Llegaron desde Suiza, manejaron la empresa familiar durante 95 años y se la vendieron a una multi

Historia 15 de mayo de 2023
64624e1160c89

Sucesores de Alfredo Williner es una de las empresas lácteas más importantes de la Argentina. Recibe un promedio de 1,5 millones de litros diarios, los cuales transforma en 234 millones de kilos de productos por año. Su mascaron de proa es Ilolay, que está en el top 10 de las marcas más queridas por los argentinos. La historia de la compañía comenzó hace más de 140 años con la llegada de un inmigrante suizo al país.

José María Williner nació en Grächen, dentro del cantón suizo de Valais. Su padre se dedicaba a fabricar y reparar paraguas, pero la economía del país no prosperaba. Entonces Williner decidió ir en búsqueda de nuevas oportunidades en América y llegó a la Argentina en 1877 con 22 años recién cumplidos.

Primero se dedicó al negocio ganadero tras comprar tierras en Colonia Bella Italia, en Santa Fe. Después instaló un tambo y llegó a tener 14 en total. A la producción lechera le sumó algunas cremerías para ofrecer productos procesados. Su primogénito, Alfredo, instaló su propia cremería en Bella Italia en 1928. Esta sería la piedra angular de lo que luego se transformaría en Sucesores de Alfredo Williner SA.

La historia detrás de Ilolay
Poco después Alfredo Williner pasó de a operar cuatro cremerías donde industrializaba la leche que producía su familia. Seis años después inauguró una pequeña fábrica de manteca en Rafaela. Este producto lo vendía en los comercios de la zona bajo la marca Wilco. En 1939 incorporó la producción de dulce de leche, que se convertiría en clave dentro de la estructura de la compañía.

La gran expansión de la empresa se dio en los 50 cuando inauguraron su fábrica central en Rafaela. Pasaron de una elaboración más parecida a la artesanal a un proceso tecnificado. En esos años también presentan su marca insignia, Ilolay.

Según detallan desde la compañía, este nombre surgió de un relato popular argentino que varía su nombre de acuerdo a su procedencia. En Jujuy se lo conoce como "La flor del Ilolay". Cuenta la historia de tres hijos de un rey ciego que van en busca de la flor del Ilolay, la cual era difícil de encontrar, pero que tenía las propiedades necesarias para curar a su padre. Uno de ellos tiene éxito, pero sus hermanos deciden arruinar su triunfo.

El brazo agroganadero
A mediados de los 60 instalan una planta para fabricar leche en polvo y, paulatinamente, suman nuevos productos a su portfolio, desde quesos hasta yogur y leche pasteurizada. Actualmente la compañía canaliza el grueso de su producción en su nave central en Bella Italia, mientras que las fábricas de Arrufó y El Trébol brindan soporte para la elaboración de quesos.

Alfredo murió a los 55 años, en 1941, y su hijo, Armando Williner, se hizo cargo de la empresa con solo 21 años. Él fue uno de los encargados de darle escala nacional a Ilolay. A su vez, potenció Las Taperitas, la empresa agroganadera que funciona como proveedora de leche del negocio principal. Ahí también se dedican a producción porcina, bovina y forestal. Incluso, a través de este brazo, invirtieron en un proyecto de ganadería extensiva en Neuquén en 2016.

Tras la reestructuración de su deuda en 2021, la empresa se enfocó en incorporar más productos premium y de alto valor agregado para mejorar su margen de rentabilidad. En abril pasado, la familia Williner anunció la venta del 100% del paquete accionario a la francesa Savencia, dueña de Milkaut y Santa Rosa.

Actualmente Ilolay es la tercera procesadora láctea del país detrás de la canadiense Saputo y la nacional Mastellone Hnos. En tanto, Savencia está 11° con 660.000 litros recibidos por día, según el Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA). La fusión de ambas le permitirá superar los 2 millones de litros diarios y afincarse en ese tercer puesto. 

Nota:apertura.com

Te puede interesar