Dejar de consultar la opinión del talento, no contar con ellos en los nuevos proyectos que surgen y restringir el acceso de la información, son algunas de las señales que lamentablemente se observan cuando van a echar a una persona en su trabajo. Los datos se desprenden de la última encuesta de Bumeran realizada entre especialistas en Recursos humanos de varios países de América Latina para identificar cuáles son las señales más frecuentes cuando están por despedir a un empleado. 

Una vez que los profesionales argentinos tienen la decisión tomada, el 52% de ellos restringe el acceso a la información de la persona que va a despedir. Sin embargo, si se trata de los avisos institucionales e importantes, el 85% afirma que le sigue enviando esa información a la persona que va a dejar la empresa y solo un 15% decide no hacerlo. 

El 65% de los profesionales locales de RRHH deja de invitar al talento a las conferencias, congresos y viajes laborales frente a esta situación, mientras que el 35% continúa sumando al empleado más allá de tener la decisión tomada.  Además, el 82% también deja de sumar al talento en los nuevos proyectos. Sin embargo, si se trata de reuniones en las que la persona solía participar, el 65% de los encuestados de Argentina la sigue sumando, pero el 35% deja de invitarla. 

En el resto de los países de la región la situación cambia: solo los argentinos y los chilenos continúan sumando mayoritariamente al talento a los encuentros en los que solía estar, los ecuatorianos y los peruanos hacen superiormente lo contrario y, los panameños, responden a ambas opciones por igual. 

En Argentina, el 59% deja de consultar la opinión de la persona sobre decisiones importantes de su área. En los países de la región la respuesta es similar: el 71% en Ecuador, en Perú el 61%, en Panamá el 60% y en Chile el 45%. Sin embargo, el 70% responde que tiene en cuenta los comentarios de la persona si se trata de aportes que están por fuera de las decisiones importantes de su sector.

Sin embargo, el 47% de los encuestados argentinos asegura que la comunicación con la persona es cada vez menor, mientras que el 34% considera que es mayor para ver si se puede solucionar la situación y el 19% sostiene que es igual.

En contra de varios de los mitos que existen sobre los despidos y la manera de actuar frente a esta situación, el 65% de los profesionales argentinos confirma que no cambia la forma en la que se trata al talento y que sigue siendo la misma hasta el final, pero el 35% responde que sí es diferente. 

En comparación con los otros países de la región, Argentina concentra el mayor porcentaje de especialistas en Recursos Humanos que respondieron que no modifican el trato , le sigue Perú con el 54%, Panamá con el 52%, Chile con el 50% y Ecuador con el 45%.  Además, el 54% de los especialistas argentinos asegura que frente a esta situación, no se modifica el vínculo con sus compañeros, aunque el 34% considera que si las personas de su equipo lo saben, es posible que cambie el trato, mientras que el 12% sostiene que es inevitable.

El 48% de los encuestados de Argentina asegura que el talento mantiene las mismas tareas hasta su último día en la compañía, aunque el 42% le da cada vez menos responsabilidades. 

En relación a la dificultad de las tareas, el 89% de los profesionales argentinos asegura que cuando están por despedir a alguien no le da a la persona tareas de difícil resolución para tener argumentos para echarla, mientras que el 11% sí elige complejizar su trabajo por ese motivo.

Este triste proceso suele llevar, según el 61% de los especialistas locales, más de un mes. 

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