricia Bullrich, que apunta a la fusión rápida; y el de Horacio Rodríguez Larreta que no quiere tener nada que ver. Esas diferencias no se evidenciaron hasta ahora. Desde una postura crítica, se leyó que ya no se habla de lo que el PRO supo representar y que las acciones obedecen más a la desesperación por ser parte de algo, sin nada a cambio.

A las diferencias internas a cada partido político se le suman las confrontaciones visibles. Esta semana, la UCR convocó institucionalmente a marchar en defensa de las universidades y también se plegaron dirigentes de otros sectores, puntualmente de Hacemos Coalición Federal. Entre algunos nombres que movilizarán están el de Margarita Stolbizer, Maximiliano Ferraro y Hernán Reyes.

La Coalición Cívica no movilizará, en principio, como espacio político sino a título personal. Se espera que sean varios los que se sumen a la marcha. Elisa Carrió no sería de la partida porque, pese a apoyar a la educación pública, no lo hace con Emiliano Yacobitti. La fundadora del partido se formó en la Universidad Nacional del Nordeste, hizo un Posgrado en Derecho Público en la Universidad Nacional del Litoral. Además, fue profesora titular en distintas cátedras y directora adjunta.

Por Carla Pelliza / El Destape

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